“Puede ser. Es uno de los temas en análisis. Es cuestión de ponerse de acuerdo. Lo hemos hablado, el gobernador (Martín Llaryora) siempre nos plantea el tema de Fadea y por supuesto que es un tema que está en el tintero”, dijo este martes el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, haciendo pública una negociación que transcurría en un silencio absoluto.
“Le decía ayer (por el lunes) que ha subido el valor desde que él ha mostrado tanto interés”, bromeó Francos en diálogo con Mitre Córdoba.
Desde el Centro Cívico, ratifican el interés por la histórica fábrica de aviones por su valor estratégico, porque se trata de un rubro de alto desarrollo tecnológico y competitividad para Córdoba y por la pésima experiencia que representó la concesión a la Lockheed Martin entre 1995 y 2009.
“Bien gerenciada, Fadea es un muy buen negocio”, reiteran en el despacho principal del Centro Cívico. No obstante, Llaryora prefiere no mezclar la posibilidad de un traspaso de Fadea a la Provincia con el régimen de compensación de deudas que está ofreciendo la Nación a las provincias.
Es que, aunque tomó trascendencia en las últimas horas, la posibilidad del traspaso se viene tejiendo desde hace tiempo.
Incluso, antes del desembarco de Fernando Sibilla -quien preside Fadea tras ser titular de la Agencia de Competitividad de Córdoba-, hubo consultas del actual directorio con Llaryora y con el exmandatario Juan Schiaretti para saber si había un interés genuino de la Provincia por participar, de alguna manera, en definir el futuro de la empresa. Hubo pulgar arriba.
Por lo tanto, se trabajó en dos frentes: uno fue una nueva reestructuración, que redujo la planta de personal. De acuerdo con los reportes oficiales del Indec, en diciembre pasado, había 922 personas y, en septiembre, la dotación era de 757 puestos, de los cuales 537 son empleados bajo convenio colectivo de trabajo, mientras que 205 están fuera de convenio y hay 15 contratos.
Según pudo conocer este medio, ese achique, junto con otros aspectos operativos, implica una reducción de costos de alrededor de $ 4.500 millones a valores constantes tomando febrero como referencia.
Hoy Fadea sigue operando a media máquina y sostiene el esquema de suspensiones para el 30% del plantel. El año pasado, la empresa cerró con un déficit operativo de unos U$S 16 millones y la expectativa es reducir sensiblemente ese rojo, pero todavía sin posibilidades de que desaparezcan las pérdidas.
El otro frente fue ir armando la base de un nuevo esquema que, por un lado, implica apuntalar los negocios en los que puede intervenir la compañía, y, por el otro, darle una impronta de gestión privada.
En este último punto, hay contactos permanentes con la Unión Industrial de Córdoba (UIC) para apoyar ese modelo. La entidad le transmitió a Francos el interés de que la empresa tenga una continuidad bajo la órbita provincial, pero asegurando un manejo profesional y técnico.
Entiende que, más allá de su simbología para la industria local, la fábrica tiene potencial y mano de obra calificada. Pero cree que es clave asegurar una transición hasta que Fadea obtenga sustentabilidad genuina. Ese es, si se quiere, el principal escollo en la negociación: quiénes ponen y cuánto.
Operaciones
En lo operativo, Fadea ya avanzó en la diferenciación de cuatro unidades de negocio: mantenimiento comercial, mantenimiento militar, ingeniería y fabricación. Pero el elemento clave para esa segmentación es la modalidad.
La idea es desarrollar alianzas estratégicas (joint ventures) para cada una de las unidades.
Hoy, las conversaciones más avanzadas son las que sostienen con Etihad Engineering para el mantenimiento de aviones comerciales.
En la actualidad, el músculo más importante viene de la mano de las Fuerzas Armadas. Por falta de financiamiento, la actual gestión tuvo que discontinuar contratos, por lo que se centró en sostener el mantenimiento de la flota operativa del Pampa, además de una intervención integral ya realizada sobre un Hércules.
Además, se realiza pintura para Aerolíneas Argentinas y para otras empresas, además de las tareas sobre seis conjuntos para el Embraer C-390 (aeronave de carga), paracaídas y mantenimiento de rotables para Flybondi y para JetSmart (ruedas, masa, frenos, entre otros), y para aviones Diamond DA42 de Prefectura Naval.
También está la expectativa de recuperar la habilitación de la Dirección General de Aeronáutica Civil para el mantenimiento de aviones comerciales y hay conversaciones para la producción de piezas primarias para una empresa de la región. A eso se agrega la renovación de los contratos para los aviones Pampa y Hércules.
Según fuentes con acceso al directorio de la empresa, la conducción actual cree que el proceso de reestructuración ya está completado y que ahora es momento de alimentar a Fadea con contratos, bajo la impronta de un management de estilo privado.
