“Hola, Carlos… Espérenme unos minutos que voy para allá”, decía el mensaje por WhatsApp que ingresó al teléfono del senador Carlos Caserio. El autor era el presidente Alberto Fernández.
El breve mensaje alteró el clima en el majestuoso Centro Cultural Kirchner (CCK) porteño, un escenario inédito para una reunión de funcionarios nacionales con dirigentes cordobeses.
Caserio les mostró el mensaje en su teléfono a Martín Gill y a Gabriela Estévez cuando ya estaban en el ágape, luego del acto.
De los funcionarios nacionales sólo quedaba el jefe de Gabinete, Juan Manzur, hasta ese instante el protagonista de la convocatoria política con los cordobeses.
Enseguida la voz corrió entre el más de un centenar de candidatos, candidatas, intendentes, legisladores y dirigentes del Frente de Todos de Córdoba. Algunos ya se habían retirado y volvieron presurosos para escuchar y sacarse una foto con el Presidente.
Caserio y Gill no ocultaron su satisfacción por la visita de Alberto Fernández. Habían hecho gestiones la semana pasada para que se concretara, pero se había descartado por el viaje del Presidente a Europa.
Motivos
¿Por qué el Presidente decidió ir a la reunión, cuando hacía pocas horas había regresado de Glasgow, Escocia? Tomó la decisión cuando, en el resumen de prensa de todos los medios del país que le llega al Presidente, leyó un compilado de las declaraciones del gobernador Juan Schiaretti al programa Voz y voto y a La Voz.
Según reconoció un dirigente cordobés con llegada directa a la Casa Rosada, el Presidente se alteró cuando leyó los títulos de las dos notas principales publicadas por este medio: “El responsable de la pobreza es el Gobierno nacional” y “Para no desbarrancar, la Nación debe tener un plan coherente”.
Tampoco le cayeron bien la afirmación del mandatario cordobés, cuando señaló que era “inédito” que la vicepresidenta Cristina Fernández tenía más poder que él.
Luego de leer esas y otras definiciones del gobernador, el jefe del Estado decidió asistir al CCK para hablar con los dirigentes cordobeses.
Mientras se sacaba selfies y saludaba, el Presidente improvisó unas palabras, la mayoría destinadas a responderle al gobernador de Córdoba. “Sus amigos fueron los que chocaron el país”, fue una de las frases que los cordobeses más rescataron.
Todo el evento tuvo como objetivo motivar a los frentistas cordobeses, luego del resultado de las Paso. Alberto Fernández hubiera querido responderle al gobernador en el acto. Pero no llegaba a tiempo para hablar en la convocatoria que encabezó el jefe de Gabinete, con la presencia de varios ministros nacionales.
Entre ellos, el ministro del Interior, el cristinista Eduardo “Wado” de Pedro, el funcionario con el cual el gobernador Schiaretti admitió que tiene contactos. Este dato no debe sorprender, más allá del océano de diferencias que hoy separan al mandatario cordobés del cristinismo.
Por ser el titular de la cartera política nacional, De Pedro está obligado a tener diálogo con todos los gobernadores, aun con los opositores. Es más, tal vez, Schiaretti haya sido el primer gobernador que se enteró de que De Pedro sería ministro del Interior.
El propio Alberto Fernández se lo presentó el 15 de septiembre de 2019, cuando, luego de las Paso de agosto, era casi un hecho que el kirchnerismo volvería al poder. “Wado, el futuro ministro del Interior”, le habría dicho en aquella reunión, en un hotel del nordeste de la ciudad de Córdoba.
El entonces candidato presidencial había venido a Córdoba a participar del homenaje a José Manuel de la Sota al cumplirse un año de su fallecimiento. Aquella fue la última reunión personal que Alberto Fernández tuvo con Schiaretti.
Gestiones
La semana pasada, Caserio y Gill, los dos principales candidatos del Frente de Todos, coincidieron en que debían buscar un gesto de respaldo “contundente” de la Casa Rosada hacia el Frente de Todos local de cara a las elecciones del 14 de noviembre.
Luego de la magra cosecha de votos (10,9%) en las Paso del 12 de septiembre, cierto desánimo se apoderó de la dirigencia y militancia del único espacio cordobés que apoya al Gobierno nacional.
El objetivo que se plantearon los principales candidatos frentistas fue conseguir que el Presidente viniera a Córdoba para participar de la campaña.
La otra opción era que recibiera a los candidatos y dirigentes cordobeses en la quinta presidencial de Olivos. Caserio es quien mantiene un contacto directo con Alberto Fernández.
Nadie lo confirmó, pero seguramente hubo comunicaciones entre el Presidente y el senador que terminaron de concretar la audiencia que el jefe de Gabinete tuvo el jueves pasado con Caserio y con Gill.
Ambos candidatos se mantuvieron herméticos. Pero desde sus entornos admitieron, en ese encuentro con el jefe de los ministros, que se había acordado el acto de este miércoles en el CCK.
“El miércoles que viene, a primera hora, tengo una reunión de gabinete. Qué les parece si hacemos un acto en el CCK, que está acá al lado de la Casa Rosada, con los candidatos e intendentes de Córdoba. Voy a ir con varios ministros”, fue la propuesta de Manzur. Caserio y Gill aceptaron de inmediato.
El jefe de Gabinete también les transmitió a los candidatos cordobeses que el Presidente le había pedido que se “abocara” a la campaña en Córdoba porque, al regresar de Europa, él se iba a concentrar en la provincia de Buenos Aires.
En esa reunión en la Rosada, Manzur también les confirmó que este viernes vendrá a Córdoba para hacer campaña. El jefe de Gabinete dedicará casi toda la jornada del viernes a la provincia, el distrito más esquivo electoralmente para el Gobierno nacional.
Manzur arrancará su visita de campaña en la ciudad de Córdoba. Supervisará el Tren Metropolitano que la Nación promete poner en marcha el mes próximo. En esa actividad también participará el ministro de Transporte nacional, Alexis Guerrera.
Luego, el jefe de Gabinete visitará Río Cuarto y Villa María, las ciudades del interior donde están las tres principales plantas que producen el 90% de los biocombustibles de la provincia.
Manzur llegará acompañado también por el secretario de Energía, Darío Martínez, quien se mostrará como el autor de la reglamentación de la Ley de Biocombustibles, que mantuvo el porcentaje de corte del bioetanol que se produce en Córdoba.
La reglamentación fue impulsada por los legisladores nacionales del Frente de Todos de Córdoba (el senador Caserio y los diputados Gabriela Estévez, Eduardo Fernández y Pablo Carro) ante el áspero reclamo que había mostrado el sector empresarial de los biocombustibles de Córdoba por la letra de la ley que aprobó el oficialismo.
