En el lanzamiento del Acuerdo Federal, el gobernador Martín Llaryora envió mensajes a distintos destinatarios con un claro objetivo político-electoral pensando en el 2027.
El mensaje que más sorprendió fue para el PJ cordobés: “Quienes me critican en mi partido no entienden que trabajo para todos los cordobeses”. No dio nombres, pero los destinatarios fueron los dirigentes peronistas que se resisten a archivar la doctrina y los símbolos del partido que fundó Juan Domingo Perón.
Si el “cordobesismo” tienta a radicales, macristas y vecinalistas para que se sumen al oficialismo, es indispensable ocultar los símbolos del PJ.
El segundo destinatario del mensaje del gobernador fue la Casa Rosada. “Había que ordenan la macroeconomía y por eso acompañamos al Gobierno nacional en muchas medidas, pero tenemos diferencias. Los números deben cerrar con la gente adentro”, levantó la voz. Un misil a la política de ajuste –sin excepciones–del presidente Javier Milei.

El tercer destinatario, tal vez el más importante, en el pomposo acto en Ferial fue a los intendentes. “Es un día histórico. Estamos demostrando que no nos olvidamos de los intendentes, en un contexto económico muy difícil”, les dijo a los 400 jefes municipales que viajaron a la Capital para escucharlo.
El día después de las elecciones provinciales del 25 de junio de 2023, Llaryora tomó consciencia que pese a haber ganado, el interior había sido su talón de Aquiles, en su ajustado triunfo sobre el opositor Luis Juez. Se convirtió en el sucesor de Juan Schiaretti –sobre todo– por los votos de la Capital.
Por eso, en el Centro Cívico están atentos a las decisiones que tomará el intendente Daniel Passerini, quien amaga con dar un golpe de timón en su gestión.
El intendente capitalino se juega su futuro político con los cambios que decidirá. Aunque también es tema de preocupación para el gobernador, ya que la Capital se convirtió en su fortaleza electoral.
El nuevo Acuerdo Federal es una vía de financiamiento para los municipios, que no pueden ni mirar hacia la Casa Rosada.
Desde que Milei se sentó en el sillón de Rivadavia no hay los habituales peregrinajes de intendentes buscando financiamiento del presidente de turno.
Un radical definió la situación. “En un contexto de dificultades financieras, Milei empuja a los intendentes a los brazos de Llaryora”, admitió un dirigente del interior que no piensa sumarse al cordobesismo.
Plan con los no peronistas
Llaryora no será transformador con esta estrategia. El PJ lo hizo desde que está en el poder en 1999: se acerca a intendentes radicales y no peronistas para hacerles una propuesta difícil de rechazar: asistencia financiera a cambio de que despeguen los comicios municipales de los provinciales.
Lo que es toda una novedad es que Llaryora impulsa con mucha fuerza la conformación del “partido cordobés”, una idea que genera resistencia en algunos peronistas. Está dicho, a ellos también les habló el gobernador.
El acuerdo incluye el alivio de refinanciación de deudas con la Provincia a los municipios. Un fondo para obras que se financia con el 2% de la coparticipación de los municipios. Mientras que el Gobierno aportará otros 15 mil millones.
Aunque la gestión llaryorista se reserva 60 mil millones de pesos en Aportes del Tesoro Provincial (ATP), fondos que se entregan de manera discrecional.
Más allá que el ministro de Gobierno, Manuel Calvo, asegura que ningún intendente se quedará sin ATP, los radicales se fijan en los montos que reciben cada uno. La política nunca descansa.