“Les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo”, fue la frase que inmortalizó Juan Carlos Pugliese, ministro de Economía a fines de marzo de 1989, cuando el dinero escapaba de las recetas que proponía la administración de Raúl Alfonsín.
Desde hace más de 40 días, los “especialistas en los mercados” Luis Caputo y Santiago Bausili no logran recuperar la confianza de los inversores ni domar las pretensiones de ganancias de los financistas.
El ministro de Economía y el titular del Banco Central (BCRA), respectivamente, aparecen como dos espadachines que intentan doblegar las idas y vueltas del dinero, sin resultados satisfactorios.
La eliminación de las Letras fiscales de liquidez (Lefi) por parte del Banco Central, el 10 de julio, volcó una gran cantidad de dinero en la calle, que los referentes de la política económica no logran encauzar.
Las tasas de interés se dispararon a valores impagables. El descubierto en cuenta corriente -el mecanismo más utilizado por las pymes para su evolución diaria- ronda el 90%. “Si una pyme paga esos descubiertos, se funde”, admite un directivo bancario ante La Voz.
Analistas particulares calculan que esta operatoria se redujo en $ 1,4 billones. Para cientos de pymes supone, a la vez, reducir sus expectativas de mayor actividad.
Las tasas para los plazos fijos de particulares por montos mínimos rondan entre el 42% y el 48%, según la oferta de una billetera virtual o de un banco.
Financiar la tarjeta de crédito -el instrumento preferido para las compras en la segunda quincena de cada mes- supera con holgura el 130%. Una bola de nieve que termina por aplastar al consumidor.
Del otro lado del mostrador, no es fácil tomar dinero y administrarlo.
El Banco de Córdoba (Bancor) acaba de realizar una aceptable colocación de Obligaciones Negociables (ON).
En pesos, el dinero recibido pagará Tamar (tasa de depósitos mayoristas), entre 77% y 80%, más tres puntos.
En dólares, deberá cancelar 6,75%, a tono con otras colocaciones de bancos privados.
Más allá del éxito de la vuelta al mercado de Bancor, ¿a qué tasa deberá ofrecer los créditos personales y los hipotecarios (hoy paralizados) para que los clientes puedan pagarlos?
El Gobierno, optimista
El presidente Javier Milei, al igual que Caputo y Bausili, lanzan mensajes optimistas sobre la coyuntura y afirman que el triunfo en las elecciones legislativas, que dan por descontado, modificará la percepción y actitud del mercado.
Más allá de los aplausos en las reuniones empresariales, los que toman decisiones han puesto en pausa cualquier negocio.
Este “esperar y ver” en las compañías es una réplica de quienes manejan el dinero en el ámbito financiero. Los “amigos” aplauden, pero por las dudas ponen los pesos y los dólares a buen resguardo.
La confianza del consumidor cayó casi 14% en agosto, según la tradicional medición de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).
Las idas y vueltas sobre el dólar y los mercados no son buenas señales para los consumidores.
El dinero y la política
Dentro de dos semanas tendrá lugar el primer test político. La elección de legisladores en la provincia de Buenos Aires expondrá la fortaleza del kirchnerismo y del mileísmo en el principal distrito del país.
El analista político Gustavo Marangoni sostiene que el resultado de esos comicios, al que el Gobierno convoca como un “nunca más” del kirchnerismo, puede ofrecer distintas lecturas.
Según Marangoni, habrá “una disputa en el relato” por mostrar qué partidos sacó más votos; qué agrupación ganó más distritos de los ocho en los que se vota y qué alianza obtuvo más legisladores (un partido puede ganar la suma de votos, pero lograr menos representantes que el segundo por el sistema de reparto de bancas).
En su análisis, el socio de la consultora M&R admite que el bolsillo pesará en la elección bonaerense y en la legislativa nacional, del 26 de octubre.
El Gobierno expone el vaso medio lleno -baja inflación, estabilidad del dólar y respaldo de la sociedad a Milei-, pero la oposición muestra el vaso medio vacío: estancamiento en este trimestre, altas tasas de interés y un “estilo presidencial” agresivo.
La “batalla cultural” que propone el Gobierno tiene buenos fundamentos económicos, pero el dinero irá detrás de los resultados en las urnas.
Sucede desde hace tiempo.