En una sesión escandalosa y plagada de cruces entre el oficialismo y la oposición, este miércoles el debate en la Legislatura de Córdoba quedó trunco después de que el PJ y sus aliados evitara que se abrieran las exposiciones sobre la situación de Apross.
Ante el pedido de cierre del debate por parte de Hacemos Unidos por Córdoba, el arco opositor abandonó el recinto en medio de gritos y acusaciones.
El cuerpo deliberativo había ya entrado en una ebullición en un debate previo sobre la inseguridad en la provincia. El interbloque Juntos por el Cambio, con otros legisladores opositores, llevaron al recinto 13 proyectos de resolución con los que cuestionaron la política de seguridad en Córdoba.
En ese marco, el presidente del bloque de la UCR, Matías Gvozdenovich, volvió a pedir la renuncia del ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros. Y hubo duros planteos del opositor Rodrigo Agrelo, que denunció el avance narco en la provincia, mientras que el juecista Walter Nostrala, afirmó que el oficialismo “lleva 26 años de fracasos” en materia de seguridad.
Nadia Fernández, la vicepresidenta de la Legislatura, fue quien salió a responderles y enumeró las últimas cifras del delito, que aseguró que fueron en baja en comparación con 2024. Aunque este debate estuvo cargado de cruces y chicanas, con varias escenas de grito, la tensión mayor llegó más tarde.
Ya a las 20, cuando el cuerpo legislativo iniciaba el debate de cinco proyectos con pedidos de informe de la oposición sobre la situación financiera de Apross, junto con requerimientos de datos sobre el incendio en la sede de este organismo el viernes 19, se dio el punto de mayor puja legislastiva.
Sólo la radical Brenda Austin alcanzó a realizar la primera exposición con duros pedidos de explicaciones. El debate tenía acordado en la Comisión de Labor Parlamentaria que, al menos, harían uso de la palabra en el recinto siete oradores. Incluso, el oficialismo tenía planificado que sea el justicialista Leonardo Limia quien saliera a responderle a la oposición.
Y en los pasillos se comentaba que los legisladores terminarían en un debate duro de dos horas exclusivamente sobre Apross, pero finalmente fueron 10 minutos con gritos y acusaciones.
Tras la radical Austin, el legislador oficialista Abraham Galo pidió la palabra para solicitar el cierre del debate, ya que denunció que en la oposición había “intencionalidad política” por no confiar en la investigación que lleva adelante la Justicia.
La intervención de Galo fue una “jugada” armada por el mismo oficialismo para evitar que la oposición descargara las críticas sobre Apross. Esto desató de inmediato el enojo de la oposición, que en Labor Parlamentaria había acordado con el PJ abrir el debate para los pedidos de informe sobre la obra social provincial.
“Vergonzoso y salvaje la actitud autoritaria del oficialismo. Cerraron el debate sin permitir que se hable de Apross. Las llamas del incendio no tapan la corrupción. Tirarones”, lanzó la presidenta del interbloque de Juntos por el Cambio, Alejandra Ferrero.
Mientras que el legislador liberal Gregorio Hernández Maqueda levantó en el recinto una imagen de la sede de Apross en llamas. “Nos mintieron, nos quieren callar”, expresó al salir.
También dejaron el recinto los legisladores juecistas, Luciana Echevarría (izquierda), los radicales de Construyendo Córdoba y los integrantes del PRO. En ese momento no estaba en la sesión el libertario Agustín Spaccesi. Al igual que la radical más aliada con el oficialismo Graciela Bissoto que, en su caso, no participó en todo el debate por una tener actividad en su departamento.
“El Apross ya lo tienen incendiado desde antes, no quieren debatir”, lanzó Agrelo, que fue uno de los pocos opositores que no dejó la sesión.
Matías Gvozdenovich, como presidente del bloque de la UCR; junto con Oscar Saliba, vicepresidente primero de la Legislatura, adelantó que no participarán en nuevas reuniones de la Comisión de Labor Parlamentaria debido a que el PJ “no respetó el acuerdo” entre los bloques para abrir el debate sobre cinco pedidos de informe de Apross.
“Nosotros teníamos cinco oradores, la política es acuerdo, pero con el PJ de Córdoba no se puede acordar nada. Queríamos plantear el tema de Apross, pero no se la aguantan, los ciudadanos quieren saber. Ahora me vuelvo a mi pueblo y les tengo que decir que no pudimos debatir. Es una falta de respeto a la democracia”, expresó Saliba.
“Teníamos cinco oradores, el peronismo tenía otros tres, más los monobloques, pero no quieren debatir. Nos habían dado la palabra. No cumplieron. El peronismo no quiere hablar de Apross, del incendio, de los meses que se demora un medicamento, por qué no hay atención. Cerraron el debate”, insistió el radical Gvozdenovich.
“El peronismo ya no sabe cómo esconder la corrupción que brota en cada tema que queremos debatir. 26 años de Gobierno han hecho que el poder se le suba a la cabeza y ya no piensen en una matriz democrática sino en una monarquía absoluta. Hoy tienen el poder, pero lo van a perder. La ciudadanía ya no soporta tamaño engaño”, expresaron en un comunicado los legisladores radicales.
Walter Nostrala, presidente del bloque del Frente Cívico, aseguró: “No quieren escuchar, no tienen argumentos. Es lamentable porque van camino a silenciar la Legislatura”.
También coincidió que no se respetó lo acordado en Labor Parlamentaria para que se diera el debate.
En medio de esta situación tensa, hubo varios legisladores opositores que siguieron la discusión en los pasillos, ya que al retirarse la oposición, la sesión debió suspenderse por la falta de cuórum.
El presidente provisorio, Facundo Torres, en el hall central recibió las quejas de radicales, de legisladores del PRO, de Echevarría y del juecismo, que le reprocharon que no se respetó el acuerdo para debatir.
La “jugada” legislativa la había materializado antes el titular del bloque, Miguel Siciliano, en el momento que presidía la sesión Nadia Fernández y cuando Torres dejó por unos minutos el recinto. Fue entonces Galo quien recibió la indicación de mocionar el cierre del debate. Situación que terminó por sorprender a varios oficialistas que esperaban una discusión de dos horas.
“Tenía previsto hablar”, confió un justicialista que reconoció que sobre la marcha hubo un cambio de planes y que la pelea quedó en suspenso.