Todos amagan con que habrá “sorpresas”. No está claro si se trata de advertencias reales o simplemente un juego de sombras para no revelar demasiado pronto lo que tienen entre manos. En Córdoba, las dos principales fuerzas que seguramente se quedarán con la mayoría de las nueve bancas de diputados que estarán en juego se observan con desconfianza, midiendo cada movimiento.
En los umbrales de la confirmación de las listas para las elecciones legislativas del 26 de octubre, nadie quiere ceder ni un centímetro de ventaja.
El único que rompió el hermetismo fue el diputado Rodrigo de Loredo, quien este viernes comunicó su decisión de no integrar la lista libertaria. El radical admitió que negoció con los libertarios, pero rechazó las condiciones que le impusieron.
Ahora, la influyente Karina Milei tendrá la lapicera para conformar una lista con libertarios “puros”. Desde el entorno de Luis Juez insisten con que el senador no será candidato.
Del lado del cordobesismo, el nuevo sello Provincias Unidas será la nave insignia con la que Juan Schiaretti volverá a protagonizar una batalla electoral.
Tras dejar el poder provincial en diciembre de 2023 con una alta imagen positiva luego de tres mandatos no consecutivos como gobernador, el exmandatario busca seguir vigente, incluso en un nuevo intento de proyección nacional.
Schiaretti parece lejos de su jubilación política. Arriesgará gran parte de su capital político para enfrentar a los candidatos y candidatas de Javier Milei en el territorio donde mejor mide el Presidente.

Las grandes incógnitas pasan por los nombres que acompañarán al exgobernador. Se da casi por sentado que el segundo lugar –reservado para una mujer– será para la vicegobernadora Myrian Prunotto.
En su momento, su salto desde el radicalismo al PJ provincial fue atribuido al olfato político de Martín Llaryora. Sin embargo, los más cercanos a Schiaretti aseguran que fue el propio exgobernador quien la convenció de sumarse a la fórmula del oficialismo provincial que encabezó el actual gobernador.
Esa buena sintonía con Schiaretti hoy juega a favor de Prunotto. No obstante, dentro del llaryorismo hay quienes sostienen que el número dos debería ser para una peronista joven, capaz de plantarse frente a Natalia de la Sota, la peronista disidente que genera preocupación en el cordobesismo.
En el oficialismo hay hermetismo absoluto, pero no faltarían reproches solapados desde el schiarettismo por no haber contenido a la dirigente de apellido emblemático para muchos peronistas cordobeses.
Para el tercer casillero, los nombres que suenan con más fuerza, son: Miguel Siciliano, Juan Manuel Llamosas, Ignacio García Aresca, Gustavo Brandán y el riocuartense Juan Manuel Llamosas.
Nada es casualidad: en Provincias Unidas están convencidos de que con Schiaretti encabezando, conseguirán tres bancas, incluso si se admite que La Libertad Avanza sacaría más votos en la suma global. El cálculo es quirúrgico, y la apuesta, ambiciosa.
Todos miran a la Rosada
Con el paso al costado de De Loredo, ahora los libertarios miran hacia la Casa Rosada, más precisamente, a la oficina de Karina Milei, la influyente secretaria General de la Presidencia.
La Libertad Avanza busca consolidarse en Córdoba, el segundo distrito electoral del país y el bastión más sólido de Milei.
El diputado Gabriel Bornoroni sigue liderando las apuestas de las probabilidades, aunque su nueva candidatura implicaría una movida fuerte: renunciar a su banca dos años antes de terminar su mandato, para ir por otro período. Claro que contaría con el respaldo de la hermana del Presidente.
La empresaria riocuartense Laura Soldano aparece como la mejor posicionada para secundar a Bornoroni. Hubo especulaciones que hasta podría encabezar, pero esa versión perdió fuerza, sobre todo, luego del rechazo de De Loredo a ocupar un lugar en la lista libertaria.
La deserción del diputado radical puede ser un problema para la estrategia electoral de los libertarios. El asesor Santiago Caputo y Eduardo “Lule” Menem, operador de Karina Milei, pensaban que De Loredo hubiera cumplido una doble función: atraer votos radicales y ser un ariete filoso en la campaña contra la gestión del gobernador Martín Llaryora.
Los libertarios habían pensado aplicar una vieja receta kirchnerista: “Hablemos de Córdoba”, repetía el eslogan K de Carolina Scotto en la campaña legislativa de 2013, mientras enfocaba sus críticas a la entonces gestión delasotista.
El reciente guiño de De Loredo en redes sociales -elogiando la política económica de Milei- parecía un boleto para subirse al tren libertario.
Pero el diputado radical hasta el 10 de diciembre, volvió a sorprender. Ahora tendrá que reconstruir su carrera desde el árido llano político. Ya lo hizo cuando quedó afuera del gobierno macrista, en febrero de 2018.
Sin De Loredo, el plan de atacar al cordobesismo pierde sentido. Sin finalmente Bornoroni es confirmado como cabeza de lista, el empresario de los combustibles deberá ejercitar un discurso muy crítico contra la gestión llaryorista, para contrarrestar los dardos del cordobesismo hacia la administración de Milei.
En definitiva, el tablero se mueve, pero algunas piezas clave aún no están firmes. Karina Milei tiene la lapicera entre los libertarios. Mientras que Llaryora y Schiaretti deben consensuar el resto de la lista del oficialismo provincial.
Todo indica que recién después del mediodía de este domingo, cuando el cordobesismo muestre sus cartas, los libertarios presentarán su lista ¿Será pura o habrá sorpresas? Por ahora, una de las tantas preguntas sin respuesta en el escenario cordobés.