El dólar sumó otra jornada a la baja y la cotización en el Banco Nación cayó a $ 1.080 para la compra y 1.130 para la venta, bajo la sospecha de una intervención oficial para forzar al retroceso al piso de la banda.
Por su parte, el dólar mayorista se ubicó en $ 1.105 y $ 1.114 para ambas puntas, en una rueda donde las primeras posturas lo habían llevado hasta $ 1.130.
“Presunta intervención oficial en los mercados de futuros impactaron en el volumen y en la caída de los precios en la posición más corta”, señaló al término de la jornada el especialista en mercados, Gustavo Quintana. La cotización a fin de mayo retrocedió a $ 1.135. En cambio a diciembre se pactaron operaciones a $ 1.285 con suba de 1,6%.
En tanto, el MEP cedió a $ 1.142 y el Contado con Liquidación a $ 1.152,40. Por su parte, el “blue” quedó en $ 1.145 y $ 1.165 para ambas puntas.
En el mercado minorista, según el promedio que publica el Banco Central, el billete cerró este jueves a $ 1.087 y $ 1.138. Pero hubo entidades como el Banco Superville que lo ofrecía a sus clientes en $ 1.130, el mismo precio que el Banco Nación. El valor más caro se verificó en el Banco Macro a $ 1.157.
Tal como anticipó La Voz, el gobierno no se sentía cómodo con un dólar en la zona de $ 1.200 y con tendencia alcista. Por tal motivo comenzó a intervenir en el mercado de futuros el miércoles para presionar a la baja y ubicarlo más cerca del piso de la banda.
Ese es el único mercado en el que puede intervenir, ya que el acuerdo con el FMI le impide otro tipo de maniobras financieras para controlar el tipo de cambio.
El Gobierno se obsesiona con llevar al precio del dólar al piso de la banda, porque entre otros motivos es donde puede comenzar a comprar reservas. Hasta ahora, si bien no corrió riesgos que se vaya al techo de la banda, tampoco pudo lograr que se acerque al mínimo.
Por lo tanto, el Banco Central continúa sin incorporar divisas y las reservas brutas se ubican en U$S 37.997 millones, que implica una nueva baja de U$S 307 millones.
La consultora equilibra remarcó que el 13 de junio es una fecha clave porque el FMI revisará si el gobierno argentino cumplió con las primeras metas cuantitativas del nuevo acuerdo firmado en abril.
El foco está puesto en el nivel de reservas. “Hoy las reservas están negativas en U$S 8.500 millones, y la meta es terminar con un stock negativo de U$S 2.600 millones. Es decir, hay que mejorar U$S 5.900 millones en poco más de un mes”, indicó la firma.
La mejor noticia llegó del lado del Riesgo País que cayó a 678 puntos básicos. Cuando las pantallas de los operadores mostraron ese retroceso, el presidente Javier Milei salió en las redes sociales a celebrarlo: “Hemos perforado los 700 bps... No van a poder para el avance de las ideas de la LIBERTAD... VIVA LA LIBERTAD CARAJO”, posteó el presidente en sus redes sociales.
La reacción del jefe de Estado pareció emparentarse con una interpretación de apoyo del mercado al país pese a la frustrada sanción de la Ley de Ficha Limpia.
El Gobierno necesita que el Riesgo País se acerque a los 400 puntos básicos para volver a los mercados voluntarios de deuda.
Desde el Ministerio de Economía señalaron que no será necesario hacerlo hasta 2026 porque los vencimientos de 2025 ya están cubiertos. El próximo pago importante será en julio por U$S 4.500 millones.
Favorable perspectiva
Por su parte, la calificadora de riesgo Moody’s ofreció un panorama alentador en cuanto a la operación de los bancos. La firma espera un salto en los créditos al sector privado hasta llegar al 13% del PIB, luego del 10,9% del año pasado.
“Si bien esperamos que el mayor aumento provenga de la cartera en pesos, las modificaciones en materia cambiaria introducidas el 14 de abril harán que aumente la dolarización de depósitos lo que podría impulsar más la intermediación financiera en dólares a empresas generadoras de divisas”, señaló Moody’s.
Asimismo, sostuvo que “la cartera de financiaciones a corporativos estará impulsada por demanda de los segmentos de energía, petróleo y gas y agropecuario, mientras que para el segmento individuos el crecimiento estará vinculado a créditos al consumo e hipotecas”.