El último informe de actualidad industrial del Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (CEU) muestra un repunte de la actividad fabril en junio y julio, aunque advierte que se trata, en gran medida, de un rebote estadístico derivado de la muy baja base de comparación del año anterior.
La producción, señala el trabajo, creció 9,3% interanual en junio y la proyección para julio anticipa un alza del 2,8%. Sin embargo, en el acumulado del primer semestre, el nivel de actividad se mantiene 10% por debajo del mismo período de 2023.
La comparación con años previos exhibe un rezago más marcado: solo un número reducido de ramas ha logrado recuperar los niveles de abril de 2023, considerado el último pico productivo, y apenas dos sectores superan las cifras de 2022.
En junio, las mayores variaciones interanuales correspondieron a otros equipos, aparatos e instrumentos (+42,7%), muebles y colchones (+38,2%), vehículos y autopartes (+29,0%), otro equipo de transporte (+22,2%) y productos de tabaco (+31,3%).
La construcción en espera
Parte de estos avances responde a un rebote sobre valores excepcionalmente bajos en 2024 cuando todavía se sentía el golpe devaluatorio con el cual arrancó la actual gestión.
En contrapartida, ramas clave como materiales para la construcción, pese a crecer 18% interanual en junio, siguen un 26% por debajo de los niveles de 2023.
Los despachos de cemento acumulan una merma del 22% frente a julio del año pasado, el patentamiento de maquinaria industrial cayó 4,8% en el mes y la producción de metales se redujo 5,8% en términos interanuales.
La producción automotriz, que había mostrado un fuerte avance en junio, retrocedió 9,8% en julio por menores exportaciones y recesos de planta por menos días y cambios de planes productivos.
Solo la molienda, la refinación de petróleo y la fabricación de motos recuperaron plenamente su nivel productivo de abril de 2023.
El repunte agrícola de este año también impulsó actividades vinculadas como maquinaria, alimentos y derivados de oleaginosas.
El crecimiento reciente se apoya, en gran medida, en el mejor desempeño de las industrias orientadas al consumo masivo, en la demanda de bienes durables y semidurables –particularmente en transporte– y en la reactivación de las cadenas productivas ligadas a la cosecha.
Financiarse, carísimo
Aun así, el panorama presenta tensiones, según explica el trabajo del CEU. El elevado costo del financiamiento por las tasas de interés encarece el capital de trabajo y restringe el acceso al crédito, mientras que el aumento de las importaciones agrega presión sobre la producción nacional.
Las compras externas de bienes de consumo crecieron 32% frente a 2023 y los envíos por courier aumentaron 42% en el mismo período.
En el frente externo, las exportaciones industriales muestran signos de estancamiento y caídas hacia Brasil, principal socio comercial.
La UIA concluye que, pese a las señales positivas registradas en el segundo trimestre, la actividad industrial argentina todavía está lejos de consolidar una recuperación sostenida.
El sector enfrenta desafíos estructurales de competitividad y deberá atravesar un contexto en el que el alivio estadístico no alcanza para compensar el retroceso acumulado de los últimos dos años.