Luego de la demostración de fuerza de la agrupación La Cámpora del jueves último y las duras críticas de Máximo Kirchner al Gobierno nacional por el acuerdo con el FMI, el presidente Alberto Fernández y sus ministros más cercanos decidieron el viernes no responder al hijo de la vicepresidenta Cristina Fernández.
La estrategia del albertismo fue no alimentar la tensión interna en el Frente de Todos, que quedó al borde del quiebre, tras el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que finalmente se firmó el viernes (ver página 10).
Para tratar de no agudizar la interna, en la Casa Rosada tomaron con mesura el hecho de haber cerrado las negociaciones por el refinanciamiento de la deuda.
Los funcionarios albertistas admiten en privado que el acuerdo con el organismo internacional seguirá tensionado la relación en la interna del gobernante Frente de Todos.
Las metas que se comprometió a cumplir el ministro de Economía, Martín Guzmán, y las revisiones periódicas del FMI pueden generar más roces con el ala dura del cristinismo y con la propia vicepresidenta.
Por ahora, la decisión de Alberto Fernández es tratar de mantener la unidad en la coalición oficialista. El miércoles pasado, desde Entre Ríos, y el jueves último, en el acto oficial por la conmemoración del 46º aniversario del último golpe militar, el Presidente envió señales de acercamiento con el kirchnerismo.
La respuesta vino de parte de Máximo Kirchner, quien encabezó una multitudinaria columna de la agrupación La Cámpora. “El Gobierno es con la gente adentro”, dijo el jueves el hijo de Cristina Fernández.
En su única expresión pública, Alberto Fernández hizo el viernes unas breves declaraciones a La Nación. “Nos sacaron la soga del cuello y empezamos a caminar. Ahora quedan cuatro años para hacer las cosas bien”, dijo el jefe del Estado, en referencia al período en el cual el país no tendrá que pagar vencimientos de la deuda.
Precisamente, esa es la diferencia de visiones que lo separa de su vicepresidenta. El cristinismo duro cree que el acuerdo agudizará la crisis económica y que el ajuste sepultará las chances electorales para 2023.
Sin cambios en el gabinete
En medio de las tensiones internas, desde hace un tiempo se viene especulando con posibles cambios en el gabinete, luego de acuerdo con el FMI.
Sin embargo, las fuentes oficiales de Casa Rosada aseguran que no habrá modificaciones en el equipo que acompaña al Presidente.
Se sabe que Cristina Fernández y Máximo Kirchner no quieren al ministro Guzmán en el Gobierno. Pero, el titular del Palacio de Hacienda viene recibiendo gestos de apoyo de parte de Alberto Fernández.
Algunos voceros albertistas admiten que una eventual salida de Guzmán sería un “acto de sometimiento” del Presidente.
Guzmán tiene asegurada su continuidad hasta el 30 de junio, el plazo que consiguió para seguir renegociando con el Club de París un vencimiento de 2.000 millones de dólares, que el país debía pagar el miércoles de la semana que viene.
El ministro de Economía consiguió 90 días de plazo para lograr un acuerdo final por ese refinanciamiento.
Para los cristinistas esa debería ser la última gestión de Guzmán como ministro, pero desde el entorno del Presidente dicen lo contrario. El tiempo dirá quién tiene razón.
Un dirigente que muchos dicen que más temprano que tarde volverá al gabinete es el exministro de Defensa Agustín Rossi, un kirchnerista que está al lado del Presidente en la interna. “No es un problema de falta de diálogo, el tema es que tuvimos una diferencia política sobre cómo abordar el acuerdo con el FMI. Bueno, esa diferencia política tuvo su máximo grado de expresión en la disidencia en el Congreso. La mayoría apoyó al Presidente, punto y seguido”, dijo Rossi, quien agregó: “Cristina sigue teniendo su liderazgo histórico, pero Alberto es el Presidente y el que tiene la responsabilidad de gobernar”, razonó Rossi, quien expresó el pensamiento de muchos albertistas.
Morales cuestionó a Macri
Un inesperado cruce de opiniones en el seno de Juntos por el Cambio se produjo el viernes entre el expresidente Mauricio Macri y el titular de la UCR y gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. ¿El motivo? La valoración positiva que planteó el líder del PRO sobre la figura del fallecido expresidente Carlos Menem. Otros dirigentes de la alianza opositora, entre ellos voces de la Coalición Cívica, se desmarcaron de los elogios que lanzó Macri.
Para el fundador del PRO, Menem “cada día va a estar más reivindicado con el paso del tiempo”. El expresidente que ocupó el cargo entre 2015 y 2019 destacó a Menem en un diálogo con radio Mitre: “Quien había resuelto los problemas de la grieta en la Argentina fue el presidente Menem, que cada día va a estar reivindicado con el paso del tiempo”.
Diametralmente opuesto a la percepción macrista se pronunció el radical Gerardo Morales. Por Twitter dijo: “Rechazamos las políticas neoliberales implementadas por el menemismo en los ‘90 que hoy reivindican algunas voces de la política argentina. Estás medidas destruyeron nuestro aparato productivo, nos hicieron más pobres y terminaron con la esperanza de nuestro pueblo”, dijo el mandatario jujeño y titular del radicalismo nacional.
Por su parte, el diputado Juan Manuel López, quien responde a Elisa Carrió, también se diferenció de los dichos de Macri. “Con Menem también empezó la degradación institucional que tampoco nos deja crecer”.
En tanto, la diputada Mariana Zuvic también fue muy dura con el expresidente peronista. “Menem será recordado por ladrón. Voló un pueblo (por Río Tercero) para encubrir un atentado, tráfico armas a Ecuador y Croacia”.
