La inauguración de la 49ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, celebrada ayer jueves 24 de abril en La Rural, se convirtió en un escenario de protesta y tensión.
Un grupo de destacados escritores, entre ellos Claudia Piñeiro, Guillermo Martínez, Selva Almada, Sergio Olguín, Enzo Maqueira y Liliana Heker, encabezó un escrache contra el secretario de Cultura de la Nación, Leonardo Cifelli, levantando carteles con la imagen del historiador y escritor Osvaldo Bayer y su cita: “Hay que esclarecer nuestro pasado para que nunca se repita”.
La acción, que tuvo lugar durante el corte de cinta, fue una respuesta a la demolición de un monumento a Bayer en Río Gallegos, ordenada por Vialidad Nacional en marzo de 2025.
El acto inaugural, que comenzó a las 18 y contó con más de 800 asistentes, incluyó discursos del escritor Juan Sasturain, quien abrió la Feria con un texto de 26 páginas reflexionando sobre la vergüenza y la esperanza, y del presidente de la Fundación El Libro, Christian Rainone, quien rindió un breve homenaje al Papa Francisco, fallecido el lunes.
Abucheos a Cifelli durante la inauguración de la Feria del Libro
Sin embargo, la intervención de Cifelli desató una fuerte reacción.
Mientras el funcionario defendía las políticas culturales del Gobierno de Javier Milei, afirmando que “la política partidaria no debe intervenir en la cultura” y alardeando de la salida del cepo cambiario con la frase “¿Lo sacaron ustedes o lo sacó Milei?”, el público lo interrumpió con silbidos y abucheos. Algunos de sus adeptos, distribuidos en el auditorio, intentaron contrarrestar con aplausos, pero la tensión fue evidente.
La protesta con las imágenes de Bayer simbolizó el descontento del sector cultural con las políticas del Gobierno libertario.
En marzo, Vialidad Nacional había derribado un monumento al autor de La Patagonia rebelde en la entrada de Río Gallegos, alegando problemas de visibilidad vial, una decisión que fue duramente cuestionada por organizaciones de derechos humanos y el intendente local, Pablo Grasso.
Aunque el gobierno de Santa Cruz, liderado por Claudio Vidal, anunció que la obra sería reubicada en el Complejo Cultural Santa Cruz, el hecho fue interpretado como un ataque a la memoria histórica.
“Subir la cara de Bayer nos pareció el acto político más contundente que podíamos hacer. Este Gobierno desmantela, y nosotros traemos a escena lo que destruyen”, expresó Claudia Piñeiro a Página/12.
Por su parte, Guillermo Martínez, otro de los escritores presentes, señaló en una entrevista radial que “le tienen desprecio absoluto a la cultura; su batalla cultural es destruirla”.