La política cordobesa está a punto de hacerse trampa jugando al solitario. Es la mejor definición que le cabe al proyecto que presentaron cuatro legisladores de Juntos por el Cambio para regular el juego online en el ámbito de la provincia de Córdoba.
En principio, se trataría de un enorme globo de ensayo: si logra cierto consenso social o al menos un rechazo tibio, el oficialismo apoyaría la iniciativa. Se especula con que el 29 de diciembre se trataría en la Legislatura.
Todo sobre el proyecto sobre el juego on line.
La entonces Unión por Córdoba (hoy Hacemos por Córdoba) fue la fuerza que habilitó el desembarco de las tragamonedas en la provincia.
Hoy existen en 17 ciudades de la provincia salas de juego donde operan 3.700 máquinas.
El proyecto tiene como objetivo “la regulación” de la actividad de juego online. El argumento es que se trata de una actividad que existe de modo clandestino y que debe el Estado aparecer para terminar con la ilegalidad y para proteger a los participantes.
Orlando Arduh, Alberto Ambrosio, Silvia Paleo y Gustavo Capitani son autores de la iniciativa.
Argumentan que operan en el país unos mil sitios y que en pandemia se incrementó 20% la cantidad de usuarios sin que el Estado arbitre nada.
Ambrosio niega terminantemente que con esto se esté habilitando el juego online. “Se está regulando lo que existe”, remarca.
Las trampas
Primera trampa: al regular, quedará habilitado el negocio de las apuestas. Sea cual fuere el eufemismo lingüístico, usted podría jugar desde su computadora personal, la de su oficina o en el celular a un negocio que hasta ahora, es probable, desconocía por completo. Saberlo legal podría ser un incentivo para jugar.
La segunda trampa que Córdoba se hace a sí misma tiene que ver con el título de la iniciativa: “regular el juego online”. Error. No sólo se podrá apostar en juegos que simulan un casino o lotería, sino que se podrán hacer apuestas deportivas.
Ahí está la parte del león: el fútbol, fuente de gigantescas apuestas que serían capaces de “modificar” el tanteador.
Si sin apuestas le sobran sospechas al fútbol argentino con arbitrajes poco transparentes, con apuestas los “partidos arreglados” estarán a la orden del día.
Los autores también dicen que la publicidad de estos juegos online estará prohibida. Tercera trampa: el mismo proyecto de ley dice que no podrá hacerse promoción “sin autorización de la autoridad de aplicación”. O sea, poder se podrá. Y si no se puede controlar la publicidad electoral en las plataformas y redes sociales, menos podrá hacerse con la difusión de estos sitios.
La española Codere llegó a un acuerdo con River y a partir de julio se convertirá en el principal auspiciante del equipo, a cambio de un desembolso de 12 millones de dólares hasta 2025. Bplay está con Vélez y Estudiantes de La Plata. City Center Online –la división de apuestas electrónicas del Casino de Rosario– cerró un acuerdo para vestir a partir de 2022 a Rosario Central y Newell’s.
¿Con qué argumentos Lotería frenaría el sponsoreo de Talleres o Belgrano, por ejemplo? ¿O de clubes menores, siempre asfixiados financieramente?
Los auspicios y la promoción del juego forman parte del corazón del negocio. Es hacerse trampa a uno mismo decir que eso no va a pasar, porque todo indica que así pasará: la ley no lo prohíbe.
La cuarta trampa tiene que ver con el tamaño del negocio. Córdoba podría tener como máximo cinco operadores de licencias, que tributarían alrededor del 12% en Ingresos Brutos. Más lo que perciben municipios y Nación, la carga fiscal –léase, la parte que muerde el Estado– rondaría el 25%. Es lo que se calcula para Ciudad de Buenos Aires y Provincia de Buenos Aires, ambas a punto de habilitar efectivamente el negocio.
Se calcula que en la provincia de Córdoba el negocio de apuestas online podría mover 30 mil millones de pesos. En Caba se calculan 40 mil millones, y en provincia de Buenos Aires, 65 mil millones. Esos 30 mil millones en apuestas serán compras que se le restarán al consumo local.
En la Quiniela, se apuestan hoy 12 mil millones. Para tener una idea: este año, el Impuesto Inmobiliario que pagan todas las viviendas de la provincia aportará 17 mil millones de pesos.
No es poca plata la que moverá el juego, con el agregado de que quien tiene problemas de adicción estará más vulnerable, porque basta con un celular para poder jugar.
Alerta
La ley prevé emitir un alerta cuando el jugador esté más de tres horas conectado. Es trampearse creer que eso será suficiente para impedir la ludopatía.
El pobre será más pobre. Un dato más: estas empresas suelen ser buenos aportantes de las campañas políticas. De todos los partidos.
La quinta trampa en el proyecto tiene que ver con la autoridad de aplicación: se le confiere a Lotería el poder absoluto para autorizar a las licenciatarias, cobrarles un canon y dar destino a las utilidades. No es muy buena administrando el negocio: el año pasado tuvo ingresos por 2.842 millones de pesos, pero apenas 498 millones (¡el 17%!) fueron a gasto social.
Todo lo demás fue a sostener a la propia Lotería, con casinos a pérdida desde antes de la pandemia.
