El Gobierno nacional celebró la desaceleración de la inflación al 3,5% en septiembre, pero buena parte de esa caída fue provocada por la recesión económica y la contracción del consumo, lo cual genera un fuerte impacto en la sociedad que elevó su nivel de preocupación por la pérdida de fuentes de trabajo y la pobreza.
De esta manera el escenario presenta a un gobierno cumpliendo su principal objetivo de política económica, pero a costa de someter a la población a un estrés cuyo límite de tolerancia aún es desconocido.
“La pregunta del millón es hasta dónde la sociedad se banca el ajuste”, graficó la economista Marina Del Poggetto.
En declaraciones periodísticas, la directora de la consultora Eco GO sostuvo que en una buena medida el freno de la inflación se basa en la caída del nivel de ingresos de la población, en un contexto donde el incremento de las tarifas de los servicios públicos aumentó en forma significativa en los presupuestos y minó el poder de compra.
Un concepto similar expresó la consultora LCG: “La reducción de la inflación se sustentó, mayormente, en componentes disciplinadores de precios, con una actividad que no termina de despegar porque los indicadores muestran señales mixtas”.
Y añadió que “otra amenaza a este proceso de desinflación surgirá en caso de que se afiance la recuperación económica, al desaparecer la disciplina recesiva y pudiendo traccionar una puja distributiva más impetuosa”.
10 meses de Milei: los temas que preocupan a los argentinos
Por estos motivos, transcurridos diez meses del gobierno de Javier Milei las preocupaciones de la sociedad mutaron y despejada la incertidumbre sobre el devenir de la inflación y del dólar, crecen los temores por la inestabilidad laboral y la pobreza.
Así lo reflejó el Indice de Incertidumbre que realiza la Universidad Católica Argentina (UCA). Si bien este indicador tuvo un descenso durante septiembre, sigue en promedios elevados incluso por encima de la crisis de 2018 que derivó en la derrota electoral de Mauricio Macri.
En este panorama social encuentra respaldo la posición de Dal Poggetto, quien considera central la posición que adopte la ciudadanía en su conjunto.
“La variable de ajuste, que además justifica el ajuste fiscal y el cambio de precios relativos, está puesta en los ingresos. El ajuste se sostiene en tanto y en cuanto la sociedad se lo banque”, enfatizó.
En la búsqueda de algún justificativo para esta situación Dal Poggetto ensayó una teoría: “El gobierno juega en un contexto de atraso cambiario y pérdida de ingresos que por ahora la sociedad lo tolera porque no hay nada del otro lado. Están (Javier) Milei y Cristina (Kirchner) y en el medio están los huérfanos del centro”.
Un panorama similar trazó Domingo Cavallo en una última presentación pública: “Los dos factores que explican la drástica caída de la inflación entre diciembre de 2023 y mayo de 2024 son el fuerte impacto recesivo del ajuste fiscal y el muy limitado ajuste cambiario posterior a la fuerte devaluación de diciembre”.
El ex ministro de Economía señaló que “la política monetaria fue más bien pasiva hasta mayo, acompañando la desinflación impulsada por el ajuste fiscal y el manejo cambiario, y se tornó expansiva a partir de junio. Este comportamiento de la política monetaria explica que la recesión haya tocado fondo en el segundo trimestre y en el tercero haya comenzado la reactivación de la economía. Pero al mismo tiempo explica que el proceso de desinflación se haya estancado y comience a aparecer un conflicto entre el objetivo de seguir bajando la inflación y el de apuntalar la recuperación de la demanda interna y de la producción”.
Dal Poggeto también coincide con la visión de Cavallo que la economía comenzó a mostrar signos de reactivación en el tercer trimestre del año.
Al respecto señaló que están jugando a favor de este proceso los dólares que ingresaron al blanqueo y por ende están financiando la expansión del crédito que va al consumo.
“Lo que se está intentando es compensar la caída en los ingresos, que son en gran medida la contracara del ajuste fiscal, con crédito”, resumió.
Sobre el tema financiero alertó sobre un nuevo “rulo” (carry trade) que puede poner en tensión el programa.
“Economía (el Tesoro) convalida una tasa de interés del 4% (lo que pagan las Lecaps) con un crawl (devaluación del Banco Central) de 2%, que en términos anualizados te da un 26%, es una fiesta (para los inversores)”, subrayó, pero enseguida advirtió: “Es una fiesta mientras todo se mantenga quieto”.
Dal Poggeto afirmó que “la tasa de interés (de 4%) que está pagando (el Tesoro ) es una tasa de interés que si se cumplieran las proyecciones de inflación que tiene el presupuesto (18%) -1,4% de inflación promedio mensual para el año que viene- se torna explosiva”.
