Martín Llaryora postulará al reconocido penalista Alejandro Pérez Moreno como fiscal General Adjunto, con lo cual llega a la Fiscalía General de la Provincia un abogado de peso en la actividad privada que tiene entre sus hitos haber representado a Soledad Laciar en el juicio por el asesinato de Blas Correas.
Pérez Moreno llega a la conducción del Ministerio Público Fiscal con una vasta trayectoria de penalista que inició en el estudio de Oscar Roger y una amplia “militancia” en el Colegio de Abogados, donde cumplió distintos roles.
Actualmente ocupa en representación de la entidad profesional una banca en el Consejo de la Magistratura.
El pliego de Pérez Moreno ingresará a la Legislatura en las próximas horas, y será tratado en la sesión del viernes 27.
El penalista reemplazará a Pablo Bustos Fierro, quien pasaría a liderar el Ministerio Público de la Defensa, un nuevo organismo judicial. En ese sesión también está previsto que se trate el pliego de Jessica Valentini para el Tribunal Superior de Justicia.
Con la postulación de Pérez Moreno, Llaryora gambetea la interna del Ministerio Público Fiscal, compleja por los orígenes de varios de sus integrantes.
Juan Manuel Delgado, el actual fiscal General, fue designado por Schiaretti tras haber sido Procurador del Tesoro. Vinculado a los desarrollistas, siempre fue una “rara avis” en el primer piso del Palacio de Justicia, donde tiene su despacho.
A diferencia de los fiscales generales adjuntos, Delgado tiene fecha de vencimiento: en 2026 deberá dejar el puesto. Los cuatro que lo secundan son cargos vitalicios.
Los adjuntos
Pérez Moreno se sumará a la conducción del Ministerio Público (si su pliego es aprobado) como fiscal General Adjunto. Será colega de Héctor David, José Gómez Demmel y Bettina Croppi.
Héctor David fue impulsado por José Manuel de la Sota y José Gómez Demmel por Juan Schiaretti. Ambos tenían vínculos políticos con sus respectivos jefes. Ellos libran la batalla interna por el control operativo de las fiscalías, en particular las penales, que es el corazón del Ministerio Público Fiscal.
La única mujer que se desempeña como adjunta es Bettina Croppi, designada con el impulso de Alejandra Vigo, pero sin trayectoria política con la senadora. Croppi llegó como experta en violencia de género. Con la designación de Pérez Moreno se consolida que en la cúpula del MPF no hay paridad de género.
Un dato curioso, familiar, pero que da contexto a su pertenencia a los pasillos que recorre desde siempre: su hermana Eugenia es fiscal de instrucción y su hermano Eugenio es camarista en la Justicia provincial. Un integrante de la “familia judicial” que está del otro lado de la barandilla. Que estaba.
No es un dato menor que Pérez Moreno haya liderado la estrategia querellante en el juicio por el asesinato de Blas Correas. Es el arquitecto de la primera condena por violencia institucional en la historia penal cordobesa.
En aquel juicio, Pérez Moreno reclamó por los abusos de las fuerzas policiales, y dijo en un golpe a la narrativa del peronismo cordobés: “Que quede claro que en Córdoba lo que hay es violencia estatal”.
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