Con un sorpresivo pedido de desafuero y detención que se cuela en el debate, el Senado comenzó la sesión para tratar el caso del senador entrerriano Edgardo Kueider, quien cumple arresto domiciliario en Paraguay tras ser descubierto “in fraganti” en la Triple Frontera con 200.000 dólares que no pudo justificar.
La sesión, presidida por Victoria Villarruel, arrancó con 46 presentes, de La Libertad Avanza, Unión por la Patria, la UCR, el PRO y bloques provinciales. Los cordobeses Luis Juez, Carmen Álvarez Rivero y Alejandra Vigo bajaron al recinto.
En el temario, Villarruel incluyó los dos proyectos que están en pugna: uno presentado por el bloque Unión por la Patria, al mando de José Mayans, para expulsar a Kueider del Senado por “inhabilidad moral”; y otro del oficialismo y dialoguistas para suspender al senador hasta el 1ro de marzo de 2025, sin goce de haberes.
A último momento, la vicepresidenta buscó dar un contragolpe al kirchnerismo al incorporar un proyecto del presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala, para suspender también al senador y exfuncionario Oscar Parrilli, involucrado en la causa por el memorándum de entendimiento con Irán.
Sin embargo, en la previa de la sesión, la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, revolvió aún más el avispero al pedir el desafuero y la detención de Kueider. Además, la magistrada dispuso allanamientos en propiedades vinculadas al legislador en Entre Ríos y la Ciudad de Buenos Aires.
Ya sea para la suspensión, la expulsión o el desafuero, se necesitan dos tercios de los votos.
Si el entrerriano es removido del Senado, dejará de ser parte del cuerpo y asumirá en su lugar una dirigente de La Cámpora, Stefanía Cora, y Unión por la Patria pasaría de 33 a 34 senadores, quedando más cerca del quórum, que es con 37.
En tanto, si es desaforado como pidió la jueza, podrá ser investigado y detenido, pero seguirá siendo senador, por lo que no será reemplazado.
En cambio, si Kueider solo es suspendido como proponen La Libertad Avanza y bloques dialoguistas, no será reemplazado en su banca. De esa manera, el oficialismo perdería el voto de un aliado, pero impediría que el kirchnerismo sume un senador.
El debate en el recinto
Desde el kirchnerismo, la mendocina Anabel Fernández Sagasti citó al propio presidente Javier Milei, que este miércoles en un streaming afirmó que “es un problema del kirchenrismo” y sostuvo que “si (Kueider) es un corrupto, lo tienen que echar a patadas en el culo”.
“El mismo presidente Milei está diciendo que es un problema de los kirchneristas. Bueno, acá venimos, a pedir la expulsión del senador Kueider”, reafirmó Fernández Sagasti, senadora del círculo íntimo de Cristina Kirchner, y advirtió que el caso es “un papelón institucional”.
La legisladora sostuvo que los senadores que buscan suspender al entrerriano en lugar de removerlo tienen “miedo a que se sepa cómo se consiguieron los votos para la Ley Bases”, y “miedo a que si no lo protegen o encubren, cante más que Valeria Lynch”.
En ese sentido, recordó que Kueider no solo acompañó la Ley Bases sino que también era propuesto por un sector del Gobierno para la estratégica Bicameral de Inteligencia, cargo al que no accedió, pero sí habría conseguido un lugar en el directorio de la represa de Salto Grande.
“Vamos a quedar envueltos como parte del papelón institucional más grande del que tenga memoria el Senado, además de la Banelco, el ‘diputrucho’ y el asesinato de un senador”, lamentó Fernández Sagasti.
Asimismo, descartó que el objetivo de Unión por la Patria sea hacerse de una banca: “Los números son un día 35, otro día 39. El problema es de representatividad política, por eso gobierna Milei. Si seguimos con actuaciones corporativas, pensando que nos vamos a salvar protegiendo a Kueider, estamos degradando la institución que representa a las provincias y deshonrando al federalismo, porque (si es suspendido) la provincia de Entre Ríos quedaría con un senador menos”.
El libertario Abdala, presidente provisional del Senado, reclamó en cambio “una suspensión que sea ejemplar y que respete el reglamento y el debido proceso”. “No estamos bajo especulaciones políticas, no estamos por el ventajismo de una banca, no estamos en la ira. Tenemos que tener racionalidad y eficiencia”, dijo el puntano, y agregó que lo hecho por Kueider “avergüenza a la clase política”.
