El sorpresivo y alevoso ataque de Daniel Parisini -más conocido como “Gordo Dan”– contra Luis Juez sacudió a La Libertad Avanza. Detrás del embate en las redes sociales del influencer libertario asoma, una vez más, la feroz interna en el corazón del poder libertario: la que enfrenta al asesor presidencial Santiago Caputo con Karina Milei, la influyente hermana del presidente Javier Milei.
La embestida contra Juez también generó asombro, y consultas varias, en el propio PJ provincial. Esto, teniendo en cuenta que los libertarios son los principales rivales de Provincias Unidas en Córdoba, para las elecciones del 26 de octubre, y Juez es uno de los pocos aliados extrapartidario de La Libertad Avanza.
Desde el gobernador Martín Llaryora, pasando por el ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros, se solidarizaron de manera pública con Juez.
En el Centro Cívico interpretan en esta disputa en filas libertarias es “toda ganancia” para la lista que encabeza Juan Schiaretti. En el llaryorismo desborda el optimismo. Ahora ya no piensan que pueden hacer una “buena” elección en las elecciones legislativas del 26 de octubre: creen que Provincias Unidas puede ganar en Córdoba.
La sorpresa del ataque del influencer libertario con el senador tiene motivo. Juez votó en contra del veto presidencial a la ley que declaraba la emergencia en discapacidad, pero antes había marcado diferencias en otras cuestiones.
Entonces, el momento y la virulencia de la embestida dejaron flotando varios interrogantes: ¿por qué ahora? ¿Por qué este embate personal, agresivo y descarnado, cuando Juez ya había anticipado –incluso al propio Milei, en una de las cenas que compartieron– que votaría a favor de la emergencia, motivado por la situación de su hija, quien padece una discapacidad congénita?

Según el propio Juez, en aquel encuentro reservado, el Presidente le expresó su total comprensión: “Entiendo perfectamente tu postura”, habría dicho el mandatario, empatizando con la cuestión familiar del senador.
Aunque Juez no solo desentonó en ese voto: también se opuso al pliego de Ariel Lijo para la Corte Suprema, al recorte presupuestario universitario y al cierre de organismos clave como el Inta, el Inti y Vialidad Nacional, entre otras cuestiones.
Sin embargo, el Gordo Dan eligió el momento de mayor debilidad política del Gobierno para disparar un misil contra uno de los pocos aliados no libertario que le quedan al Presidente.
El impacto del ataque fue tal que obligó al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, a tomar distancia públicamente y repudiar las afirmaciones del Gordo Dan.
Incluso Karina Milei se comunicó en privado con el senador para expresarle su solidaridad. También le aseguró que los insultos del influencer no contaban con aval alguno de la Casa Rosada.
A nivel local, el diputado Gabriel Bornoroni -jefe de campaña de La Libertad Avanza- también se sumó al coro de respaldo, aunque en privado.
Bornoroni, figura de absoluta confianza de Karina Milei, fue uno de los más inquietos por el daño que este episodio le puede causar a la estrategia electoral libertaria.
Juez, golpeado y dolido, concedió una única entrevista telefónica al canal TN, el viernes por la noche. Después, silencio absoluto.
Desde su entorno aseguran que no volverá a hablar hasta que la “cuestión decante”. Los juecistas admiten que tanto él como su familia están “muy afectados”, aunque por ahora no se vislumbran consecuencias políticas.
El Frente Cívico continuará trabajando –por ahora– junto a los libertarios, en respaldo a la lista que encabeza Gonzalo Roca.
Es más, entre el viernes y este sábado, hubo reuniones del comando de campaña libertario, con la presencia de dirigentes juecistas.
El “por ahora”, sin embargo, encierra un hendija de incertidumbre por el futuro inmediato. Juez valoró los gestos de Francos y de Karina Milei, pero espera algo más: un gesto personal del presidente Milei, a quien considera su amigo.
“Fue un golpe duro. Sabemos que responde a la interna del Gobierno, pero fue muy grave en lo personal. Y conociéndolo a Luis, creo que necesita que Milei tenga un gesto con él, por la relación de amistad que tienen”, confió a La Voz uno de los dirigentes que más conoce al senador.
Con los comicios bonaerenses como telón de fondo, los próximos días serán decisivos para la relación entre Juez y los libertarios.
Parece poco probable una ruptura inmediata, pero si el Presidente -que ayer regresó de los Estados Unidos- no tiene alguna intervención, el apoyo del juecismo podría empezar a resquebrajarse.
El trasfondo de una ofensiva
Según diversas fuentes libertarias cordobesas, el ataque del Gordo Dan no fue un arrebato emocional. Fue un movimiento calculado. Parisini no solo no se retractó: redobló la apuesta y calificó de “traidor” a Juez.
Detrás de la furia digital, muchos señalan una línea directa: Parisini responde a Santiago Caputo, el estratega de perfil bajo pero altísimo poder que mantiene una pulseada cada vez más explícita con Karina Milei.
Pese a los intentos del propio Presidente por calmar las aguas –con Guillermo Francos como mediador–, las diferencias internas siguen dejando cicatrices.
La pelea por las listas en la provincia de Buenos Aires fue apenas una muestra. Hoy, el oficialismo nacional sigue dividido en dos alas: las “Fuerzas del Cielo”, que responden a Caputo, y las “Fuerzas Territoriales”, que lidera Karina Milei, con sus dos escuderos, los primos Menem: Martín, presidente de la Cámara de Diputados, y Eduardo “Lule”, su mano derecha y subsecretario de Gestión Institucional de la secretaría General de la Presidencia.
Entre los libertarios hay una admisión tácita: Karina Milei ganó la pulseada en el armado de las listas en todo el país.
En filas oficialista aseguran que a Caputo le dolieron dos derrotas que le infligió Karina: no haber podido ubicar a sus militantes digitales en las listas en la provincia de Buenos Aires, y el triunfo de la estrategia de la hermana del Presidente en Córdoba, donde apostó por candidatos “puros” y poco conocidos, sin negociar con el radicalismo.
Caputo había apostado por una alianza con Rodrigo de Loredo, impulsándolo para encabezar la lista libertaria. La contraoferta de Karina Milei, a través de “Lule” Menem, fue un tercer lugar, que De Loredo rechazó.
Según las encuestas que en su momento manejó Santiago Caputo, un acuerdo con los radicales le garantiza a La Libertad Avanza un piso electoral del 45% en Córdoba.
Dos meses atrás, este escenario que pronosticaba el influyente asesor presidencial coincidía con los datos que manejaban en el Centro Cívico.
Juez se mantuvo al margen del armado en Córdoba. Sostuvo que apoyaba la lista del Presidente, “sin pedir nada a cambio”. Es decir, exigir lugares en la lista, que no se sabe si se los iban a ofrecer.
El senador tiene un vínculo personal y directo con Milei. Cenaron a solas en Olivos, en cinco oportunidades, desde que el economista ultraliberal llegó al poder. Las dos reuniones que el senador mantuvo con Karina Milei fueron a pedido del propio Presidente.

Hoy, el juecismo representa el único aliado territorial de peso para los libertarios cordobeses que lidera Bornoroni. Por eso, el ataque de Parisini no fue solo un misil contra Juez: también apuntó contra la estrategia electoral bendecida por Karina Milei en Córdoba, y replicada en otras provincias.
Detrás del exabrupto, entonces, hay una trama más profunda. Lo que está en juego no es solo una relación política: es el delicado equilibrio de poder dentro del Gobierno nacional, atravesado por una sórdida interna que nunca terminó. Y Juez, esta vez, quedó en el medio del vendaval de la interna libertaria.