El flamante presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Martín Rappallini, adelantó que impulsará reuniones con los gobernadores provinciales para discutir una agenda que le permita al sector ganar competitividad.
La preocupación industrial pasa por el encadenamiento de obligaciones tributarias que, por ejemplo, en el caso del impuesto a los ingresos brutos puede alcanzar hasta el 20%.
“Vamos a salir a las provincias a hablar con los gobernadores”, señaló Rappallini ante una consulta de La Voz sobre la estrategia para avanzar en una mejora en la competitividad.
En ese marco, el industrial relativizó la intención del gobierno nacional de ir a reforma impositiva que aliente a las provincias competir con menores tributos por la radicación de empresas.
“La industria no tiene rueditas”, fue la frase con la que diplomáticamente Rappallini puso en duda la efectividad de la mentada reforma.
Para el presidente de la UIA es momento de un trabajo conjunto con el gobierno y los sindicatos para avanzar en reformas que le permitan a la industria competir en igualdad de condiciones.
En ese sentido, destacó que en los próximos días se anunciará la eliminación de las retenciones a las exportaciones de unas 1.000 posiciones industriales, que actualmente tributan entre 3% y 5%.
Según estimó Rappallini el beneficio abarcará a todo el universo de las empresas pymes.
Rappallini puso el foco en el desafío de trabajar en todas las cadenas de valor para bajar el costo argentino y nivelar la cancha.
“El sector industrial es transable, tenemos que competir con el resto del mundo. Nosotros estamos jugando otro partido. No queremos quedar fuera de juego por tener la mochila llena de piedras”, aseguró Rappallini durante una rueda de prensa.
El industrial precisó que actualmente la presión fiscal es de 52% y que es imprescindible bajarla para que la economía recupere competitividad.
Como temas “urgentes” a trabajar, Rappallini planteó la sanción de la Ley Pyme, la reforma fiscal y la adecuación laboral.
“Cada eslabón de la cadena de valor tiene todas las distorsiones adentro. La suma de ineficiencias conforma el costo argentino. Ingresos Brutos llega hasta el 20% en algunas cadenas de valor”, sostuvo el dirigente.
Rappallini –que desplazó a Daniel Funes de Rioja en la poltrona industrial- insistió con el discurso histórico de la entidad: “No hay que tener una apertura ingenua porque otros países pueden romper nuestras cadenas de valor. En todos los países hay un porcentaje de importación que regula los precios, pero el tema es cuándo le das al importado una condición distinta”.
En esa línea descartó una devaluación como herramienta para estar en mejores condiciones de competir en el mundo y contra las importaciones.
“Queremos trabajar en la competitividad interna. Las devaluaciones no solucionan nada. Se corren a precios, cae la actividad y sube la pobreza”, afirmó.
Rappallini también consideró como muy importante la realización de obras de infraestructura, para mejorar costos logísticos, pero también remarcó la necesidad de mejorar el funcionamiento de las ya existentes.
Consultado sobre el tema de la guerra arancelaria que desató Estados Unidos, Rappallini señaló que “puede ser una ventana de oportunidad para Argentina. Podemos aprovechar el cambio global que se va a dar”.
Por otro lado, se pronunció en contra de la habilitación para el ingreso al país de maquinaria usada porque atenta contra las cadenas de valor local. Esta medida había sido reclamada por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina.
“Ningún país deja entrar productos que afecten su cadena de valor”, enfatizó.
Rappallini también consideró que los cambios que se produjeron en la ley antidumping para agilizar los trámites son positivos y remarcó que ahora “hay que darle más dinamismo en el proceso de aprobación”.
Con relación al nivel de actividad, Pablo Dargún, Director de Estudios y Relaciones Internacionales de la UIA reveló que tras la salida del cepo no se produjo un efecto positivo en la industria y se continúa en una meseta.
“Los primeros datos adelantados siguen una misma tónica. Con interanuales de rebote por una base de comparación muy baja y estancamiento en los últimos meses. Por ahora no hemos visto un cambio rotundo, tras la salida del cepo”, señaló el representante industrial.
Acerca del sistema de bandas que fijó el gobierno para el mercado cambiario, Rappallini subrayó que “lo que se necesita es estabilidad. Si el tipo de cambio no tiene oscilaciones, mejor”.