Héctor Torres fue representante argentino ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) e integró la Organización Mundial de Comercio.
Desde su lugar de residencia, en Ginebra, respondió las consultas de La Voz sobre las repercusiones del discurso de Javier Milei en Davos y analizó las medidas que pretende tomar esta nueva gestión en el país.
–¿Qué le pareció el discurso de Milei en Davos?
–Me sorprendió. Yo hubiera esperado que Milei aprovechara la oportunidad para explicar el rumbo que se propone darle a su gobierno, enunciara algunas medidas y explicara las ventajas de invertir en la Argentina.
–¿Cómo le parece que se leyó ese discurso en el ambiente de Davos, en EE.UU. y por parte del FMI?
–-Los que viajan a Davos lo hacen fundamentalmente para hablar de negocios y hacer networking político, pero evidentemente Milei tiene una irrefrenable vocación por la docencia. En todo caso, su intervención no pasó desapercibida y dejó a su auditorio convencido de que su fe en el mercado es auténtica.
Lo anacrónico y lo necesario
–¿Cuál es la opinión general que tienen en esas instancias sobre el plan de Milei para Argentina?
–Percibo entusiasmo por el rumbo, e inquietud por la viabilidad social y política de las reformas que se propone realizar. Hay una actitud de curiosidad por la nostalgia que siente Milei por el liberalismo económico de fines del siglo XIX. Hoy todos los líderes de las democracias liberales practican lo que se conoce como política industrial. Ya no quedan creyentes en el laisser faire. El liberalismo cerril de Milei es un poco vintage.
–¿Cuál es su opinión personal sobre el plan de Milei para Argentina?
–Creo que necesitamos hacer muchas cosas que Milei se propone hacer. Necesitamos un equilibrio fiscal, necesitamos dejar de abusar del financiamiento monetario, necesitamos alentar exportaciones, inversiones y la creación de empleo formal, para lo cual es necesaria una flexibilidad laboral. Para ello será necesario promover acuerdos legislativos que permitan que esas reformas puedan ser aceptadas por la población y continuadas por los próximos gobiernos.
–Sin que signifique hacer futurología, ¿qué le parece que puede pasar en Argentina si finalmente se aprueban todas las leyes que quiere Milei?
–Ninguna política económica se aplica en un ambiente químicamente puro. Todas se aplican en un contexto social y político determinado y sus expectativas de continuidad necesariamente dependen de su aceptación social. Por ello creo que habría que limitar los DNU a lo estrictamente necesario. A su vez, me gustaría que el Gobierno concentrara su capital político en reformar lo fiscal, que es lo que podría permitir resultados visibles en materia de inflación. Si la sociedad empieza a ver resultados, entonces el capital político del gobierno va a aumentar y con ello su capacidad de estabilizar la economía, profundizar y dar continuidad a las reformas y atraer inversiones.
–Y si no se aprueban esas leyes, ¿cuál le parece que sería el camino?
–Prefiero no especular sobre eso.
