Atizado por la puja con el sistema financiero y el clima político, el riesgo país se disparó por encima de los 800 puntos, en una inequívoca señal de que el mercado toma, al menos momentáneamente, distancia del gobierno de Javier Milei.
El indicador que confecciona el JP Morgan subió a 829 puntos y sumó más de 100 puntos en las últimas horas como consecuencia de la fuerte baja que sufrieron el lunes los títulos de la deuda pública. En la rueda de este martes operaron en forma mixta y el panorama no se modificó en forma sustantiva.
Si bien la suba del dólar y de la tasa preocupa a los agentes económicos, el dato más relevante para la continuidad del plan de gobierno de Javier Milei, es el nivel del riesgo país.
Los dos acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que cerró Milei desde que es presidente tuvieron como principal objetivo que se produzca una fuerte caída del riesgo soberano para que Argentina pueda volver a los mercados voluntarios de deuda a refinanciar los abultados vencimientos que sobrevienen desde 2026.
Al momento, se observaron descensos parciales, que no lograron consolidarse en el tiempo. Los más de 800 puntos actuales marcan un nivel similar al que había llegado el indicador antes de la apertura parcial del cepo cambiario.
El equipo económico mantiene el argumento que la turbulencia financiera es “transitoria” producto del clima pre electoral, pero al mismo tiempo tomó una serie de medidas para que la licitación que se realizará este miércoles no fracase y así evitar más problemas.
La operación, incluida en el calendario oficial, tiene previsto captar fondos para pagar vencimientos por $ 13,8 billones que operan el viernes. Cerca de $ 4,8 billones son títulos del Tesoro Nacional, el poder del Banco Central. El ministro de Economía y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, acordaron que ese monto sea refinanciado automáticamente hasta diciembre de este año.
Así, la Secretaría de Finanzas, a cargo de Pablo Quirno, tendrá que conseguir cerca de $ 9 billones para cumplir con las obligaciones.
Para eso ofreció un menú de opciones en pesos y en dólares con vencimiento a fines de septiembre y otros más largos que se pagarán desde enero de 2026. La intención es alargar los plazos de pago para mejorar el “perfil” y la “sostenibilidad” de la deuda pública en pesos.
Pero ante el temor que los bancos vuelvan a retacear la oferta de pesos (porque siguen incómodos con la oferta de liquidez que les da el Banco Central) el equipo económico decidió elevar nuevamente los encajes. A partir del lunes 1º de septiembre los subió 3,5 puntos a 53,5%, que es un máximo en 30 años. Y añadió la opción de que se integren con bonos a más de 60 días de plazo que los bancos podrán suscribir en la licitación de este miércoles, con un aumento adicional de 2 puntos. Así, por un lado, fuerza a las entidades financieras a que tengan que comprar parte de esos bonos que vencerán desde enero del año que viene, mientras que, por otro lado, le libera parcialmente pesos.
De esta forma, el Palacio de Hacienda muta el latiguillo de Milei “no hay plata” a un “no habrá pesos”.
Para los funcionarios de Economía, si este miércoles no se produce un “roll over” de la mayoría de los vencimientos no será por una demanda genuina de pesos, sino por una situación puntual que debe ser corregida. El temor es que ese dinero “quede suelto” presione al tipo de cambio y le dé impulso a la inflación, que es el escenario más temido por el gobierno de Milei.
Aunque no pudieron controlar la huida en las plazas internacionales, al menos las medidas frenaron la escalada del dólar.
El precio de la divisa en el Banco Nación se mantuvo a $ 1.370, mientras que el mayorista cedió a $ 1.357. El MEP y el CCL quedaron en $ 1.352 y $ 1.354, respectivamente. El precio para los minoristas quedó en $ 1.377 y el “blue” en $ 1.365; $ 1.379 en Córdoba.
Continuando con la misma volatilidad de las últimas ruedas, las tasas operaron a la baja y la caución a un día cerró al 40%.
El director de la consultora Analytica, Ricardo Delgado, advirtió que “octubre está quedando muy lejos” y remarcó que “dos meses es mucho tiempo para esta inestabilidad financiera que estamos viviendo”.