Durante la tercera audiencia virtual del Juicio de los Cuadernos, reanudada por el Tribunal Oral Federal 7 (TOF 7), se procedió a la lectura de los principales extractos de los relatos de los 25 imputados colaboradores.
En esta jornada, Cristina Kirchner, acusada de liderar una asociación ilícita que recaudó fondos ilegales o sobornos entre 2003 y 2015, debió escuchar los testimonios que apuntaron directamente contra su gestión y su persona. Oscar Centeno, el exchofer que escribió los famosos cuadernos, ratificó que el sistema de recaudación continuó cuando ella ya era presidenta: “también llevábamos los bolsos con dinero”.
El Tribunal, compuesto por los jueces Enrique Méndez Signori, Fernando Canero y Germán Castelli, continuó desde las 9 hasta las 14.30 con la lectura del requerimiento de elevación a juicio.
El sistema de entregas en Olivos
Centeno, cuyo primer arrepentimiento fue clave para la investigación, describió cómo se alteró el circuito de recaudación tras el fallecimiento de Néstor Kirchner. Tras ese momento, las entregas se hacían en la casa de Roberto Baratta y ya no en Uruguay 1306.
Las anotaciones de Centeno en los ocho cuadernos originales fueron calificadas como una “bitácora de la corrupción” por la instrucción. En ellas se consignaban “fechas exactas, horarios, puntos de encuentro” y la manipulación de “bolsos, valijas, bolsas con dólares”.

Cuando Cristina Kirchner asumió la Presidencia, el exchofer indicó que las recaudaciones pasaron a ser una vez por semana.
Centeno relató que, en esas ocasiones en la Quinta de Olivos, la vio a ella en jogging. Detalló que ella “se cruzaba hacia el chalet donde se dejaba el dinero”. Las veces que asistían, pedían indicaciones y un secretario de Cristina daba el “ok” para ingresar. El exchofer estima haber ido a Olivos unas “7 u 8 veces” durante su presidencia.
La confesión de José López
Otro testimonio leído fue el de José López, exsecretario de Obras Públicas, quien aseguró que la expresidenta estaba al tanto de todo el esquema de recaudación.
López relató que el circuito consistía en que él coordinaba con Daniel Muñoz para que este recibiera el dinero de las empresas. Las entregas a Muñoz eran de dos a tres veces por semana, con montos que oscilaban “entre 100 mil a 300 mil dólares o euros”.
Según su confesión, en julio o agosto de 2007 se realizó una entrega importante por la puerta principal del domicilio de la calle Uruguay, donde se llevó una valija con alrededor de 8 millones de dólares.
Tras el fallecimiento de Néstor Kirchner, López fue convocado por la presidenta en enero de 2011, quien le dijo: “Podés ser parte del problema o de la solución”. En ese encuentro, López le contó “todo” a Cristina sobre el sistema de recaudación con obras viales. La operatoria, aunque se detuvo brevemente, fue reanudada ese mismo invierno por orden de Julio De Vido para la campaña de 2011.
Valijas destinadas a Río Gallegos
Claudio Uberti, extitular de Corredores Viales, sumó detalles sobre el destino final de los fondos en el sur del país.
Uberti sostuvo haber entregado “bolsos de más de diez kilos con dinero” en el departamento de Juncal. En una de sus visitas, afirmó haber visto “alrededor de 20 valijas de distinto tamaño" con dinero en el palier y el dormitorio, las cuales, según Muñoz, iban a ser llevadas a Santa Cruz.
El destino final de esas valijas era la casa de Néstor y Cristina Kirchner en Río Gallegos, donde existían bóvedas. Uberti detalló que el traslado del dinero se hacía a Santa Cruz en el avión oficial Tango 01, cargándose en la Base Aérea Militar de Aeroparque.
Los aportes de los 25 imputados colaboradores han sido una parte “fundamental para el esclarecimiento de los hechos investigados”, según la acusación de la fiscalía. La lectura de los roles de los 86 imputados en esta estructura continuará en las próximas jornadas, extendiéndose hasta el 18 de diciembre.






















