Raro. Ese adjetivo aparece como una primera síntesis del proceso electoral que ya está en marcha y que culminará el 26 de octubre en Córdoba, cuando se repartan las nueve bancas para la Cámara Baja en disputa.
Es raro por varios factores. Nunca se había dado con tanta nitidez la situación de que quienes a priori arrancan con la expectativa de concentrar el mayor caudal de votos tengan características tan contrapuestas.
Veamos. El más conocido compite con el más ignoto. El más experimentado en gestionar se enfrenta a quien debuta en la puja por un cargo público. El que pretende estructurar una construcción nacional de centro choca contra quien, de ganar, ni siquiera se proyecta como eventual candidato provincial para 2027.
Esas extrañezas, entre algunas otras, atraviesan la disputa que liderarán el tres veces gobernador Juan Schiaretti y el ignoto joven empresario libertario Gonzalo Roca, la carta de riesgo que jugó Karina Milei en Córdoba, donde su hermano arrasó con el 74% de los votos en el balotaje de 2023.

Esas grandes diferencias, sin embargo, no son ventajas comparativas que sentencien de antemano la elección. Paradójicamente, esas brechas –inéditas en Córdoba para dos cabezas de lista que buscan el triunfo– son precisamente las que generan una sensación de final abierto que recién se revelará cuando se cuenten los votos. Otra rareza.
En el círculo íntimo de Schiaretti y en el Panal llaryorista hay una sensación ambivalente por cómo quedó conformada la oferta electoral. Se celebra que, en la competencia directa, por ejemplo, no esté Agustín Laje, el exponente libertario que mejor medía y el más popular entre los votantes cordobeses. Sin embargo, el completo desconocimiento de Roca y de la mayor parte de la lista mileísta hará que la nacionalización sea inevitable. Es el terreno ideal para que emerja la figura del presidente Javier Milei con su dicotómico planteo: consolidación del cambio o vuelta al pasado K.
En Provincias Unidas, filial Córdoba, también hay incertidumbre. La que viene es una campaña desafiante. Del otro lado habrá un rival que no está ni se sube al ring, pero al que se le reconoce poder de daño y al que se respeta. “Peleamos contra Milei, pero sin que lo veamos en Córdoba”, reconocen la dificultad cerca de Schiaretti.
En esa línea de análisis inicial, y cuando aún restan más de dos meses para los comicios, hay una sombra que empieza a crecer y que se materializa en una frase que repiten todos en el oficialismo en privado: “No podemos perder contra esta lista de ilustres desconocidos y menos con ‘el Gringo’ encabezando”.
Más reflexivas y cautas, algunas voces que escucha el exgobernador aseguran que la derrota es una posibilidad latente. “Claro que podemos perder. Enfrente está la lista del Presidente. Todo puede pasar”, agregan.
El peronismo hace cálculos. Hablan de “cuatro y cuatro”: cuatro diputados para el Panal y cuatro para Milei, de los nueve en juego. Un reparto de este tipo marcaría una polarización extrema.
Ese esquema de distribución sería excelente para el PJ cordobés porque sumaría dos bancas al par que pone en juego. Aunque, hay que decirlo, si se produce con derrota –un escenario posible si hay paridad extrema– ante el desconocido Roca y compañía, tendría un sabor amargo para Schiaretti pese a la gran cosecha. El 26 de octubre a la noche, cada uno construirá el relato que mejor considere.
Baja intensidad
Mientras tanto, la campaña asoma también rara y de baja intensidad si se repasa el perfil de los principales contendientes. Tanto Roca como Gabriel Bornoroni, el jefe de campaña libertario, tienen un estilo sin estridencias. Lo más atractivo de estas primeras horas de proselitismo lo acapara la riocuartense Laura Soldano, la número 2 de la boleta libertaria.
Su relato –la aparición de un león en un viaje a la India como “revelación política” y la certeza de que un mecánico amigo repara autos mejor y sin siquiera ensuciarse las manos desde que los constela– la convirtió en un fenómeno viral bizarro. Entre otras afirmaciones, la candidata asegura estar “a dos personas de llegar a Elon Musk”. En el oficialismo se preguntan desorientados y con inquietud: “Y si perdemos en Río Cuarto con esta mujer, ¿de qué nos disfrazamos?”.
La salida de Rodrigo de Loredo y de Luis Juez del tablero trastrocó todo. El desafío es infinitamente más complicado con este grupo de desconocidos avalados por la marca nacional Milei, que goza de un alto reconocimiento en la provincia.
La rareza la completa la candidatura de Natalia de la Sota, una astilla que el peronismo no termina de digerir ni de proyectar en cuanto al daño electoral que le provocará.
Todo muy raro, por momentos hasta indescifrable.