En la Argentina, el dólar no sólo es una moneda extranjera: es un termómetro político. Es un país bimonetario, suelen decir economistas y políticos. Cada ciclo electoral –aunque sea legislativo como el de este año– activa expectativas, temores, coberturas y reacomodamientos que terminan reflejándose, incluso, en el dólar oficial.
Si bien su cotización está intervenida por el Banco Central, los datos históricos muestran que también se mueve con fuerza siempre hacia arriba cuando el país se enfrenta a las urnas y más todavía cuando aparecen inconsistencias fuertes en la economía.
A través del análisis del tipo de cambio oficial en la punta compradora en los años de elecciones legislativas no presidenciales (2013, 2017, 2021 y 2025), en contraste con años sin elecciones nacionales de ningún tipo (2012, 2014, 2016, 2018, 2020, 2022 y 2024), se observa una pauta clara: el escenario electoral mueve el mercado del dólar.
Fogonazo de estos días
Según los datos disponibles, el dólar oficial este año mostró hasta ahora una suba del 33,5%, al pasar de $1.033,5 en enero a $1.380 en julio. La inflación acumulada en los primeros seis meses (falta la de este mes que sumaría dos puntos más) fue de 15%, es decir, el dólar oficial subió 6 puntos más.
Este año 2025, el valor del dólar paralelo aumentó 11,25% desde el comienzo de enero $1.200 hasta el 30 de julio que llegó a $1.335, siempre en referencia a la compra. Por una rareza de estos tiempos, la brecha en este mes concluído entre el dólar Banco Nación y el blue es de -3,3%.
Yendo hacia atrás en el tiempo, en 2021, otro año de solo legislativas, con Alberto Fernández como presidente, el dólar oficial comprador pasó de $86,25 en enero a $101,75 en diciembre, acumulando un alza del 18%. Si bien el mercado estaba fuertemente regulado y el acceso al dólar oficial restringido, el proceso electoral volvió a acelerar la presión cambiaria.
La estrategia oficial fue permitir micro devaluaciones diarias ("crawling peg“) para no generar un salto abrupto, pero los precios igualmente se movieron. El dólar blue, en tanto, aumentó 27,5%, al pasar de $148 en enero a $204 en diciembre de 2021. La brecha a diciembre entre uno y otro fue de casi 38%.
Durante la gestión de Mauricio Macri, las elecciones legislativas de medio término en 2017 respaldaron al gobierno y marcaron un fuerte punto de inflexión política. El dólar oficial comenzó el año en $15,70 y terminó en $18,40, lo que representa una suba del 17%.
Fue un año con bajo nivel de inflación (para estándares argentinos) y con intención oficial de fortalecer el peso, pero el proceso electoral y la necesidad de emitir para financiar el gasto empujaron lentamente el tipo de cambio.
El dólar paralelo, por su parte, registró un aumento de “apenas” 16%, uno de los más bajos del período analizado. Pasó de $16,24 a $18,88, con una brecha en el último mes del año respecto del tipo de cambio formal casi nula.
Con CFK en caída
Cuatro años antes, en 2013, durante el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner, el dólar oficial mostró una suba del 39%, pasando de $4,96 en enero a $6,49 en diciembre.
Fue el año de la victoria de Sergio Massa en la Provincia de Buenos Aires y de la pérdida de poder político del kirchnerismo. El Banco Central comenzó a perder reservas, y hacia fines del año se aceleraron las expectativas de devaluación, que se concretarían al inicio de 2014.
Ese año, 2013, en el dólar paralelo la suba fue más alta: 26%. Pasó de $7,89 a $9,95. También se potenció la brecha con el oficial: a diciembre era de 53,3%.
Años sin elecciones
En contraste, los años sin elecciones presidenciales ni legislativas muestran, en general, subas más moderadas del tipo de cambio oficial, salvo cuando aparecen crisis fuertes o shocks externos.
En 2024, sin elecciones, el dólar oficial subió casi 26%, de $805,5 a $1.012,5. El año comenzó con el impacto de la devaluación aplicada por el nuevo gobierno de Javier Milei, pero el mercado oficial se mantuvo relativamente contenido gracias a controles y ajustes. El blue pasó de $1.145 a $1.195, una suba de 4,4%. La brecha también cayó.
En 2022, el dólar oficial trepó de $104,25 en enero a $175,25 en diciembre, con un alza del 72%. Aunque no hubo elecciones, el año estuvo marcado por una crisis política interna, la renuncia de Martín Guzmán, la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía y una inflación que cerró en torno al 95%. La política, incluso sin urnas, volvió a empujar el dólar blue que saltó el 63,6%, de $209 a $342, con una brecha a diciembre de un 91%.
La pandemia, durísima
La crisis del Covid-19 impactó, asimismo, sobre el mercado cambiario. Sin elecciones, el dólar pasó en 2020 de $58 a $83,25, una suba del 43,5% en el mercado oficial. El Gobierno debió financiar el gasto extraordinario con emisión, mientras las reservas se deterioraban y el cepo se endurecía. El “blue”, por entonces, pasó de $74 en enero a $160 en diciembre, con una distancia de casi el 116%. La brecha, el 40%.
También sin ser un año electoral, 2018 fue una tormenta macroeconómica. El dólar pasó de $19,4 a $36,8, duplicando su valor por la salida de capitales, el acuerdo con el FMI y la pérdida de confianza del gobierno del Macri. El paralelo subió casi 97%, de $19,55 a $38,5 y la brecha quedó difusa.
En 2014 año también sin elecciones nacionales, tras una devaluación abrupta ejecutada por el entonces ministro de Economía, Axel Kicillof, en enero, el dólar oficial pasó de $7,87 en enero a $8,46 en diciembre, con una suba del 7,5%. El “blue” subió 23% al comenzar enero en $11,15 y terminar en $13,70, y una distancia del 62% con el oficial del Banco Nación.
En el primer año completo del gobierno de Macri, 2016, el dólar que pasó de $13,58 en enero a $15,7 en diciembre, lo que representa un incremento del 15,6%. El paralelo fue de $13,87 a $16.47 y la brecha fue de 18,7%. Pese a la falta de elecciones, el tipo de cambio acompañó una inflación aún alta y la necesidad de corregir distorsiones heredadas.
El comienzo del cepo
En 2012, primer año pleno del cepo, el dólar oficial pasó de $4,32 a $4,89, un alza del 13%. El Gobierno mantenía el control total del mercado cambiario y el relato de desdolarización. Sin elecciones ni tensiones institucionales, el ritmo devaluatorio fue contenido. El blue avanzó a $4,78 y $6,78 entre enero y diciembre, dibujando una distancia de 38,6% con el dólar formal. El blue iniciaría así un camino de “éxitos” frente al oficial.
La historia cambiaria argentina demuestra que cada vez que se vota, el dólar se mueve. Incluso en el mercado oficial –controlado de uno u otro modo– las presiones políticas, la emisión, la incertidumbre sobre el rumbo económico y el temor a cambios de reglas generan subas notorias.
Los años con elecciones legislativas no son una excepción. Aunque el impacto no sea tan drástico como en elecciones presidenciales, el mercado anticipa reacomodamientos. En cambio, en años sin comicios, el dólar puede moverse por factores externos, pero en general muestra un comportamiento más previsible.