En el inicio, la escena tenía toda la carga simbólica que buscaban ambos. Pero con el transcurrir de los minutos, el encuentro entre Javier Milei y Donald Trump en la Casa Blanca pareció borrar las expectativas positivas con las que había llegado el argentino. Hubo elogios, gestos de amistad, pero una sentencia que convirtió a las próximas elecciones en cruciales.
Este martes, ambos almorzaron en la Casa Blanca. Pero, detrás de los gestos de sintonía personal, sobrevoló una frase que sintetizó la verdadera naturaleza de la relación: “Si pierde (Milei), no seremos generosos”. Con esas palabras, el presidente de Estados Unidos condicionó públicamente el apoyo económico de Washington a los resultados de las elecciones legislativas argentinas del 26 de octubre.
En la comitiva argentina participaron la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei; el ministro de Economía, Luis Caputo; la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; el titular del Banco Central, Santiago Bausilli; el canciller Gerardo Werthein; y el embajador en Estados Unidos, Alec Oxenford. Luego de la reunión, los funcionarios intentaron aclarar los dichos de Trump, apelando a que el norteamericano se refirió a las elecciones de 2027 no a las legislativas (ver página 4).
El encuentro, que duró poco más de una hora y que no se realizó en el Salón Oval como se había dicho, sirvió para exhibir un alineamiento político e ideológico que Milei cultiva desde su llegada al poder. Pero también dejó al descubierto una advertencia que resonó en Argentina y en los mercados: el respaldo estadounidense -y con él, parte del auxilio financiero que necesita el Gobierno argentino- dependerá de la continuidad del proyecto libertario.
Eso hizo, por ejemplo, que rápidamente cayeran bonos y acciones argentinas, y subiera el dólar (ver página 5).
Trump habló ante los medios previo al almuerzo. Lo hizo con el tono enfático que lo caracteriza y sin disimular su injerencia en los asuntos internos de un país que considera aliado. “Si un socialista o un comunista gana, te sentís diferente sobre hacer una inversión”, dijo en alusión a la oposición argentina. Y agregó, sin matices, y con tono de advertencia a los argentinos: “Si (Milei) pierde con un candidato de extrema izquierda, no seremos generosos con Argentina”.
No hubo anuncios económicos en la reunión, ni detalles del apoyo que viene llevando a cabo Estados Unidos. Pero sí la certeza de que la suerte del gobierno argentino dependerá de las urnas.
Trump dejó en evidencia que, para su administración, la relación bilateral con la Argentina tiene un componente político, incluso personal, más fuerte que el meramente estratégico. “La elección está cerca y la victoria es muy importante. Estamos acá para apoyarte. Será mejor después de este acuerdo”, insistió Trump mirando a Milei.
Elogios
Trump aprovechó el encuentro para elogiar la gestión económica del Gobierno argentino y destacar el rumbo de las reformas. “Tenemos confianza en que el presidente Javier Milei lo hará bien”, aseguró, en un intento de reforzar la narrativa de que su apoyo no es sólo personal sino institucional.
Pero la frase del día, que ató el apoyo a las elecciones, dejó flotando una sensación de condicionalidad que trasciende lo diplomático.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, fue aún más explícito. “No vamos a ignorar a nuestros aliados. Es mejor formar puentes económicos con ellos. Es una gran oportunidad para los argentinos”, afirmó, en alusión al swap acordado entre ambos países.
Sin embargo, cuando fue consultado por la prensa, descartó que ese entendimiento implicara la cancelación del swap que la Argentina mantiene con China.
La reunión también tuvo gestos de cercanía política. Milei felicitó a Trump por el reciente acuerdo de paz entre Israel y Hamas, y le entregó una plaqueta con una carta escrita por las familias de los rehenes argentinos liberados.
“Gracias por entender la amenaza del socialismo en el siglo 21. Gracias por lo que están haciendo por el mundo libre”, le dijo, visiblemente emocionado. Trump respondió con su habitual estilo: “Tu carrera fue extraordinaria. La gente en Argentina me quiere, mucha gente me quiere”.
En otro tramo, el presidente norteamericano comparó la situación argentina con la relación que mantiene con su propio estado natal. “No voy a mandar un montón de dinero a Nueva York. No voy a ser generoso con un comunista que toma el dinero y lo arroja por la ventana”, dijo, y enseguida trazó el paralelismo: “También es así con la Argentina. Si Milei no gana, creo que sé con quién va a competir. Es de extrema izquierda, una filosofía que metió en este problema en Argentina”.
Para Milei, en cambio, el apoyo representa una validación de su liderazgo en el exterior, pero una espada de Damocles frente a una elección que ahora parece a todo o nada.
Acuerdo
Trump también habló de la posibilidad de avanzar hacia un acuerdo de libre comercio entre ambos países. “Estamos confiados en que al presidente y su coalición les va a ir bien en las elecciones. Esta ayuda está sujeta a políticas económicas fuertes. Volver a las políticas fallidas del peronismo generaría que Estados Unidos reconsidere la situación”, advirtió Bessent, reforzando el mensaje político que el republicano había lanzado minutos antes.
Incluso se permitió proyectar más allá de las legislativas. “Si pierde (en 2027), no seremos generosos”, deslizó Trump, dejando entrever que su respaldo se extenderá siempre y cuando Milei conserve el poder.
“Las elecciones serán muy pronto. Es una gran elección, será vista por todo el mundo porque hizo un gran trabajo”, remató Trump. Detrás de esa frase amable, quedó el mensaje que nadie pasó por alto: la relación entre Buenos Aires y Washington no solo se medirá en términos de comercio o inversiones, sino en resultados electorales.
Milei, por su parte, evitó confrontar con la idea de condicionamiento. En su discurso público se concentró en agradecer el respaldo, en subrayar el “alineamiento total” con los Estados Unidos y en reforzar su narrativa de que su gobierno es un dique frente al avance del socialismo.
En el cierre de la jornada, el Presidente habló brevemente con los medios argentinos y calificó la reunión como “extraordinariamente productiva”.