El partido electoral que se juega en Córdoba el 14 de noviembre está prácticamente definido. La incógnita central redunda sobre si Juntos por el Cambio obtendrá cinco o seis bancas para Diputados. El desempeño de la oposición, traccionada por la ola anti-K nacional, determinará si Hacemos por Córdoba renueva dos o tres de los escaños que arriesga. La contienda para el Senado quedó completamente resuelta en la noche de las Paso: el kirchnerismo perderá su representante a manos del schiarettismo, pero parece difícil que entregue otro lugar en la Cámara Baja.
En el peronismo de Córdoba quieren que los comicios legislativos pasen rápido. Sólo resta saber de qué grado será el impacto de la derrota. Hay preocupación de que el tenor supere con amplitud el revés de 2017. En aquellos comicios, Martín Llaryora no tuvo el nivel de respaldo de parte del gobernador que ahora sí tienen Alejandra Vigo y Natalia de la Sota, solapadas hoy por el protagonismo del mandatario, en su doble rol de principal elector y aspirante a tallar en la discusión política nacional.
Día tras día, Schiaretti va asimilando que el visado para participar de las grandes ligas conlleva costos adicionales. Su pretendida proyección nacional lo expone a un golpe por golpe que se ve exacerbado por la campaña. En el ring, por más entrenamiento que se tenga, siempre hay manos en el aire que pueden terminar en el mentón. Schiaretti parece dispuesto a guantearse al más alto nivel, consciente de los costos que eso acarrea. Igual, faltan muchos rounds para que se develen las tarjetas.
Mientras desean que el tiempo hasta la hora de votar se consuma a la velocidad de la luz, los peronistas que le apuntan a la sucesión de Schiaretti ya preparan la próxima jugada. En su horizonte, está la doble defensa del poder real en 2023: provincia y Capital. La potencialidad que irradiarán con máxima fuerza el 14 de noviembre Luis Juez y Rodrigo de Loredo se ha convertido en la principal preocupación política de Hacemos por Córdoba.
La sociedad política entre el líder del Frente Cívico y el principal emergente del radicalismo irá indefectiblemente a una revisión técnica tras los festejos que se avecinan. La UCR reclamará la cuota parte que cree que ganó por dejar entrar a los comités de toda la provincia a un hijo del peronismo cordobés convertido hace años.
Los correligionarios pujarán para que el genuino resurgimiento de la figura de Juez no eclipse del todo a su nueva promesa. Después del 14, y mientras la espuma vaya bajando y los flashes de la victoria apacigüen sus destellos, Juez y De Loredo harán su propio camino. Para 2023 resta una eternidad, pero una primera pregunta se impone entre varias: ¿resignará la UCR competir por la gobernación ahora que halló un candidato con posibilidades?
La sucesión que viene
Tras los comicios legislativos, también Hacemos por Córdoba comenzará un proceso inédito: la sucesión de una parte del liderazgo que indefectiblemente se verá forzado a entregar Schiaretti.
Esa fase sucesoria, que no estará exenta de tensiones, deberá ocuparse, en paralelo, de generar las condiciones necesarias para que la oposición vuelva a cometer el pecado capital de 2019: la división. En el PJ, hay soldados y recursos de sobra para cavar las trincheras que posibiliten las condiciones para una nueva guerra opositora. Sólo resta apretar enter.
La porción de hegemonía que entregará Schiaretti a su sucesor dependerá de qué camino logre construirse el gobernador en el complejo plano nacional.
Schiaretti extrema su prudencia respecto de cómo y de con quiénes podría estructurar una opción de gobierno por fuera de los límites de Córdoba. Una única directriz nítida asoma en ese mar de incertidumbre: dijo que sería sólo en sociedad con peronistas libres de kirchnerismo. Entre las varias alquimias que se barajan anticipadamente, en el PRO nacional cuentan al cordobés como un socio de un proyecto más amplio.
La proyección que insinúa Schiaretti tendrá más chances de prosperar si en las elecciones que se avecinan el Frente de Todos confirma la descomposición electoral que insinuaron las primarias.
Es demasiado pronto para imaginar el mañana, pero ya asoman algunas puntas.
