Para afrontar este año electoral, el gobernador Martín Llaryora hizo una apuesta fuerte: acordar ahora con los gremios estatales provinciales la pauta salarial para todo 2025.
El argumento oficial es que la inflación está contenida –aparentemente por todo este año–, por lo cual es innecesario negociar salarios cada tres o seis meses, como ocurrió durante los últimos tres años.
El dato sobre el comportamiento de la inflación puede ser real. Pero también esconde una cuestión política: en Córdoba se elegirán en octubre próximo nueve diputados nacionales, y el gobernador pretende sacar del medio de la campaña electoral los habituales tironeos de una negociación salarial con los estatales provinciales.
Además, hay otra cuestión puntual, que también tiene una connotación política: la gestión llaryorista puso sobre la mesa de negociación el pago del Fondo de Incentivo Docente (Fonid), que el Gobierno nacional dejó de abonar desde el año pasado.
La Provincia dice que el pago del Fonid le demanda alrededor de 6.500 millones de pesos mensuales, que se actualizan por inflación. A este fondo –que antes era nacional– también lo perciben los jubilados docentes provinciales.
Desde el Centro Cívico aseguran que los docentes cordobeses deben reclamarle el Fonid al presidente Javier Milei. “Si el Gobierno nacional repone el Fonid, la Provincia se compromete a dar un aumento por sobre ese monto, por lo cual la recuperación del poder adquisitivo del salario docente será más rápida”, prometen los funcionarios llaryoristas.
Tensión
La decisión de acordar por lo que resta de 2025, luego de varios años de negociaciones acotadas, tensó la negociación con la UEPC, el gremio estatal más numeroso, con 80 mil docentes y 54 mil jubilados.
El sindicato docente se sentó a la mesa de negociación con el objetivo de recuperar parte de lo perdido el año pasado en la carrera contra la inflación.
Los números de esta pérdida del poder adquisitivo del salario docente son variables. Pero todos coinciden en una caída pronunciada durante 2024.
Para la conducción provincial de la UEPC, la pérdida fue del 12%. Para la delegación Capital del gremio, la caída fue de más del 20%. Por lo bajo, los funcionarios provinciales admiten que los docentes perdieron “menos de dos dígitos”.
Más allá de estos números, la diferencia en la negociación, que parece trabada y con un nuevo paro para hoy, es precisamente cómo se dará esa recuperación.
La segunda oferta salarial de la Provincia fue casi idéntica a la primera, rechazada por amplia mayoría en la asamblea provincial docente.
La Provincia apuesta a una pulseada a largo plazo. Llaryora está parado sobre la caja y tratará de abrirla lo menos posible con el gremio más numeroso.
Después vendrá la negociación con el resto de los sindicatos estatales. Ahora está a prueba la capacidad de movilización y protesta de los docentes provinciales.
