Consolidado en torno a los 15 puntos de intención de votos en la provincia de Córdoba, la figura del economista libertario Javier Milei comienza a ser parte de los análisis que definirán las estrategias electorales en Juntos por el Cambio y en Hacemos por Córdoba, los dos espacios que disputarán la conformación del nuevo mapa de poder y la representación de la provincia en el Congreso Nacional desde diciembre.
Fue el diputado nacional Carlos Gutiérrez, mano ejecutora del gobernador Schiaretti en la Cámara Bajo, quien días atrás no ocultó la “preocupación” que genera “este nuevo Mesías que trabaja el sentimiento negativo” ante un “electorado que toma ese camino más por la resistencia los extremos de la grieta que por la propia convicción de esas ideas”.
La incidencia que Milei puede tener en el escenario provincial es una duda insalvable por el momento: aunque hay tres precandidatos libertarios anotados para competir por la gobernación, la selección será una decisión del libertario, sin proceso de competencia interno. Antes, Milei deberá decidir si presta su sello para que luche por el tercer puesto, muy lejos de la pelea por la gobernación.
Luis Dall’Aglio, de la consultora Delfos, no cree que haya un efecto derrame de la figura de Milei hacia candidatos locales, ninguno de ellos con las herramientas discursivas e histriónica del actual diputado y exgerente de Aeropuertos Argentina 2000 (Grupo Eurnekian).
Lo analiza así al relativizar el proyecto político del libertario: Milei “no es un fenómeno trasversal; es un emergente de la bronca en el marco de una fuerte crisis de representatividad de la política”. Y agrega: ”Tiene en Córdoba una imagen de 25 puntos positiva, pero su diferencial sigue siendo negativo, no se ha despegado del resto”.
En este contexto, advierte que “Milei es un fenómeno nacional, porque es el emergente de los problemas nacionales”, en particular la inflación y la crisis económica, y no de los locales.
Sin embargo, Dall’Aglio marca un apunte del que ya tomó nota el equipo de campaña de Martín Llaryora, que relativiza que el único perjudicado electoralmente por el crecimiento de Milei sean los candidatos de Juntos por el Cambio: ”Enojados con la política hay en todos lados y con todos los partidos”, dice.
Aunque la advertencia tiene en Córdoba un elemento particular: la alta aprobación de la gestión de Juan Schiaretti indicarían que los enojados podrían ser menos, es la tesis de Dall’Aglio.
En otras palabras: Milei también puede cosechar entre quienes votaron al Frente de Todos para salir de la crisis que dejó Juntos por el Cambio, y seguramente está tan desilusionado con este Gobierno como con el anterior.
El encuestador Cristian Buttié, de CB Consultores, sostiene que Milei “instalado en el territorio” puede llevar a su candidato a unos 8 puntos, el doble de lo que le dan las encuestas hoy.
“Es la auto profecía cumplida: si Milei sólo presta el sello, la Libertad Avanza hará una mala elección; si Milei ‘baja’ a Córdoba, podría comenzar con la construcción de una estructura, pero no superará los 10 puntos, lo que podría leerse nacionalmente como un mal resultado pensando en octubre”, dice Buttié, para quien Milei ya es un fenómeno electoral que “se consolida a medida que la situación económica se complica”.
El arrastre nacional
Resta ponderar qué impacto puede tener en Córdoba la candidatura presidencial del economista y su arrastra hacia la boleta de diputados nacionales, con la renovación de nueve bancas cordobesas (seis de Juntos por el Cambio –tres de la UCR, dos del PRO y una de la Coalición Cívica–, dos del Frente de Todos y una de Hacemos por Córdoba).
Para Luis Dall’Aglio, Milei tiene un “nicho electoral” en el que conviven tres variables: un fuerte malestar con la política (con sus resultados a la hora de gobernar); situación que se da particularmente en un grupo sociodemográfico concreto, el adulto joven con nivel de instrucción alto, aunque en los últimos meses se ha ampliado por efecto de las redes sociales; y el histrionismo del economista para potenciar un discurso radicalizado.
Para Buttié, en cambio, “Milei extendió su base etaria hasta los 40 años, los jóvenes, su segmento inicial, fueron agente multiplicador; y se fortalece a medida que la situación económica desmejora”.
En sus encuestas, Milei cosecha en Córdoba 15 puntos, a casi seis de distancia de Juan Schiaretti y por encima de los candidatos de Juntos por el Cambio (Patricia Bullrich, Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta, en ese orden).
Sin mostrar sus números, Dall’Aglio agrega que este “outsider” ronda los 18 puntos en Córdoba y podría crecer en la medida que “la dirigencia de la grieta no cambie su lógica de construcción”.
Pensando en octubre, ambos consultores ponen sobre la mesa el impacto que podría tener la candidatura presidencial de Schiaretti, como locomotora de su lista de diputados.
“Schiaretti se escapa muy lejos del resto de los candidatos; su imagen, la aprobación de su gestión y la expectativa que genera es muy fuerte. Mientras Schiaretti sea candidato, será la primera opción del votante cordobés”, dice Dall’Aglio.
Buttié coincide que en Córdoba Schiaretti aparece como el mejor posicionado para una candidatura presidencial, aunque se diluye a un 3 por ciento a nivel país, un escenario similar al que tuvo José Manuel de la Sota en las Paso de 2015. Claro que el gobernador de Córdoba aún no hizo pie en Buenos Aires y no es claro cuál será el desenlace del Frente de Todos.
Sólo por jugar: con los números de Buttié para las Paso, Juntos por el Cambio lograría cuatro escaños con el 32,5 por ciento; dos irían para Hacemos por Córdoba (21%); dos para Libertad Avanza (16,4%); y una para el Frente de Todos (11,5%). Lo dicho: se trata de un juego para dimensionar cuánto impacta Milei.
Milei y la preocupación de Juntos
Está claro que la expectativa que genera la proyección presidencial de Milei atraviesa las candidaturas de su propio espacio, pero también a Juntos por el Cambio, que aparece como la fuerza con más chance de ganar la primera vuelta.
De hecho, Domingo Cavallo, en una entrevista que se reproduce en esta edición (página 8), advierte que el economista debe ser tenido en cuenta por el universo de Juntos por el Cambio, y lo destaca más por su rol político que económico.
Para ambos consultores –Dall’Aglio y Buttié–, la candidatura presidencial de Patricia Bullrich es la única que a nivel nacional podría obturar la de Milei.
“Macri está juzgado por su gestión; aunque podría ser una opción de descarte para que no gane el kirchnerismo. Por eso Patricia Bullrich es quien se potencia como candidata para contener dentro de Juntos por el Cambio a los radicalizados que miran a Milei como una salida electoral”, dice Dall’Aglio.
“Si la Paso la gana Bullrich, Milei podría desinflarse, porque comparten electorado y Bullrich generaría mayores expectativas y certezas hacia la primera vuelta”, es el análisis que realiza Buttié respecto del comportamiento electoral que podría tener una porción de los votantes del economista libertario.
Por el contrario, si la candidatura de Juntos por el Cambio queda para Horacio Rodríguez Larreta, podría haber votantes de Bullrich que fuguen hacia Milei. La sangría de esa interna también será determinante en el escenario electoral que se conforme tras las Paso de agosto; una contienda en la que Milei ya tomó una decisión: no tendrá competidores internos.
