Diego Spagnuolo, el saliente titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), atraviesa un momento de incertidumbre y temor. Un allegado a él dijo que el exfuncionario se siente “solo” y “decepcionado” con el Gobierno.
Spagnulo, a quien el presidente Javier Milei había otorgado un poder general para representarlo en tribunales el pasado octubre, estaría entre la furia, la tristeza y la decepción, particularmente con el mandatario, su hermana Karina, la familia Menem y Sandra Pettovello, al menos así lo confesó uno de sus amigos que rompió el silencio y contó a La Nación detalles de cómo atraviesa el extitular de la Andis sus días tras el escándalo.
Qué contó el amigo de Spagnulo que decidió romper el silencio
A sus amigos les confía que cree haber hecho lo correcto y que le “tendieron una cama”, recibiendo a cambio el “destrato” de la Casa Rosada.
Spagnuolo había expresado que pretendía “limpiar el área, anular las pensiones mal otorgadas y volver al sector privado”. Ahora, está en silencio y evalúa sus próximos pasos sin hablar con la prensa y esperando cómo continúa el avance de la causa.
En tanto, desde la Casa Rosada crece la incertidumbre por la identidad de quién grabó a Spagnuolo. Se menciona la existencia de grabaciones “sensibles” realizadas en un café o restaurante, y también de escuchas telefónicas.
Entre los posibles responsables se barajan dueños de droguerías, sectores afines al kirchnerismo, la exdiputada Marcela Pagano y su pareja Franco Bindi (negado por Pagano), e incluso allegados a Santiago Caputo.

Desde el entorno de Spagnuolo, siguió su amigo, sospechan de “Cerimedo”. Se trata del consultor Fernando Cerimedo, copropietario del portal “La Derecha Diario” y pareja de Natalia Basil, quien trabajó con Spagnuolo en Andis antes de renunciar.
Consultado por Clarín, el propio Cerimedo confirmó su vínculo con Spagnuolo y dijo que era un amigo con quien “hacía catarsis”.
Por otra parte, el allegado que habló recientemente dijo que Spagnuolo “solo firmó tres licitaciones, que fueron prolijas” y apuntó contra Daniel Garbellini, otro funcionario desplazado de la Andis.
En tanto, cuestionado de si como funcionario público debía denunciar irregularidades, sus allegados lo defendieron afirmando que ya existía una investigación judicial abierta en manos del fiscal Carlos Rívolo y el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi que abordaba esos temas.
Mientras, señalan que el exfuncionario tiene “miedo de vida”. No descartan que se presente como “imputado colaborador” (arrepentido), pero tampoco que “cierre filas con la Casa Rosada”, dependiendo de los movimientos del Gobierno.
Desde el entorno del exdirector reiteran que Spagnuolo se siente “usado” y que lo metieron “en un baile que no era suyo”.
Con información de La Nación y Clarín