Las cuentas públicas de Córdoba siguen marcadas por el arrastre de la crisis económica nacional. Aunque los ingresos provinciales mejoraron durante el primer semestre de este año en comparación con igual período del 2024, lo cierto es que no lograron hacerlo al ritmo suficiente como para recuperar el terreno perdido. Incluso no pudieron compensar el mayor dinamismo que tuvieron los gastos.
El resultado: Martín Llaryora sostiene el superávit, caballito de batalla de todas las administraciones del PJ cordobés, pero por el impacto de las sucesivas crisis, luce mucho más ajustado.
Según el informe de ejecución presupuestaria correspondiente al primer semestre del 2025, los ingresos corrientes del sector público no financiero –que incluye a la administración central, a las empresas provinciales y al Apross– alcanzaron los $ 6,70 billones. Se trata de un crecimiento del 67,1% nominal frente al mismo tramo de 2024. Si se descuenta la inflación, representa una suba real del 5,9%. Bien para un año que no se olvida del golpe devaluatorio seguido recesión en el país.
El problema es que ese ritmo de aumento de los ingresos (leve, pero por sobre la inflación) fue superado por el de los gastos. En efecto, las erogaciones corrientes escalaron un 83,2% en términos nominales y un 16,1% en valores constantes, para ubicarse en $ 5,76 billones. En concreto: más allá del ajuste dispuesto en la mayoría de las áreas, la Provincia gastó más de lo que le crecieron los ingresos.
Este escenario impactó directamente sobre el ahorro corriente, que fue de $ 936.513 millones, apenas un 8,4% superior al del año pasado, y muy por debajo de la inflación. Es decir, el resultado se mantuvo “en verde” en la planilla de Excel del ministro de Economía y Gestión Pública, Guillermo Acosta, pero el margen de maniobra se redujo. En un contexto donde el ingreso empieza a recuperarse de a poco tras el golpe de 2024, el gasto no dejó de ser protagonista.
Dentro del gasto corriente, la mayor partida, la destinada al personal, tortalizó $ 2,03 billones entre enero y junio, un 76,1% más que en igual período del año anterior, con una mejora real del 11,6%.
Cerca de las elecciones legislativas, también se aceleraron las inversiones. Los gastos de capital sumaron entre enero y junio $ 483.384 millones, un 89% más que en 2024 (19,8% real). Y la Inversión Real Directa –esencialmente obra pública ejecutada por el Estado– alcanzó los $ 388.452 millones, con un crecimiento real del 3,5%.
Resultado
El impacto de esta dinámica se ve en el resultado financiero global, que fue de $ 553.681 millones, una caída nominal del 13,8% respecto de 2024, lo que implica una baja real cercana al 45%. Es decir, el equilibrio se mantuvo, pero ya no sobra como antes.
A eso se le suma la presión crónica de la Caja de Jubilaciones. En el primer semestre, las contribuciones previsionales aportaron $ 993.931 millones, mientras que las prestaciones demandaron $ 1,24 billones. El déficit fue cubierto por el Tesoro provincial.
Del lado financiero, la Provincia también mostró un escenario algo diferente en 2025 luego de un primer semestre de 2024 impactado por la devaluación y una inflación que volaba arriba del 200%. Las fuentes financieras netas sumaron entre enero y junio $ 330.688 millones, mientras que las aplicaciones, $ 884.370 millones.

La diferencia se cubrió con colocación de deuda ($ 137.172 millones), uso de disponibilidades y amortización de vencimientos ($ 209.558 millones). En términos comparativos, el primer semestre de 2024 había mostrado otra dinámica: las fuentes financieras entonces habían sido de $ 465.831 millones y el endeudamiento, de $ 413.651 millones.
Además, en un escenario de tasas más terrenal, en 2025 se invirtió menos en instrumentos financieros: $ 481.296 millones, contra casi $ 890 mil millones en 2024.
Base de comparación
Para la Provincia, los gastos crecieron en 2025 debido a “una base de comparación muy baja, determinada por una muy elevada inflación y a un nivel de actividad que tuvo su piso promediando el primer semestre de 2024”. Según explicaron fuentes del Panal, también impactaron “la inversión social en salud, educación y protección a sectores vulnerables a través de diversas partidas del gasto, dado el desafiante contexto socioeconómico que atraviesa el país”.
Al mismo tiempo, dijeron los informantes, el principal gasto de la Provincia, que es el pago de salarios y jubilaciones, “inició un sendero de recuperación respecto de la inflación desde mediados del año pasado, ‘arrastrándose’ ese incremento hacia el primer semestre de este año y explicando las altas variaciones reales”.
¿Por qué los ingresos no vieron la misma lógica? Según la Provincia, “si bien la base de comparación es también baja, en mayo de 2024 se recibieron ingresos extraordinarios por el Impuesto a las Ganancias y eso subió el piso que ahora se coteja con 2025”. Por otro lado, explicaron que la economía viene mostrando “signos de freno en su recuperación, en especial en lo que es el consumo que es el principal determinante de los ingresos”.
Críticas
El vocal del Tribunal de Cuentas de la Provincia por el Frente Cívico,, Beltrán Corvalán, advirtió sobre el deterioro del resultado financiero y el perfil de endeudamiento de Córdoba en el primer semestre de 2025.
Para el juecista, “el resultado financiero del primer trimestre fue positivo en casi el 20%, 19,97% para ser exactos”. Sin embargo, al cierre del segundo trimestre ese margen se redujo de manera notable: “Cayó a 7,6%, mucho”, señaló. La razón principal de esa merma estuvo en el incremento de los gastos, en particular los Servicios no Personales, que pasaron de $ 175 mil millones a $ 457 mil millones.
Corvalán consideró muy probable que ese salto en las erogaciones se relacione con la campaña electoral, ya que en esa partida se incluyen subsidios y otros desembolsos corrientes que no corresponden ni a sueldos ni a inversión en bienes de capital. “Habrá que ver cómo se comporta el tercer trimestre, de julio a septiembre, cuando la campaña ya estaba mucho más avanzada”, agregó.
En cuanto a la deuda pública, el funcionario cuestionó la alta exposición en moneda extranjera: “Más del 90% está tomada en dólares, lo que deja siempre a la Provincia al borde del descalce porque recauda en pesos: IVA, Ganancias, Ingresos Brutos, Sellos, Inmobiliario, todo en pesos”.
Para graficar esa vulnerabilidad, recordó la evolución reciente del tipo de cambio: a fines de diciembre de 2024 el dólar estaba en $ 1.003, en junio de 2025 ya se ubicaba en $ 1.205 y ahora ronda los $ 1.450. “Es insostenible: se toma deuda en dólares y para colmo a tasas muy altas”, concluyó.
Recaudación: se dispararon los ingresos por los fondos
En cuanto a los recursos tributarios, los provinciales (como Ingresos Brutos y Sellos) crecieron un 68,9% nominal (7% real), mientras que la coparticipación nacional subió un 58,1%, apenas por encima de la inflación.
En conjunto, los ingresos tributarios tuvieron una mejora real del 1,3%, demasiado escasa frente al ritmo de avance del gasto.
El contraste lo dieron los ingresos no tributarios, que crecieron un 124,7% nominal y un 42,4% real, al pasar de $ 173 mil millones en 2024 a casi $ 390 mil millones este año.
Dentro de este grupo se destacaron las tasas retributivas de servicios, con un salto del 226% –impulsadas por ítems como la Tasa por Servicios de Vigilancia, que recaudó $ 13.118 millones–, y por los fondos específicos creados por la administración actual. El Fondo Solidario de la Caja recaudó $ 133.546 millones (contra $ 83.995 millones en 2024), y el destinado a obras del Fideicomiso para el Desarrollo Agropecuario (FDA) pasó de $ 44.838 millones a $ 136.215 millones.
La foto general muestra a una Provincia que, aún en medio de la crisis, está logrando mantener en pie el equilibrio fiscal. Pero el esfuerzo para obtenerlo es cada vez mayor y los márgenes, claramente más finos. Con ingresos que todavía no terminan de recuperarse del golpe inflacionario y los gastos que crecen varios puntos por encima.
Para Franco Jular, “lo que se observa este 2025 es similar a los últimos años: crece más el gasto que los ingresos corrientes, pero siguen los números positivos, para lo cual, en este esquema de conflicto con el Gobierno nacional, sostener el equilibrio fiscal y el plan de obras que propone el Gobierno provincial, implica aumentar la presión tributaria que seguramente devolverá falta de competitividad en el mediano plazo si comparamos lo que viene haciendo nuestra provincia contra lo que hacen Santa Fe y Entre Ríos”.
Según el economista, que también es candidato a diputado de la Lista 3 que encabeza Ramón Mestre, “se necesita discutir una baja coordinada de impuestos distorsivos en Argentina, responsabilidad que tiene el Gobierno nacional, pero también es responsabilidad del provincial mantener a flote la competitividad hasta ese momento”.