El Papa Francisco y el presidente, Javier Milei, estuvieron en las antípodas del pensamiento económico, social y político, que se tradujo en cruces públicos, que incluyen exabruptos muy fuertes por parte del actual mandatario nacional.
Enraizado en la Doctrina Social de la Iglesia, Jorge Bergoglio desde su parroquia en Flores y luego como Francisco desde el Vaticano, siempre expresó sus críticas al “capitalismo salvaje” e incluso trabajó para que su discurso se transforme en hechos, tal como lo hizo con armado de un grupo de jóvenes para que militen por un nuevo orden mundial con foco en las personas y no en el dinero.
El acérrimo rechazo a todo lo vinculado a una idea cercana al progresismo, llevó al presidente Milei a desatar una serie de epítetos contra el Sumo Pontífice, incurriendo en muchos casos en graves faltas de respeto.
En 2018, cuando su verborragia y la radicalización de su mensaje impulsaban su popularidad, Milei calificó al Papa como un personaje “nefasto”, al tiempo que lo acusó de apoyar a “dictaduras sangrientas”.
“El Papa juega políticamente, es un Papa con fuerte injerencia política. Ha demostrado además una fuerte afinidad con dictadores como Castro o como con Maduro. Es decir, está del lado de dictaduras sangrientas. Tiene afinidad por los comunistas asesinos. De hecho, no los condena y es bastante condescendiente con ellos. También es condescendiente con la dictadura venezolana. Es decir, él es condescendiente con todos los de izquierda aun cuando sean verdaderos criminales. Eso es un problema”, supo decir en una entrevista con el polémico periodista estadounidense Carlson Tucker.
Con la misma virulencia, durante un reportaje televisión aquí en la Argentina lo calificó como “el representante del maligno en la tierra”.
“Habría que explicarle al imbécil ese que está en Roma, que defiende la Justicia Social. Que sepa es un robo y que eso va en contra de los mandamientos. Lo voy a decir de frente: el Papa es el representante del maligno en la Tierra. El Papa impulsa el comunismo”, vociferaba.
Anteriormente también se había referido a él como “zurdo hijo de…”.
Pero a medida que la carrera política de Milei fue tomando envergadura y la posibilidad de llegar a la presidencia lucía como una posibilidad más terrenal, fue moderando su discurso.
Pero a poco de la elección que lo encumbró a la primera magistratura la relación tuvo otro cortocircuito. Fue cuando en el acto de cierre de La Libertad Avanza en la Capital Federal, Alberto Benegas Lynch, a quien reivindica como el padre de su espacio, instó a cortar relaciones con el Vaticano, tal vez influenciado por aquella radical posición de Milei años atrás, pero que debía comenzar a morigerarse.
Inmediatamente desde el entorno de Milei buscó bajarle el tono a tan fuerte declaración dejando a Benegas Lynch solo en su posición.
Francisco no se quedó atrás y por esos días cuando el proyecto libertario parecía encaminarse hacia la Casa Rosada también lanzó su advertencia, aunque sin nombrarlo directamente: “Les tengo miedo a los flautistas de Hamelin (...). Todos fuimos jóvenes sin experiencia y a veces los chicos y las chicas se aferran a milagros, a mesías, a que las cosas se resuelven de manera mesiánica. El Mesías es uno solo que nos salvó a todos. Los demás son todos payasos de mesianismo”.
Estos severos cruces fueron dejados parcialmente de lado cuando Milei se instaló en Balcarce 50 y en febrero de 2024 mantuvieron un encuentro en Roma que duró más de una hora.
La información oficial de esa conversación a solas, que incluyó una foto de ocasión, transmitió que había sido en buenos términos y con Milei explicando su programa de gobierno. Francisco sólo habría escuchado.
Ahora Milei está rearmando su agenda para participar en persona del funeral.
“El gobierno tiene muy buena relación con la Santa Sede”, destacó el secretario de Culto de la Nación, Nahuel Sotelo, quien indicó que cuando se conozca el cronograma de actividades en el Vaticano se anunciará la fecha y la hora del viaje de Milei a Roma.
“La idea es mostrar el gobierno y la presidencia de Milei, tienen una muy buena comunicación con el Vaticano y la Santa Sede”, enfatizó Sotelo.
En el comunicado oficial que publicó el gobierno, se evitó toda connotación sobre la posición ideológica de Francisco. No obstante, para unirlo al pensamiento oficial se subrayó “la incansable lucha para proteger la vida desde la concepción, promover el diálogo interreligioso, y acercar la vida espiritual a los más jóvenes”.