Los datos sobre las cada vez mayores dificultades que afronta el Gobierno para resolver el frente cambiario no paran de llegar. Las últimas de estas señales, quizás poco entendibles para quienes no operan el mercado financiero, ocurrieron con los bonos argentinos.
“En 30 minutos destrozaron el mercado de bonos soberanos. Vendieron fuertemente en pesos y nadie colocaba el BID en U$S. ¿Qué paso? El GD30D bajó 7,55% en los últimos 30 minutos, mientras que el MEP bajó sólo 1,8%”, señaló esta tarde el economista Salvador Vitelli.
¿Traducción? Los bonos emitidos por el Estado no valen prácticamente nada. Son una muestra más de la debacle.
El ministro de Economía, Sergio Massa, por otra parte, no consiguió este martes ni un solo dólar proveniente de la liquidación del agro a través de la nueva fase que llevó el tipo de cambio para las exportaciones de ese sector a $ 300. Es otro síntoma.
Sigue la sangría
Como resultado, el Banco Central concluyó este martes su participación en el mercado con ventas por US$ 197 millones. La sangría de reservas continúa sin pausa. Ya suma U$S 3.250 millones en el año. Es un tajo sangrante para las cuentas donde se estima que las reservas líquidas apenas llegan a U$S 2.200 millones.
Ante ese dato, la Cámara de la Industria Aceitera Argentina (Ciara) abrió el paraguas para defenderse de quienes puedan responsabilizar al sector por la negativa a liquidar.
“Deseamos informar que las empresas socias del complejo cerealero oleaginoso han ingresado divisas por U$S 1.500 millones desde comienzos de mes”, indicó por Twitter.
De esa cifra, explicó, U$S 1.000 millones corresponden al dólar soja, integrados por prefinanciaciones y anticipos de exportación, como es habitual, puntualizó Ciara.
Aclaró, asimismo, que la comercialización de soja “se encuentra demorada por varias razones, sobre todo climáticas”. “También influye la paralización de los puertos por razones ajenas a las empresas”, agregó.
Esperar y ver
El economista David Miazzo, de la Fundación Argentina para el Desarrollo Agropecuario (Fada), consideró llamativo que no se hayan producido ventas en esta jornada, al tiempo que planteó una interpretación.
“Más allá de eso, viene lento porque no hay un buen incentivo de precios, nadie se apura a vender con un valor de entre $100 mil y $105 mil que están pagando la soja”, explicó ante una consulta de La Voz.
El aumento en la brecha entre el dólar informal y el dólar oficial, también produce un desincentivo, agregó Miazzo. Automáticamente, algunos productores fijan su expectativa en que el ritmo de depreciación del peso puede ser mayor en el futuro. Los dólares financieros siguieron en ese camino de aumento.
“El Gobierno en absoluto va a llegar a los niveles de recaudación estimados, lo único que han provocado son más distorsiones en el mercado y lo que necesita el productor son reglas de juego claras para poder afrontar un futuro que es bastante incierto”, apuntó Eduardo Riera, presidente de la Sociedad Rural de Jesús María.
En términos de valor, “este dólar soja es el mismo que el dólar soja 2, con la diferencia que la inflación sigue corriendo, por lo tanto, aquél era mejor” para los productores, comentó.
El paralelo, para arriba
Otro signo de la delicadeza del momento es que precisamente el dólar paralelo no cedió en esta jornada tras el fuerte incremento del inicio de la semana. Por el contrario subió el 1,20% y, según los analistas, comienza a conformarse un nuevo piso en esa divisa.
Frente a este panorama, en la economía real reaparecen preguntas difíciles de responder, por cierto. Una de ella alcanza a quienes tienen deudas o compromisos de pago en dólares. ¿Conviene salir a comprar ya para cancelar o hay alguna chance de que la espera morigere el impacto?
La analista financiera Nancy Villarruel considera que no hay una respuesta unívoca. Es difícil cancelar en un solo acto una deuda en moneda dura, pero sí es recomendable achicar la presión de esa espada de Damocles en épocas de alta volatilidad como las que ocurren en los procesos eleccionarios.
“Lo más sano es lo que le permita dormir tranquilo al deudor. Una alternativa es realizar depósitos en pesos a las actuales tasas de interés y en mayo-junio, en cuanto el blue ceda algo, cancelar. Creo que la valuación actual está exacerbada, pero tampoco hay que esperar que vuelva a $ 370 porque eso no va a pasar”, evaluó.
Villarruel remarca que lo que sí conoce el mercado es que cuando el paralelo “sube demasiado en tan poco tiempo, después llega un momento de corrección”. Y en el fondo pervive una decisión personal. “Hay quienes aunque lo paguen 430 pesos, si cancelan la deuda, duermen tranquilos y otros que asumen más riesgo”, comparó.
