El gobierno de Javier Milei continúa consolidando su principal premisa económica y en abril logró un superávit fiscal de $ 572.341 millones.
La cuenta de ingresos y egresos del Sector Público Nacional (SPN), que se denomina “resultado primario”, dejó un saldo a favor de $ 845.949 millones, que luego de restarle $ 273.608 millones del pago de intereses de la deuda, deriva en el superávit final informado.
El Gobierno nacional tuvo otra vez superávit
El gobierno celebró este resultado que fue difundido por el Ministerio de Economía a 48 horas de la elección en la Ciudad de Buenos Aires donde la Casa Rosada busca afianzarse como principal referencia de la centro derecha.
“Muchas gracias a Luis Caputo y a su equipo por hacer posible aquello que todos decían que era imposible. Después de 123 años de desastres en materia fiscal en el 2024 el equilibrio vino para quedarse”, remarcó el presidente, Javier Milei.
Pero además es una señal para los mercados financieros, dado que aún el gobierno sigue bajo la lupa de los inversores, quienes están atentos a su consolidación política para la toma de decisiones.
De esta forma, el primer cuatrimestre cerró con un superávit fiscal de 0,2% del PIB, que resulta una buena base para alcanzar el 1,6% que se comprometió el gobierno en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Qué dijo Caputo
El ministro de Economía, Luis Caputo, destacó que el saldo favorable de abril se consiguió “habiendo bajado impuestos por el equivalente a 2 puntos del PBI en el 2024”.
Entre esas decisiones, el jefe del Palacio de Hacienda destacó:
- La expiración del Impuesto PAÍS en diciembre de 2024 (0,4% del PIB en el primer cuatrimestre de 2024).
- La baja transitoria de derechos de exportación para exportadores que cumplan con el plazo establecido para la liquidación de divisas, conforme lo estipulado por el Decreto 38/2025.
- La derogación a partir del mes pasado de la suspensión de los certificados de exclusión, lo que incidió negativamente en la recaudación de las percepciones aduaneras en IVA y Ganancias.
Analistas subrayaron el hecho de que los gastos cayeron 1,2% en términos reales, mientras que los ingresos se elevaron 3%.
El desglose de la planilla oficial muestra que el resultado se alcanzó con una fuerte baja de subsidios y el apoyo de ingresos adicionales desde el Banco Central.
Según un informe de IARAF, los subsidios a la Energía sufrieron un recorte real de 78% y cayeron a $ 251.635 millones frente a los $ 779.585 millones que se habían erogado el año pasado. Cabe apuntar que desde mayo el gobierno decidió pausar la quita de subsidios para favorecer el proceso de desinflación, con lo cual en los próximos meses está ecuación puede modificarse. En el caso de los subsidios al transporte se verificó una baja de 8,2%.
En lo que refiere a “programa sociales” (“Progresar” y “Argentina Trabaja”, entre otros) el recorte alcanzó al 41%.
Asimismo, los salarios que paga la administración pública nacional sufrieron una poda de 4% en términos reales. Esta decisión política es la que está desatando una serie de reclamos de los diferentes gremios estatales.
A diferencia de meses anteriores, durante abril hubo fuertes subas de los giros a provincias. Las transferencias corrientes mostraron una suba de 155%, mientras que las transferencias de capital saltaron 171%. No obstante, cabe aclarar que estas asignaciones no fueron homogéneas y que incluyen transferencias por más de $ 110.000 millones que recibe la Ciudad de Buenos Aires por un fallo de la Corte Suprema.
Entre los principales aumentos del gasto también se computa un alza interanual real de 53% en la Asignación Universal para Protección Social y de 21% en jubilaciones y pensiones.
En la misma línea hay que marcar un incremento de 6% en pensiones no contributivas y de 15% en prestaciones que otorga el PAMI.
Otro dato que resalta es la suba real de 91% en las transferencias a universidades, en momentos en que en diferentes casas de Altos Estudios se están organizando protestas en reclamo de ajustes salariales.
Cabe aclarar que los marcados incrementos en algunas partidas son consecuencia de una base de comparación muy baja contra un 2024 en el que la motosierra fue muy profunda.
Entre los ingresos que permitieron alcanzar los $ 572.000 millones de superávit se computan ingresos adicionales por $ 194.550 millones, por “Rentas de la Propiedad” y que surgen del giro al Tesoro Nacional parte de las utilidades por ganancias contables que registró el Banco Central en 2024.