Es imposible saber cuánto pudo finalmente haber influido el aviso de la Justicia Electoral Municipal “recordando” que no se impondrían multas a quienes no fueran este domingo a votar. Pero lo cierto es que el nivel de participación electoral en los comicios municipales de la ciudad de Córdoba fue el más bajo desde el regreso de la Democracia, en 1983.
Según datos de la autoridad electoral, apenas un 59,7% del padrón habilitado para votar efectivamente lo hizo este domingo. Fueron 13 puntos porcentuales menos que la participación registrada en la anterior elección municipal de 2019, que consagró como intendente capitalino al ahora gobernador electo Martín Llaryora. Hace cuatro años había votado el 72,7% de los ciudadanos habilitados para hacerlo.
La pérdida de electores fue de casi 150 mil en apenas cuatro años (805 mil contra 657 mil).
La bajísima afluencia a las urnas pudo constatarse desde muy temprano, con escuelas semivacías y mesas casi sin filas de personas esperando parea ejercer su derecho cívico. Sólo a media mañana fue posible observar algún movimiento algo mayor en torno a algunos colegios, sin que ello supusiera ninguna aglomeración importante de personas.
Por la tarde, la afluencia de personas fue incluso menor a la de la mañana, con muchas mesas que durante largos períodos de tiempo estuvieron sin votantes en el cuarto oscuro.
No obstante lo ocurrido el domingo, la participación cívica en las elecciones para elegir al intendente de la ciudad de Córdoba viene en baja desde hace años. Hasta mediados de la década del ‘90, la afluencia a las urnas rondó siempre el 85%, lo que implicaba un nivel significativo.
En 1999, en la última elección del siglo pasado, la participación se retrajo por primera vez de manera importante, hasta el 76,9%, baja que volvió a repetirse en 2003, 2007 y 2001, cuando la asistencia de votantes apenas superó el 70%.
En los dos comicios siguientes (2015 y 2019), la participación amagó con un leve repunte hasta orillar el 73%, hasta que la alarmante caída en la afluencia cívica registrada este domingo volvió a consolidar la tendencia a la baja observada en los últimos 25 años.
Repercusiones
La baja participación electoral del domingo fue abordada durante toda la jornada por referentes tanto del oficialismo como de la oposición, aunque ensayando distintos argumentos para explicar el fenómeno.
El jefe de campaña de Hacemos Unidos por Córdoba y presidente de la Agencia Córdoba Deportes, Héctor “Pichi” Campana, fue el primero en hacer referencia a la baja afluencia de votantes. “Sí ha habido una baja participación, nosotros esperábamos más participación de la gente, algo que está ocurriendo en todas las elecciones que se realizan en nuestro país”, reconoció.
Desde la oposición, el legislador radical Dante Rossi dijo: “El bajo porcentaje que hemos tenido se debe a una activa participación de la junta electoral incitando a la gente a no votar”.
Por su parte, el jefe de campaña de Juntos por el Cambio, Juan Negri, disparó: “Si la Junta Electoral tenía el cometido de inducir a la gente a que no vote, lo ha cumplido”.
Delia Ferreira, titular de Transparencia Internacional, se expresó en redes sociales exponiendo su visión sobre el polémico anuncio de la Junta Electoral Municipal.
Entre otras cosas, dijo que el voto era obligatorio y que la Junta Electoral era la responsable de aplicar sanciones monetarias en caso de incumplimiento injustificado por parte de los votantes, multas que deberían estar especificadas en el Código de Faltas.
