Casi al borde a la euforia, el presidente Javier Milei recibió el miércoles pasado, al mediodía, a un grupo de senadores opositores “dialoguistas”. Faltaban dos horas para que arrancara la decisiva sesión en la Cámara de Diputados, que abordaría el veto presidencial a la movilidad jubilatoria.
El jefe del Estado recibió a los senadores muy optimista, con la seguridad que la oposición no alcanzaría en la Cámara Baja los dos tercios para voltear el veto a la ley que beneficiaba a los jubilados, y también a las 13 provincias que no transfirieron sus cajas previsiones, ya que podrían cobrar sus deudas con la Anses.
Fueron casi tres horas de reunión con senadores opositores, pero colaboradores con el oficialismo. Entre ellos, el cordobés Luis Juez, quien viene construyendo una sólida relación personal con Milei.
Hasta los propios senadores se sorprendieron cuando vieron ingresar al Salón de los Científicos a la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien en los últimos meses tiene una tensa relación con el Presidente.
Aunque las ausencias de Karina Milei, y asesor presidencial Santiago Caputo, alimentaron los rumores que el mayor encono con la vicepresidenta en la Casa Rosada parte de esos dos influyentes funcionarios, más que del propio Milei.
No obstante, esta vez, en el oficialismo al menos cuidaron las formas. Una eventual ausencia de Villarruel, cuando la reunión del Presidente era senadores, hubiera sido la confirmación del rompimiento definitivo en la cúpula del poder libertario.
Por ahora, se puede decir que hay tensión, pero no rompimiento entre el Presidente y su vice, como ocurrió tantas veces en la historia argentina reciente: Fernando de la Rúa-Carlos “Chacho” Álvarez; Cristina Kirchner-Julio Cobos y Alberto Fernández-Cristina Kirchner, son los casos más extremos del quiebre en distintos Gobiernos nacionales.
También volvió a la actividad, y sobre todo a la política, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ya repuesto de su problema de salud que lo mantuvo internado el fin de semana pasado.
La presencia del jefe de la cartera política morigeró los insistentes rumores de fuerte pulseada interna, también con el poderoso Caputo, el asesor presidencial todoterreno.
Diálogo
Entre los senadores presentes, además del mencionado Luis Juez, en su condición de titular de la bancada del PRO, se sentaron en la larga mesa rectangular, otros titulares de bloques: Eduardo Vischi (Unión Cívica Radical); Juan Carlos Romero (Cambio Federal); Beatriz Ávila (Por la Justicia Social); Lucila Crexell (Comunidad Neuquén), el correntino Carlos “Camau” Espínola y el entrerriano Edgardo Kueider, ambos de Unidad Federal, un bloque que también integra Alejandra Vigo (PJ-Córdoba).
Llamó la atención la ausencia del titular del bloque oficialista Ezequiel Atauche (La Libertad Avanza), quien parece está cumpliendo un castigo, por haber admitido que tenía 15 asesores en San Luis, que trabajaban para su eventual candidatura a gobernador, en el lejano 2027. Más casta imposible.
El senador oficialista fue visto en la Casa Rosada, poco antes de la reunión. Aparentemente, el Presidente no lo dejó ingresar a la cumbre. Una señal que su liderazgo en el bloque oficialista está prendido con alfileres.
Aunque la gran sorpresa fue la presencia del radical Vischi, el titular de la bancada radical, atravesada por una fuerte interna.
El correntino Vischi responde al gobernador Gustavo Valdés, un radical con buen diálogo con la Casa Rosada, más allá de los roces que tuvo con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, por el caso de la desaparición del niño Loan Peña.
En la bancada radical, el porteño Martín Lousteau, presidente de la UCR nacional, es un férreo crítico del Gobierno nacional. Tuvo varios roces con sus pares, especialmente con Vischi.
El Gobierno intentó instaurar en el Senado la misma estrategia de diálogo que aplicó con Diputados, con algunos de los bloques más cercanos.
Como le recomendaron el expresidente Mauricio Macri, y el propio Luis Juez, en los encuentros gastronómicos que mantuvieron en la Quinta Presidencial de Olivos, Milei se involucró personalmente en las últimas negociaciones con el Congreso.
El Presidente tuvo un módico triunfo en la Cámara Baja, en la tarde del miércoles, cuando la oposición quedó a 13 votos de voltear el veto presidencial a la movilidad jubilatoria. Este jueves quedó claro que el Senado es otra realidad. Y más compleja para el oficialismo y sus aliados.
En cumbre en la Casa Rosada, Milei y los senadores dialoguistas hablaron de postergar hasta la semana próxima el tratamiento del DNU que otorga 100 mil millones de pesos a la Side.
Parecía que estaba todo acordado, con el compromiso que el titular de la Side, Sergio Neiffert, (que responde a Santiago Caputo) y los ministros Bullrich y Luis Petri (Defensa) concurrían al Congreso a brindar los argumentos para utilizar esos cuantiosos recursos para todas las fuerzas de seguridad, en una reunión reservada, por tratarse de cuestiones de los servicios de inteligencia.
También hubo un compromiso de palabra del Presidente de mantener estas reuniones con los bloques dialoguistas.
“La idea es mantener una especie de interbloque de más de 30 senadores, que se reunirá periódicamente con el Presidente, y sus ministros, para coordinar estrategias en el Senado”, dijo uno de los colaboradores directo de Luis Juez.
El entusiasmo por este cambio de postura de Milei, que decidió involucrarse directamente en las negociaciones con “la casta”, como él denomina a los legisladores nacionales, no duró mucho. Al menos, luego del encuentro con los senadores.
El propio radical Vischi fue el que pidió en la sesión de este jueves tratar el DNU para financiar la Side, que seguramente se rechazará. El senador radical contó con el rápido apoyo del kirchnerismo para tratar ahora esta cuestión, que seguramente se convertirá en una resonante derrota para el oficialismo.
Dicen que Vischi intentó llevar adelante la propuesta del Gobierno de postergar el tratamiento hasta la semana que viene, con el compromiso que ministros fueran a dar explicaciones al Senado. Sin embargo, el presidente quedó en minoría en su bloque, y para evitar la división, el correntino se vio obligado a pedir el tratamiento del DNU, que sería rechazado esta madrugada.
Será la primera vez en estos 40 años de democracia que el Congreso rechaza un DNU presidencial.
No sería la única derrota, en lo que puede ser un “jueves negro” para el oficialismo, luego del triunfo en Diputados por la movilidad jubilatoria: también se aprobaría la ley de financiamiento de las universidades, que el presidente Milei ya adelantó que vetará.
Como ocurrió con la movilidad jubilatoria, el oficialismo deberá recurrir a los diputados para tratar de dejar firme el veto, si finalmente hay ley que incrementa el presupuesto para las universidades.
La cumbre del miércoles en la Casa Rosada, y el rápido traspié en el Senado, le marcaron un límite a Milei en el Congreso: en la Cámara Alta el kirchnerismo ejerce un poder implacable. Por ahora, el acercamiento con los dialoguistas no alcanzó.
Falta saber la reacción del indescifrable Milei, cuando le marcan límites a su poder. Más cuando se trata de él considera “la casta”.
