A una semana de las elecciones legislativas que terminaron en derrota para el Gobierno nacional, el gran interrogante que atraviesa a la política argentina es qué piensa la influyente vicepresidenta Cristina Fernández, quien se mantiene en un llamativo silencio.
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¿Qué piensa la vicepresidenta? es la pregunta que se hacen oficialistas, opositores, empresarios, gremialistas, banqueros y -dicen- hasta la cúpula del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La última aparición pública de la expresidenta fue para el cierre de campaña del Frente de Todos, tres días antes de los comicios. Cristina Fernández no habló en aquella convocatoria multitudinaria en Merlo, provincia de Buenos Aires, que cerró el presidente Alberto Fernández.
La vicepresidenta abandonó el reposo posoperatorio para asistir al acto de final de campaña, pero con bajo perfil.
En la última semana, el jefe del Estado asumió mucho protagonismo, con anuncios, sin la sombra de su vicepresidenta que está en un “repliegue táctico”, según calificó un legislador nacional del Frente de Todos cordobés.
Desde el domingo pasado, el Presidente hizo dos anuncios que parecen ir en contra del pensamiento de la expresidenta.
El domingo pasado, luego oficializarse los resultados de las elecciones legislativas, Alberto Fernández adelantó que enviará al Congreso un “programa económico plurianual para el desarrollo sustentable”.
“Se trata de una decisión política que cuenta con el aval del Frente de Todos. Fue el fruto del trabajo conjunto con la vicepresidenta de la Nación, el Presidente de la Cámara de Diputados y mi gabinete”, fundamentó Fernández.
El miércoles pasado, el Presidente también dio una definición política fuerte para el Frente de Todos, que hasta ahora era resistida por el cristinismo duro: prometió Paso para elegir los candidatos del espacio oficialista, pensando en el lejano 2023.
La propia portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, se encargó de aclarar que “todos” los anuncios que hizo Alberto Fernández tienen el aval de la vicepresidenta.
“Cristina lo llamó para felicitarlo, luego del discurso del domingo en el comando del Frente de Todos”, agregó Cerruti como detalle, para hacer más creíble su afirmación.
Dos fuentes albertistas aseguraron a La Voz que los dos anuncios más importantes (plan económico para cerrar con el FMI y las primarias para el Frente de Todos) que hizo el Presidente fueron “hablados” con Cristina.
A diferencia de lo que ocurrió luego de las Paso de septiembre, cuando a través de una carta pública exigió cambios en el gabinete, que el Presidente concretó, ahora Cristina Kirchner se mantiene en silencio.
No obstante, el viernes pasado, el senador Oscar Parrilli, habitual vocero extraoficial de la vice, tiró una definición que generó algún ruido en el entorno del Presidente.
“La unidad no alcanza. Ahora toca relanzar el gobierno y cumplir las promesas de la campaña de 2019. Para eso llegamos al gobierno”, expresó el senador neuquino.
Los albertistas admiten que la relación personal entre el Presidente y su vice “no es la misma” que antes de la carta pública de septiembre, que tuvo el efecto de un misil en la Rosada.
Fuentes del Gobierno y del Congreso comentaron que el apoyo de la expresidenta al plan plurianual fue gestionado por el ministro de Economía, Martín Guzmán. Sergio Massa también habría intervenido para apoyar al titular del Palacio de Hacienda.
Alberto Fernández dialogó del tema con Cristina Kirchner, pero aseguran que no se reunieron antes del anuncio del plan, cuyos términos aún no se conocen.
Los albertistas explican que las primarias “para todos” también fueron consensuadas “por teléfono” entre el Presidente y su vice.
Massa también habría tenido alguna injerencia en esta decisión. El presidente de la Cámara de Diputados almorzó con Cristina Fernández, hace más de un mes.
En aquel encuentro de tres horas, la vicepresidenta habría hablado por primera vez de la “conveniencia” de habilitar las primarias para elegir candidatos, apuntado al 2023.
El Presidente habla de un “relanzamiento” de la gestión mientras Cristina Fernández está en un repliegue táctico que nadie se anima a pronosticar hasta cuándo se extenderá. Esa es hoy la pregunta sin respuesta en la política nacional.
