“El Gobierno tiene una oportunidad histórica de aprovechar la buena racha, para que Argentina crezca y salga definitivamente de la decadencia”, razona uno de los empresarios más importantes de Córdoba.
¿Qué es una buena racha? Un cambio en el clima social –atraviesa a todos los segmentos– y de las expectativas, a partir de la estabilidad en los mercados del dólar y financiero tras las elecciones legislativas.
Las decisiones de la gente de negocios están vinculadas en estas semanas con el crecimiento en los servicios, algo en la construcción y poco en la industria.
La renovación de locales comerciales, con el desembarco de primeras marcas (Nike, KFC, Tienda MAC, entre otras), es visible en las grandes superficies, pero también alcanza a los pequeños y medianos espacios en los barrios de la ciudad.
El índice de confianza del consumidor y en el Gobierno se recuperó en octubre, con aumentos de 6,3% y de 8,1%, respectivamente, según la medición de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).
La dirigencia opositora admite en privado que el respaldo de Estados Unidos –a través de Donald Trump y de Scott Bessent– fue determinante en la elección legislativa y puede serlo en los comicios de 2027.
“La estabilidad del dólar y los pagos de la deuda estarían garantizados; ahora, el desafío de la gestión queda en manos de Javier Milei y equipo”, razonó ante La Voz un calificado opositor cordobés.
Manuel Tagle, titular de la Bolsa de Comercio de Córdoba, es más optimista. “El país puede despegar definitivamente si sigue las ideas liberales”, afirma ante sus allegados.
Córdoba y una racha adversa
Los elementos que configuran una buena racha para Milei no son necesariamente beneficiosos para el oficialismo en Córdoba y para la producción local.
El Presidente demostró que tiene capital político para apoyar a un candidato ignoto (Gonzalo Roca) y ganar una elección. ¿Se repetirá en 2027?
La relación con Martín Llaryora es cordial, pero la provincia está lejos de sumar proyectos atractivos para el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (Rigi), que tiene un piso de U$S 200 millones.

Esas inversiones se concentran hoy en petróleo, gas, minería, puertos e inteligencia artificial (IA).
El Gobierno de Córdoba debería ayudar a reorientar la actividad metalmecánica hacia esos centros de producción, más allá de que las terminales automotrices pueden convertir a la provincia en un hub de fabricación de pick ups.
La industria de maquinaria agrícola, con eje en el este cordobés, puede sufrir los embates de la competencia externa, incluso de las unidades usadas que llegarán vía importación.
El turismo verá reducida su actividad por los viajes al exterior de las clases media alta y alta.
Hay buena ocupación en los hoteles serranos los fines de semana de temporada baja. “La gente quiere salir”, explican sus beneficiarios.
Sin embargo, aquellas salidas dejarán para Córdoba en el verano un turismo de medianos recursos.
La actividad mercantil, que genera la mayor cantidad de empleo, está afectada por la caída de los ingresos y por el crecimiento del comercio electrónico.
Los desarrolladores decidieron, por ahora, concentrar sus ofertas en el segmento premium de la población.
El dólar, entre bandas
El embate de Estados Unidos, del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de inversores para que el Gobierno deje flotar el dólar y sume más reservas chocará contra la resistencia de Milei y de Luis Caputo.
Ambos creen que esa alternativa puede ser inflacionaria en el corto plazo. La suma de reservas en el Banco Central generaría un horizonte de mayor tranquilidad, que facilitará al equipo económico rollear la deuda (refinanciar el pago de capital) en el mercado externo.
Con el actual esquema, las bandas tienen una actualización mensual de 1%, contra una inflación de 2%. Así, el peso se aprecia, lo que incentiva las importaciones (impacta en la industria) y los viajes al exterior (pierde el turismo local).
Analistas tributarios advierten sobre otro tema que pasa inadvertido en la discusión sobre las posibles reformas en danza.
La posibilidad de generar más presión impositiva sobre las personas antes que en las empresas golpearía el consumo doméstico.
El cambio del clima social y político oculta los enormes desafíos que aún tiene la economía local.
Generar más actividad, más calidad de vida y un mejor cuidado del ambiente –crecimiento sustentable, en suma– es un difícil rompecabezas.
La buena racha puede ayudar.
























