La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, manifestó su “total solidaridad con Cristina Kirchner” luego de que fuera condenada a seis años de cárcel y a inhabilitación perpetua por corrupción.
“Sentimos que es más un conflicto político, desde nuestro punto de vista”, afirmó Sheinbaum durante su conferencia de prensa matutina.
A pesar de este apoyo, la Presidenta mexicana aclaró que “todavía no está prevista la firma de una declaración conjunta con otros gobiernos progresistas de América Latina” sobre la situación de Cristina Kirchner.
El apoyo de presidentes de la región a Cristina Kirchner
La declaración de Sheinbaum se alinea con otros apoyos que recibió Cristina Kirchner, de países como Cuba, Venezuela, Brasil y Bolivia.
El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, expresó: “Reiteramos nuestro apoyo al pueblo argentino en defensa de la soberanía y la dignidad. La condena contra Cristina Fernández de Kirchner es un claro acto de venganza y amenaza”.
Por su parte, el presidente boliviano Luis Arce señaló: “Desde Bolivia expresamos nuestro firme apoyo y solidaridad con la hermana @CFKArgentina, frente a un evidente uso de la Justicia como herramienta para socavar las fuerzas de izquierda y del campo nacional popular”.
En tanto, desde el Instituto Lula, organismo de Brasil, manifestaron “su profunda preocupación y repudio por la detención de Cristina Kirchner, en un contexto que pone de relieve graves violaciones a los derechos fundamentales y al debido proceso”.
Además, agregaron que “es inaceptable que una persona inocente sea condenada en un proceso que parece más una maniobra política que una auténtica búsqueda de Justicia”.
La estrategia legal y política internacional de Cristina Kirchner
Según lo informado por Infobae, la defensa de la presidenta del PJ comenzó a explorar instancias judiciales extraterritoriales. La estrategia apunta a acudir a tribunales internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Corte de La Haya, para que su caso sea revisado.
No obstante, el camino en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos puede prolongarse varios años y sus decisiones difícilmente pueden revertir resoluciones judiciales.