El Presidente Alberto Fernández realizó el enésimo llamado a la unidad del oficialismo en el acto de jura de las tres ministras que se incorporaron al gabinete, tras la crisis del fin de semana pasado. Las más de 700 invitaciones -algo inusual- para la ceremonia realizada a cielo abierto, detrás de la Casa Rosada, no pudieron tapar la orfandad política del Presidente, a menos de 14 meses de terminar su mandato.
“Si hay algo que nos une a ellas es la convicción de que debemos estar unidos por sobre todas las cosas. Aunque intenten dividirnos, la separación no tiene sentido. Las diferencias deberemos saldarlas en unidad y respetándonos”, expresó durante el evento.
A diferencia de las crisis de gabinetes anteriores, esta vez el Presidente tapó los agujeros en soledad. Con el diálogo con Cristina Kirchner congelado y con Sergio Massa concentrado en los avatares de la economía local, esta vez no hubo consultas a los grandes socios del Frente de Todos. Desde su entorno dejaron trascender que la designación de Kelly Olmos en Trabajo, de Victoria Tolosa Paz en Desarrollo Social y de Ayelén Mazzina en el ministerio de la Mujer, fue un ejercicio de reafirmación de autoridad: quién tiene la lapicera en el Gobierno.
La reacción del kirchnerismo
Desde el kirchnerismo esta vez se prefirió no responder. Andrés “Cuervo” Larroque, funcionario del gobernador Kicillof, y la voz de La Cámpora que suele aguijonear al Gobierno nacional, apenas reconoció cierto malestar por la falta de consultas en el recambio ministerial. Lo dijo con tono resignado, sin querer entrar en polémica. Prefirió reconocer su buen diálogo con Tolosa Paz.
Larroque, en cambio, meses atrás se cruzó con Juanchi Zabaleta, en un acto público. Aquella vez, el exministro salió en defensa del Gobierno nacional, pese a no ser un “albertista puro”, frente a las críticas del dirigente camporista.
La salida de Zabaleta (vuelve a la intendencia de Hurlingham) era esperada, igual que la de Claudio Moroni en Trabajo. Elizabeth Gómez Alcorta se fue con duras críticas a las fuerzas de seguridad federales en el desalojo de una comunidad mapuche Villa Mascardi, Río Negro.
“Un extraordinario ministro”, dijo Alberto Fernández de Zabaleta en el acto de ayer. Dijo haber quedado en deuda con él. A Moroni lo calificó de “amigo del alma”. Sobre la designación de la puntana Mazzina, aludió a la necesidad de “escuchar al feminismo del interior de la patria”.
De Kelly Olmos, Fernández resaltó su militancia y dijo que “nunca dejó de lado sus convicciones”. El co-secretario general de la CGT, Pablo Moyano, presente en el acto, había aludido un día antes al pasado de Olmos como funcionaria menemista: “Ojalá haya cambiado”, expresó.
La CGT asistió al acto
Alberto Fernández agradeció la presencia de la cúpula de la CGT: los otros dos co-secretarios generales, Héctor Daer y Carlos Acuña, el influyente Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez y Hugo Moyano.
Acuña, ligado a Luis Barrionuevo, dijo que se sintieron “ignorados” por el Presidente al no ser consultados para el remplazo de Moroni. “Nos hubiera gustado opinar”, dijo.
“Me alegra mucho verlos juntos a los dirigentes gremiales y también a Emilio (Pérsico) como parte de las organizaciones sociales. Todos unidos porque la Argentina nos necesita. A trabajar”, los arengó Fernández.
Sonó a una expresión voluntarista: el 17 O verá al sindicalismo y al peronismo con actos separados. Unos marcharán a la Plaza de Mayo (Pablo Moyano, aliados sindicales, el PJ bonaerense y La Cámpora); la CGT tendrá su Día de la Lealtad en Obras. “Alienta todos los actos”, dijo la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, sobre qué hará Alberto Fernández el próximo lunes. Fernández es presidente del PJ Nacional.
“Todos hacen falta, nadie sobra. Para ganar, como dice la marcha, debemos estar unidos y las diferencias deberemos saldarlas en unidad y respetándonos”, repitió el Presidente.
Fernández se comunicó con Cristina Kirchner el 22 de agosto, cuando la llamó para expresarle su apoyo frente al pedido de 12 años de prisión de los fiscales del juicio de Vialidad. También se comunicó tras el fallido atentado, a principios de septiembre. Decretó un día de feriado ante la gravedad institucional. Pero después volvieron las desconfianzas de siempre y el diálogo se interrumpió.
Sin Moroni y Gómez Alcorta, de los 21 integrantes del Gabinete de 2019 quedan 5: Bauer, De Pedro, Cabandié, Katopodis y Lammens; Cafiero se reconvirtió en canciller.
