El mercado espera que la inflación se mantenga en la zona de 1,7% hasta fin de año para terminar el período con una variación acumulada del orden de 29,5%.
La estimación para julio es de 1,8%, en línea con lo anticipado por las consultoras privadas que hacen semanales y mensuales.
En la evaluación de los próximos doce meses hasta julio de 2026 se espera una suba de precios de 21,1%.
Estos pronósticos están incluidos en el Relevamiento de Expectativa de Mercado (REM) que difunde todos los meses el Banco Central.
En esta oportunidad la muestra contó con 41 participantes: 31 consultoras y centros de investigación locales e internacionales y 10 entidades financieras de Argentina.
Según este trabajo, los analistas creen que el ritmo de suba de precios se mantendrá estable y recién se retomaría la tendencia a la baja en 2026. En cuanto al dólar, computaron el salto, pero no esperan otro momento de zozobra hasta fin de año. Sobre la tasa la ven en baja desde casi un 35% actual.
La estabilidad prevista en las variables no es un dato menor dentro de un panorama macroeconómico con tasas de interés que pueden rendir más de 30% anual. En este caso, cualquier apuesta por colocaciones en pesos se convertiría en un muy buen negocio.
En inflación calculan 1,8% en julio, y luego 1,7% cada mes hasta diciembre, con excepción de noviembre, que la sitúan en 1,5%. Sobre la inflación núcleo estiman el mismo derrotero.
Para el dólar oficial proyectan un valor de $ 1.315 (oficial) a fin de agosto, que implica una alza de $ 86 respecto al trabajo anterior, para llegar al 31 de diciembre con un precio de $ 1.405 (+ $ 81). En este caso, las operaciones pactadas a futuro difieren con las proyecciones. Hoy el mercado a fin de agosto pagó un dólar de $ 1.362 y para fin de diciembre los contratos se cerraron a $ 1.503.
Acerca de la tasa de interés mayorista (Tamar) la apuntan en 34,85% en agosto, para luego tener un descenso a 33% en septiembre, 31,95% en octubre, 30,55% en septiembre y 29,5% en diciembre.
Con relación al nivel de actividad, los analistas mejoraron el optimismo y elevaron la previsión de expansión del segundo trimestre a 0,8%. No obstante, mantuvieron la estimación anual de 5%.
En cuanto al balance comercial, se espera que las exportaciones terminen en U$S 81.622 millones y las importaciones en U$S 75.115 millones, con lo cual el saldo se reduciría a solo U$S 6.567 millones. Esta cifra es apenas un tercio de lo generado en 2024, lo cual también explica la presión que sufre el tipo de cambio.
El punto rojo del estudio es la desocupación esperada. Pese a la estabilidad de precios, del dólar y de una mejora en el nivel de actividad, el desempleo apenas caería 0,6 puntos. A fin del segundo trimestre se calculó en 7,6% y pasaría a ser de 7% cuando finalice el año.
Los datos para la confección de este relevamiento fueron recogidos entre el 29 y 31 de julio, en medio de la escalada del dólar y la volatilidad en la tasa de interés que se produjo luego de la eliminación de las Lefi.
Cabe recordar que luego de esa fecha también se conoció la modificación a la meta de reservas incluida en el acuerdo con el FMI, lo cual cambia la percepción sobre el mercado cambiario.
Acerca de las estimaciones de inflación, al momento de informarlas los participantes no tenían conocimiento de la presión de las empresas para imponer subas de precio de hasta 8%.
De allí que se abre la especulación acerca de que se produzcan cambios más profundos en el REM de septiembre.