El senador Luis Juez tuvo el martes pasado el primer encuentro con el influyente asesor presidencial todoterreno Santiago Caputo. La charla se concretó luego de dos cenas a solas en Olivos con el presidente Javier Milei y una larga reunión con la poderosa secretaria General de la Presidencia, Karina Milei,
De este modo, el senador completó sus contactos con el triángulo donde se sustenta el poder de la gestión libertaria.
Los diálogos del excandidato a gobernador de Córdoba fueron escalón por escalón. El Presidente fue quien le abrió la puerta a una reunión con su hermana, quien está a cargo del armado nacional del partido La Libertad Avanza. Y Karina Milei habilitó el encuentro con el enigmático Santiago Caputo, hijo de un primo del ministro de Economía, Luis Caputo.
La reunión con Santiago Caputo fue en la Casa Rosada, donde participó otro funcionario de peso, aunque no del círculo íntimo de los Milei: el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
Entre sus íntimos, Juez le baja el perfil a estas reuniones, pero tienen un impacto en el escenario político cordobés
El senador dice que no habló de candidaturas con los Milei ni con Caputo. “Con Karina, Caputo y Francos tratamos temas del Congreso. Hablar hoy de las elecciones del año que viene es faltarle el respeto a la gente, que está mal y, pese a eso, sigue apoyando al Gobierno. Al menos yo no voy a cometer ese error”, razonó Juez entre sus más cercanos, quienes se muestran sorprendidos por el trato que los libertarios le brindan al senador cordobés.
Gill resiste, mientras se le suma otra causa
Las escandalosas denuncias contra el expresidente Alberto Fernández por el presunto delito de violencia de género en contra de Fabiola Yañez generaron un fuerte impacto en el escenario político nacional, especialmente en el PJ.
En Córdoba, esta resonante causa judicial nacional tiene un impacto inesperado: se reactivó la embestida de la oposición contra el ministro de Cooperativas y Mutuales, Martín Gill, quien está procesado por una denuncia de una expareja por violencia de género. La acusación es por “lesiones leves”.
En los próximos días, el radicalismo y el juecismo seguirán reclamando al gobernador Martín Llaryora la renuncia del exintendente de Villa María a su puesto en el gabinete provincial.
La instrucción de la causa contra Gill fue realizada por la fiscal Juliana Companys, quien pidió la elevación a juicio oral. La defensa del funcionario provincial apeló la medida ante la jueza de control, María Soledad Dottori.
Ahora, esa magistrada tiene tres posibilidades para resolver: archivar la causa por ausencia de delito, admitir el juicio oral o decidir una opción intermedia, que sería devolver la causa a la fiscal Companys para que siga investigando algún aspecto que la jueza crea que no está acreditado.
A la investigación por violencia de género, ahora se le sumó otra. Es que el juez federal Julián Ercolini citó a declarar como imputado a Gill (en caracter de coautor) en una causa por supuesta malversación de caudales públicos.
Se trata de una investigación sobre el rol de Gill cuando se desempeñaba como secretario de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación, en el gobierno de Cristina Kirchner, en el manejo partidas de dinero a la Universidad Nacional de San Martín, en la provincia de Buenos Aires.
Siciliano, “refuerzo” llaryorista para el partido de Schiaretti
El exgobernador Juan Schiaretti volvió días pasados de un viaje por Europa y se puso a trabajar en la construcción del partido nacional Hacemos por Argentina, pensando en las elecciones del año próximo y las de 2027.
El diputado nacional Carlos Gutiérrez y el secretario de Relaciones Internacionales de la Provincia, Juan Carlos Massei, son los principales operadores del exgobernador en su objetivo de buscar proyección nacional. La tercera pata de esa mesa chica es la senadora nacional Alejandra Vigo.
En los últimos días, el equipo de Schiaretti sumó un refuerzo. Se trata de un dirigente de confianza del gobernador Martín Llaryora: Miguel Siciliano, titular del bloque de legisladores oficialistas.
“Es un dirigente con muchos contactos políticos y una gran capacidad de trabajo. Le va a sumar mucho al ‘Gringo’, quien se está reuniendo con dirigentes de todo el país”, aseguró un llaryorista sobre el ingreso de Siciliano al equipo de campaña del exgobernador.
Cuando fue secretario de Gobierno de Llaryora en el Palacio Municipal de la ciudad de Córdoba, Siciliano disputó fuerte con Daniel Passerini la candidatura a intendente. Ahora, el dirigente peronista está enfocado en la Legislatura y el trabajo político con Schiaretti, alejado de la Capital.
“Miguel es del equipo de Martín y juega donde el gobernador lo ponga. Su proyecto político no es personal; es formar parte del equipo de Llaryora y Schiaretti”, dicen desde el entorno del legislador provincial.
El turismo, como ancla para seguir tendiendo puentes “cordobesistas”
La construcción del “partido cordobés” a la que está abocado en el plano político el gobernador Martín Llaryora tiene distintas fuentes de alimentación. Una de ellas, acaso la más directa, es a través de la gestión, que sirve para acercar a dirigentes extrapartidarios al oficialismo.
En ese plano, y desde hace meses, la Agencia Córdoba Turismo, liderada por Darío Capitani –uno de los sumados al oficialismo y con pasado en el PRO– viene haciendo un trabajo silencioso, pero ya reconocido puertas adentro del llaryorismo.
“El turismo es una especie de alfombra roja, tanto para iniciar como para recomponer o para afianzar vinculaciones de terminales del gobierno con municipios a los que, de otra manera, se hace más difícil entrarle”, asegura un funcionario provincial.
La semana pasada, en Río Ceballos, hubo una muestra de esa forma de relacionamiento, que es una especie de siembra para el futuro.
En un mismo acto, por la firma de un convenio de colaboración turística entre Río Ceballos y Jesús María con la intermediación de la Agencia Córdoba Turismo, coincidieron los radicales Ezequiel Lemos (Río Ceballos) y Zárate (Jesús María). Además de Capitani, por el peronismo estuvieron el legislador Miguel Siciliano y su par Gustavo Brandán, exintendente de Colonia Caroya.
