En un movimiento que marca el inicio de su gestión, el nuevo ministro de Salud, Mario Lugones, pidió la renuncia de todos los integrantes del Consejo de Administración del Hospital Garrahan.
La decisión se produce en medio de una creciente conflicto por el otorgamiento de un bono de 500 mil pesos al personal del hospital. Esta medida que fue implementada sin la consulta previa y que no se alinea con las pautas salariales fijadas por el Estado Nacional.
Fuentes gubernamentales indicaron que la decisión del Consejo, que se otorgó en un contexto de descontento interno debido a los altos ingresos de sus miembros, generó un malestar entre los profesionales del centro de salud. Para mitigar este conflicto, se propuso el bono, pero la falta de un proceso consultivo ha sido considerada como un agravante en la situación.
Lugones, que asumió su cargo hace apenas un día, enfatizó la necesidad de que todas las resoluciones en el sector salud sean tomadas con “responsabilidad fiscal”, en línea con la premisa del Gobierno Nacional de alcanzar un déficit cero. Este enfoque se traduce en una clara advertencia para todos los actores del ámbito sanitario.
El Consejo de Administración del Hospital Garrahan está compuesto por reconocidos profesionales de la salud, como el cirujano Oscar Imventarza y la pediatra Patricia Elmeaudy. La medida de pedir sus renuncias no sólo apunta a reestructurar la dirección del hospital, sino también a establecer un precedente sobre la forma en que se manejarán las políticas salariales en el futuro.
Mario Lugones, quien previamente había desempeñado un rol crucial en la formulación de políticas sanitarias bajo la administración de Javier Milei, ahora tiene la oportunidad de reafirmar su influencia en un momento crítico.
Con una trayectoria que incluye la presidencia de la Fundación Güemes, dedicada a la docencia médica y la investigación clínica, su nombramiento representa un cambio significativo en la política de salud del país.
