Tras la tregua de un año entre el Sindicato de Empleados Municipales (Suoem) y el Ejecutivo municipal, período coincidente con las elecciones locales, la comisión directiva del gremio volvió a la carga y declaró el “estado de alerta y movilización”, lo que implica el reinicio del conflicto.
Este jueves, desde las 10, el cuerpo de delegados se reunirá ante la negativa del Ejecutivo a considerar una serie de temas, entre los cuales se destaca la devolución de la séptima hora, recortada durante la pandemia y que tuvo un impacto en las cuentas finales de la comuna capitalina.
Además, el sindicato reclama: regularización de contratados “precarizados”, blanqueo de distintos ítems salariales y distintos “incumplimientos asumidos”.
La convocatoria al cuerpo de delegados es la primera acción que se realiza para dar inicio formal al conflicto salarial, que este año tiene particularidades.
En octubre del año pasado, tras un prolongado conflicto que afectó la prestación de servicios municipales, el Suoem y el Ejecutivo sellaron un acuerdo salarial que ató la paritaria a la inflación vencida.
Con este “seguro contra la inflación”, como definió Rubén Daniele al acuerdo, Martín Llaryora y Daniel Passerini transitaron el año electoral sin conflictos con los empleados municipales.
Ahora, el Suoem vuelve a la carga cuando falta poco más de un mes para el vencimiento de la beneficiosa paritaria de los empleados municipales, y en la previa del cambio de mando en la comuna capitalina.
En este contexto, el gremio pone sobre la mesa el reclamo de la recomposición de la “séptima hora”, que fue quitada del sueldo de los municipales en el primer largo conflicto que tuvo la administración Llaryora en el inicio de la gestión. Hasta ahora, además, el Ejecutivo fue intransigente respecto de incorporar personal contratada a planta permanente, algo que es “tradición” al cierre de cada gestión.
Parte de la campaña de Daniel Passerini fue insistir con que sostendrá el recorte que implica la “séptima hora” y que no aumentará la planta permanente, es decir los principales reclamos del Suoem, condiciones que considera vitales desde lo simbólico y desde las cuentas públicas, ya que se produce un ahorro.
