La incertidumbre que hoy atraviesa el escenario político cordobés comenzarán a despejarse dentro de un mes, cuando el 17 de agosto se oficialicen las candidaturas para las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre.
Será entonces cuando se disipen –o se confirmen– las tensiones y versiones que mantienen en vilo al peronismo cordobés, que por primera vez, podría presentarse dividido en tres opciones en las urnas.
Hace 17 años que el PJ provincial no comparte listas con el kirchnerismo. Aunque en octubre próximo se daría un desprendimiento del propio oficialismo, si Natalia de la Sota confirma que buscará su reelección como diputada nacional por un nuevo espacio peronista, alejado del cordobesismo que lidera el gobernador Martín Llaryora.
Desde aquel 9 de julio de 1999, cuando José Manuel de la Sota asumió su primer mandato como gobernador, el peronismo no soltó las riendas del poder en Córdoba.
Aunque si algo caracterizó al PJ cordobés fue su incomodidad en cada elección legislativa nacional, especialmente desde el quiebre de De la Sota y Juan Schiaretti con el kirchnerismo en 2008, en medio del histórico conflicto entre el campo y el Gobierno nacional que lideraba Cristina Fernández de Kirchner.
Desde entonces, sin una referencia concreta fuera de la provincia, los comicios nacionales son un terreno pantanoso para el PJ cordobés.
Y este año parece que no será la excepción. El peronismo de Córdoba se presente ante un escenario inédito: ir fragmentado en tres opciones en la boleta única de papel, formato que debuta en estas elecciones nacionales.
La lista de Hacemos por Córdoba, el espacio oficialista que lidera el gobernador Llaryora, podría ser encabezado por el exgobernador Juan Schiaretti, acompañado probablemente por la vicegobernadora Myrian Prunotto. Aunque desde el Centro Cívico niegan esta posibilidad. Aseguran que la dirigente radical seguirá al frente de la Legislatura.
La dupla buscaría capitalizar la estructura del oficialismo provincial y mantener cohesionado al cordobesismo que también integran dirigentes radicales, del PRO y vecinalistas.
En paralelo, Natalia de la Sota –hija del fallecido exgobernador– tendría decidido buscar su reelección por fuera del armado oficialista que su padre fundó en 1998.
El distanciamiento político de De la Sota con el gobernador Llaryora, que se profundizó por las diferencias respecto al vínculo con el gobierno libertario, parece irreversible.
La tercera vía peronista surge desde el kirchnerismo cordobés, que propondrá una lista con candidatos K puros. El nombre más firme es el del diputado nacional Pablo Carro, quien también irá por su reelección.
El mandato de Carro vence el 10 de diciembre, y su lugar como referente de la izquierda peronista cordobesa se consolida, sobre todo en un clima donde el kirchnerismo buscará marcar una fuerte oposición a la gestión del presidente Javier Milei.
Inquietud en el oficialismo
Aunque falta un mes para oficialización de las candidaturas, en los pasillos del poder provincial ya se admite que el PJ irá a las urnas en tres sellos distintos. Un escenario que inquieta a algunos sectores del oficialismo, pero que parece difícil de revertir, de cara a la confirmación de las listas.
Las alianzas se presentarán el 7 de agosto. Ese día habrá más indicios sobre esta eventual división del peronismo.
Por ahora, Schiaretti guarda silencio. Se espera que a fin de mes oficialice si competirá o no por Córdoba. Mientras tanto, concentra su atención en el armado de Somos Buenos Aires, el espacio con el que busca proyectar su figura a nivel nacional, y que el próximo sábado confirmará candidatos para las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre.
En ese rompecabezas nacional, Hacemos ya actúa como un partido con ambición federal, dentro de la alianza Somos Buenos Aires, de la que Schiaretti es el principal arquitecto.
Según dicen desde su entorno, los resultados de las encuestas encargadas en Córdoba también serán clave para definir su participación en octubre. Pero algo cambió en las últimas dos semanas. Los últimos indicios muestran que el exgobernador está “más cerca de jugar” que hace apenas un par de meses.
Mientras tanto, desde el entorno de De la Sota ven poco probable una negociación Schiaretti. “Es difícil que la llame ahora, cuando hace tres años que no cruzan palabra”, graficó un delasotista.
“Una fórmula peronista pura derrumbaría el crecimiento del cordobesismo que impulsan Martín (Llaryora) y ‘el Gringo’”, agregó otra fuente schiarettista, dando por sentado que no se traducirá en los hechos la fórmula Schiaretti-De la Sota, con la cual se entusiasmaron no pocos llaryoristas.
La decisión de Natalia de la Sota de competir por fuera del PJ provincial parece tomada. En la campaña que ya se pergeña en su búnker de barrio Rogelio Martínez capitalino, se dice que “se reivindicará como peronista”, y su discurso será firmemente opositor al gobierno libertario, sin caer en la crítica a la gestión llaryorista.
“Natalia no dejará de ser peronista y no cuestionará al Gobierno provincial. Su mirada será muy crítica de la gestión de Milei, porque se trata de una elección nacional. En 2027, cuando se juegue el poder provincial, ella seguirá siendo oficialista”, asegura un dirigente de del círculo íntimo de la diputada nacional.
En el kirchnerismo no hay titubeos. La estrategia es clara: candidatos propios, con alianzas con sectores que rechacen a los libertarios.
Hubo un intento de acercamiento con De la Sota, pero fracasó de entrada. Fue categórica la negativa de la diputada nacional de integrarse a un espacio que responda a Cristina Fernández.
Carro aparece como el candidato natural para encabezar al opción kirchnerista que en Córdoba lidera la diputada nacional Gabriela Estévez. El gremialismo universitario e integrante bloque Unión por la Patria en Diputados, ya prepara su campaña con un discurso confrontativo con los libertarios.
En los tres campamentos del peronismo cordobés se repite una frase: “Todavía falta para las definiciones”. Pero nadie se atreve a negar que, si nada cambia a último momento, el próximo 26 de octubre, en Córdoba habrá tres opciones peronistas en el cuarto oscuro.