Para la diputada Gabriela Estévez, la marcha de la semana que pasó dejó en claro que, aun presa, Cristina Kirchner es la única líder del peronismo.
Y en Córdoba, pide que Juan Schiaretti, presidente del PJ, se exprese ante la “proscripción”, valora el apoyo de Natalia de la Sota y alerta sobre la vocación “persecutoria” de Luis Juez.
–¿Cuál es su lectura de la marcha a favor de Cristina?
–Una postal de enorme fortaleza y, fundamentalmente, de que hay un pueblo que acompaña. Ese pueblo que quizá no se sintió convocado en las últimas elecciones a ir a votar, sí se sintió convocado a salir a defender a quien es la principal líder de la oposición y del peronismo, y quien es el último recuerdo de felicidad que tiene. Cuando transitaba la plaza escuchaba palabras de agradecimiento constante por todas las transformaciones que se habían dado durante los 12 años de gobierno de Néstor y Cristina Kirchner. Hay un pueblo que está a la altura de las circunstancias, entiende que es momento de salir a dar esa pelea; que es una pelea simbólica de ideas, pero también de dignidad. Cristina sintetiza esa dignidad porque logró lo que el pueblo busca, necesita y quiere recuperar. Lo tradujo primero en sus ideas, luego en las discusiones políticas de cara a la gente, y también en representatividad.
–Estaban Massa, Moreno, Máximo, Kicillof. ¿Trabajan en una idea de unidad? ¿O una vez que se calmen las aguas se viene la disputa el liderazgo del PJ?
–Hay algo clarísimo y es que no hay disputa sobre el liderazgo.
–¿No hay disputa?
–Un millón de personas en la calle dejó clarísimo dónde está el liderazgo del peronismo. Otra cosa son las candidaturas. Hubo una demostración de mucha responsabilidad por parte de la dirigencia del peronismo y de las diferentes fuerzas populares que también acompañaron, entendiendo que hay un reclamo genuino del pueblo. Esa gente, un poco exigió que armemos la propuesta y nos pongamos al frente.
–¿Dice que Massa, Moreno, Kicillof van a subordinarse a lo que diga Cristina en el armado?
–No se trata de subordinación.
–Pero ¿van a aceptar el liderazgo de la expresidenta?
–No hay dudas sobre su liderazgo. Hay que tener la madurez suficiente como para sentarse en una mesa y dirimir, entendiendo la representatividad que cada uno tiene.
–Remarca lo de la representatividad.
–Quiénes son capaces de sintetizar las propuestas y expresarlas. Y en eso no pueda haber ni egos, porque el protagonismo lo tiene el pueblo. Porque, aun sin poder estar Cristina en la plaza, el pueblo estaba colmando todas las calles cercanas, demostrando que están para acompañar un proyecto de transformación.
–Esa postal contrasta con Córdoba, donde hubo indiferencia.
–No creo...
–En la gente.
–Hubo una manifestación en el Patio Olmos bastante importante. La de Córdoba fue, quizá, de las más importantes del país.
–Teniendo en cuenta cómo vota la provincia, tampoco hubo reacciones de celebración. Y en el peronismo, la única excepción fue Natalia de la Sota.
–Sí, hay una distancia muy grande entre la dirigencia política y lo que sucede en la calle con la gente, y por eso también hay una crisis de representación. Lo de Natalia de la Sota no me sorprendió porque sé lo que pensaba José Manuel. Él estaba absolutamente en contra. Recuerden que era muy cercano a Lula y entendía todo el proceso de persecución política, judicial, y mediática que había sobre Cristina y también ponía en discusión eso, y decía que era algo que había que resolverlo desde la política. Así que no me sorprendió, lo esperaba y estuvo muy bien. Luego, la dirigencia... tampoco me interesa tanto el resto, pero sí lo que dice el Partido Justicialista de Córdoba. Es un punto muy importante porque Cristina es la presidenta del PJ a nivel nacional.
–¿Por eso le pidieron a Juan Schiaretti que se exprese públicamente?
–Porque es el presidente (del partido). Dentro de la historia del peronismo, le pedimos con contundencia, y con mucho respeto, que salga a expresarse.
–¿Y por qué Llaryora y Schiaretti no dijeron nada?
–Llaryora es el gobernador, no es autoridad partidaria.
–Ellos han hecho del antikirchnerismo una bandera, y ahora se mantienen en silencio.
–Estoy convencida, como peronista, de que la delegación Córdoba se tiene que expresar públicamente.
–Pero separa a Llaryora.
–Porque no es autoridad partidaria y porque no quiero poner nombres propios. Lo que tenemos que exigir con mucha contundencia es que el partido se exprese. Porque además si el peronismo no lo hace genera una ventana que se abre a un nuevo período de proscripción, que no solamente involucra a Cristina. A través de este fallo, puede suceder lo mismo en Córdoba. Si fuese autoridad de un municipio, de la provincia o si lo fui anteriormente, me preocuparía. Quién sabe si Juez, con esa vocación que tiene persecutoria...
–No un juez, sino Luis Juez.
–Sí, hablo de Luis Juez. ¿Quién sabe si no podría llegar a hacer lo mismo? ¿Alguien tiene una duda? Quiero recordar como se fue del gobierno De la Sota. Tiene esas características: le gusta la persecución y el hostigamiento. Por eso es importante pronunciarse.
El peronismo en Córdoba
–¿Qué impacto tiene en Córdoba? ¿Puede acercar el kirchnerismo con el peronismo? Se habla de Natalia de la Sota.
–No estoy para especulación política. Más en un momento tan importante como este, donde está tan claro qué representa el Gobierno y qué es lo que uno puede construir al frente. Eso se notó con mucha claridad en la plaza. Lo mismo debería pasar en cada uno de los distritos. Estaba (Ricardo) Quintela, entre otros. Habíamos tenido una reunión con los gobernadores Gildo Insfrán, Sergio Ziliotto Raúl Jalil. Acá no hay grises. Es un momento donde está muy claro qué es lo que representa Milei y quiénes lo rodean, y qué es lo que debe representar el peronismo como movimiento histórico. Uno tiene que elegir en qué lugar se para. Y en cuanto a las definiciones que cada uno tome, la historia lo terminará juzgando.
–¿Qué opina de Kicillof y su decisión de haber adelantado las elecciones? Hay algunos lo consideran factor clave para que se haya apurado el fallo de la Corte.
–Fue un error, pero por una cuestión electoral. Lo demás es contrafáctico.
–¿No está enojada con Kicillof?
–No estoy enojada con ningún compañero porque no es momento para estarlo, sino todo lo contrario: hay que unirnos para buscarle una solución a esto que estamos viviendo, que tremendamente preocupante y que va a dejar al país casi en ruinas. Y lo digo convencida.
–¿Ve en Kicillof a un dirigente que tome la posta? Cristina no puede competir y el PJ tiene que armar una propuesta.
–¿Cómo no voy a considerar eso? Siempre lo valoré muy positivamente. Es un compañero que tiene enormes condiciones. Y hay otros que también las tienen, como en la elección anterior Wado (de Pedro), que se proponía como presidenciable. Está Massa también. No es un tiempo para dar nombres propios, es tiempo para asumir grandes responsabilidades.
Otras propuestas
–¿Y empezar a articular propuestas? Cristina había empezado a hablar de la necesidad de revisar algunas ideas.
–Lo estamos discutiendo en el marco del partido. Las diferentes secretarías están teniendo un funcionamiento cotidiano. De hecho, Emiliano Estrada tuvo una reunión con economistas de diferentes sectores para empezar a trazar una propuesta económica. También hubo una reunión de representantes de diferentes gremios para empezar a pensar la reforma laboral, sin verla con una connotación negativa. Una reforma moderna que tenga en cuenta los nuevos tipos laborales que hay en este momento. Yo estoy a cargo de la Secretaría de Adicciones. Estuve reunida con trabajadores del Sedronar, y con los padres Molina y Paco. Venimos trabajándolo porque entendemos que lo mejor que podemos brindar a la sociedad es una alternativa que les permita recuperar la fe, y que eso los lleve a volver a votarnos.
