Desde este sábado, en un hecho inédito por donde se lo mire, Córdoba tiene a dos hombres entre los hombres que designarán al sucesor del papa Francisco (86) cuando llegue el momento (por fallecimiento o por renuncia).
El capitalino Ángel Sixto Rossi (65), arzobispo de Córdoba, y Víctor Manuel “Tucho” Fernández, oriundo de Alcira Gigena y titular del estratégico Dicasterio para la Doctrina de la Fe, fueron designados cardenales por Bergoglio junto a otros 19 prelados de todo el mundo en una ceremonia que tuvo lugar en el Cementerio de la imponente Plaza de San Pedro, en El Vaticano.
Ellos se suman a un antiguo cardenal cordobés: Estanislao Karlic, quien por tener más de 80 años (tiene 97) no participa de la designación de los pontífices.
Es también un hecho histórico para el país, ya que por primera vez un Papa designa en el mismo acto a tres cardenales argentinos: además de Rossi y Fernández, fue investido el capuchino Luis Dri (96), quien por ser mayor de 80 años no participará de los cónclaves para la elección del próximo pontífice.
Entre los argentinos, junto con Rossi y Fernández también serán electores –y elegibles– Mario Poli y Leonardo Sandri, aunque este está a punto de cumplir los 80.
Internacionalización de la Iglesia
A lo largo de su papado, Bergoglio ha aplicado una política de “deseuropeización” del colegio cardenalicio, para darle más representación al resto del planeta.
Cuando el Consistorio de este sábado haya concluido, los electores serán 137 (aunque el número se seguirá moviendo a medida que se vayan jubilando): 53 de Europa, 39 de América (15 de América del Norte y 24 de América Latina), 19 de África, 23 de Asia y 3 de Oceanía.
También impulsó con fuerza la designación de prelados, al punto que ya lleva designados a 7 de cada 10 cardenales en condiciones de votar: 99. Del resto hasta completar los 137, 9 fueron designados por Juan Pablo II y 29 por Benedicto XVI.
La ceremonia de designación, que incluye la imposición del birrete cardenalicio, la consagración del anillo y la asignación del título o diaconía, cuenta con un importante marco de público.
De todo el mundo han llegado al Vaticano fieles y familiares y amigos de los nuevos cardenales. Uno de los grupos más nutridos y seguidores es el de los amigos de Rossi, muchos de ellos integrantes de la fundación Manos Abiertas, que el arzobispo de Córdoba impulsó y que ya lleva adelante distintas acciones en favor de los desposeídos en 10 provincias argentinas.
Plenos de felicidad, los cordobeses transitan las calles de Roma a la espera del momento culminante. Con el aguante de la más fiel barra futbolera, hoy a las 17.30 (12.30 en Argentina) se congregarán en la Iglesia de Jesús, en Roma, donde Rossi oficiará una misa.
Rossi de alguna manera se ha transformado en un punto de atracción. Por su carácter afable y también por haber conocido a Bergoglio en sus años de juventud, la prensa se centró sobre su figura. En las antípodas se sitúa el otro cordobés, “Tucho” Fernández: el gigenense ha preferido mantener un perfil bajísimo, aunque es el argentino que ocupa el más alto cargo en la Iglesia Católica después del Papa.
