Transversalidad como instancia superior al fracturado sistema actual de coaliciones o polarización extrema. La resolución de la disyuntiva política que se está configurando para 2023 en el plano nacional no será inocua para la conformación de la escena electoral cordobesa, que tiene a las renovaciones del poder provincial y del capitalino como instancias finales de un proceso que, salta a la vista, ya comenzó.
Por la situación, hay dirigentes locales con los pelos de punta. La sola idea de imaginar esquemas mixturados pone en jaque el tablero que se conformó en noviembre pasado con el resultado de las elecciones legislativas. La versión local de Juntos por el Cambio se asomó esta semana a ese vértigo y salió disparando.
Las versiones que alientan una eventual incorporación de Juan Schiaretti a un armado nacional anti-K amplio y que, se dice, contempla una sociedad con Juntos por el Cambio atraviesan la siempre candente realidad de la franquicia local opositora. El sacudón se hace sentir, aunque la sociedad –de concretarse– sólo termine incluyendo el apartado nacional y deje de lado el plano provincial.
Hubo reacciones a las expresiones del radical y jefe del bloque de Juntos por el Cambio Orlando Arduh, quien alentó esa alquimia. Las críticas fueron abundantes en contra del legislador que, sobre finales del año pasado, fue centro de la polémica por su férreo compromiso para legalizar el juego online en contra del posicionamiento de toda la UCR.
Se hizo evidente, sin embargo, la selectividad para emitir la crítica. Ni el jujeño Gerardo Morales, presidente nacional del partido, ni Facundo Manes, la aparición radical más resonante del último tiempo, fueron blanco de cuestionamientos por su blanqueado acercamiento a Schiaretti.
Sólo el cívico Gregorio Hernández Maqueda cuestionó en público el entusiasmo que el neurocientífico mostró tras compartir más de una hora con el gobernador en el principal despacho del Panal.
El mutismo radical también fue ensordecedor cuando Morales colmó de elogios a Schiaretti y lo instó a integrarse al espacio nacional opositor.
Es difícil imaginar el estupor que sentirían los correligionarios cordobeses si supieran hasta dónde llegó la conversación entre Manes y Schiaretti. El apartado de las candidaturas para 2023 estuvo sobre la mesa. Hasta ensayaron fórmulas que los incluyen a ambos.
Esos mismos dirigentes, al igual que otros del espacio opositor provincial, también se molestarían y mucho si supieran de las reuniones semanales de las que son protagonistas dirigentes de extrema confianza del gobernador con hombres del entorno más íntimo del alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Menos mal que no se enteran.
Con actos concretos, algunos públicos y otros privados, Morales, Manes y Rodríguez Larreta vienen diciendo bastante acerca del esquema pensado para sacar del poder en 2023 a lo que queda del Frente de Todos. Qué decir de Mauricio Macri, quien nunca ocultó su vínculo con el mandatario cordobés.
No hay novedades mayores en las últimas declaraciones de Arduh. Distanciado de Luis Juez y de Rodrigo de Loredo, expuso lo evidente, algo de lo que están al tanto los principales dirigentes locales del espacio opositor.
A la luz del día
En su reciente viaje por Madrid, Rodríguez Larreta explicó cómo imagina la estructura política para intentar gobernar la Argentina. Ante el diario El País, se explayó: “Tenemos que construir una coalición más amplia. Necesitamos un 70% de apoyo a un plan. Lo que alcanza para ganar la elección, el 51%, no te alcanza para las transformaciones de fondo. Para mí, el desafío es construir esa coalición amplia, que es algo diferente a lo que se hizo en 2015″.
No hace falta hacer un gran esfuerzo para descifrar en quién o en quiénes está pensando Larreta para ampliar esa coalición que, posiblemente, deje de llamarse Juntos por el Cambio. Schiaretti aparece en el primer renglón.
Macri también fija los cañones en el cordobés cuando piensa en su proyecto de “segundo tiempo” para 2023. A Gustavo Santos, su principal referencia en Córdoba dentro del PRO, no lo perturba en absoluto esa posibilidad. Nada más parecido al mentado “partido cordobés”.
En importantes despachos del oficialismo provincial se baraja, incluso, que Schiaretti podría ser compañero de fórmula tanto de Macri como de Rodríguez Larreta. Si pudieran elegir entre las dos opciones, hoy se inclinan por una vicepresidencia en dupla con Macri. Un “halcón” como el expresidente junto con un moderado como Schiaretti es un complemento más acorde con la época, se analiza.
Esa valoración incluye hacer frente al ascendente fenómeno que reflejan todos los estudios de opinión: el libertario Javier Milei.
