Semana de fotos en la política cordobesa. Fotos que reflejan un momento pero que están lejos de arrojar certezas para la película.
Juntos por el Cambio se sacó una selfie para mostrar a todos los suyos más o menos unidos. Mientras, en otro rincón de la ciudad, Hacemos por Córdoba tomaba la suya para ratificar lo que ya es sabido: será Martín Llaryora el que intentará lograr los 28 años consecutivos de gobierno del peronismo cordobés en la provincia, y la sucesión del intendente se definirá en los que están en la segunda fila de esa foto. Aparecen en la imagen Alejandra Vigo, Daniel Passerini, Manuel Calvo y Natalia de la Sota. Más atrás, Miguel Siciliano y Juan Pablo Viola.
Por eso, al otro día, Juntos por el Cambio le agregó al álbum una foto de sus concejales capitalinos, esparcidos en varios bloques, para ver si logran sistematizar cómo apuntarle al rival ya ungido.
Pero el rodaje recién empieza y el oficialismo sigue diciendo que falta una escena clásica que ha signado la política cordobesa en los últimos 20 años: la división electoral de la oposición.
Hasta acá la partición viene siendo por dos, pero en Hacemos por Córdoba imaginan ya una división en tres partes de lo que hoy es la foto de unidad de Juntos por el Cambio.
De la UCR al PJ
¿Cómo sería esta división por tres? Una parte sumándose a la coalición liderada por el peronismo, otra armando una lista propia y el resto detrás de las candidaturas de Luis Juez y de Rodrigo de Loredo.
Los arquitectos electorales del PJ repiten que van hacia una ampliación de Hacemos por Córdoba para buscar el séptimo mandato consecutivo a nivel provincial. Sumar alguna figura independiente, algún sello que ande suelto por ahí, pero –y es ahí donde está el mayor énfasis– a radicales.
“Hay dos candidaturas a vice vacantes”, dicen en el PJ, en alusión a la gobernación y a la intendencia capitalina.
Hay algunos radicales que han avanzado un poco más de las conversaciones informales. Intendentes e intendentas del Gran Córdoba están dando pasos firmes en busca de esa nominación o de espacios en el futuro gabinete provincial si es que el peronismo retiene el poder.
Las fotos de los próximos días con anuncios conjuntos de alto impacto en las afueras de la ciudad de Córdoba serán algo más que una señal.
Otros radicales de tierra adentro hace rato que tienen preparadas las valijas.
Pero la fisura de la UCR parece no dejar satisfechos a los arquitectos electorales de Hacemos por Córdoba. Imaginan a una parte del PRO armando un espacio independiente.
Son esos macristas-schiarettistas que amagaron con sumarse a la fórmula que encabezará Llaryora, pero que le dijeron que aportarán más si arman algo aparte. Juan Schiaretti ha tenido pocas sociedades políticas tan sólidas como las que tiene Mauricio Macri y hasta han compartido funcionarios como Gustavo Santos, a quien el PJ prefiere jugando por afuera.
Después quedará la discusión en lo que quede de Juntos por el Cambio si respetan o no el preacuerdo para que Luis Juez sea candidato a gobernador y Rodrigo de Loredo, a intendente capitalino. En los principales despachos del Centro Cívico y del Palacio 6 de Julio ya eligieron rival para gobernador: Juez.
Esa capacidad para digitar los movimientos opositores habla de la fortaleza del oficialismo provincial, pero también esconde debilidad: necesita la fragmentación para asegurar el éxito.
Mientras tanto, acomodan los tantos puertas adentro para el reparto de espacios partidarios. Aparte de algunas disputas regionales, la Capital sigue siendo objeto de tensión. Lo mismo es un dato anecdótico si se la compara con la tensión que se va a generar el día que se sienten Schiaretti y Llaryora a definir el candidato a intendente.
