Ningún secreto es que la vicegobernadora Myrian Prunotto y el ministro de Gobierno, Manuel Calvo, suenan como los principales postulantes para encabezar la lista de diputados nacionales que Hacemos Unidos pondrá sobra la mesa en las elecciones de medio término del año próximo.
Es una elección en la que tradicionalmente el peronismo cordobés queda relegado y que, en la reconfiguración de las coaliciones nacionales, podría llevarlo a un incómodo tercer lugar.
Los dos funcionarios recorren cientos de kilómetros y se reúnen con todos los intendentes posibles, con el objetivo de forjar sendas candidaturas. No vale tanto la silla en juego –una banca en la Cámara Baja–, sino el hecho de tener sobre las espaldas una campaña provincial, que impacta directamente en el nivel de conocimiento.
La candidatura de Juan Schiaretti con la que fantasea el llaryorismo parece lejana. “Sólo por un objetivo mayor, un general condecorado como Schiaretti volvería a ser soldado”, dice un schiarettista puro al descartar que el exmandatario vaya a inmolarse para no ver al peronismo tercero.
Es cierto que todo está abierto. De hecho, en el peronismo se relamían con la visita de Karina Milei y Martín Menem al Juzgado Federal de Córdoba.
“Es una fuerte marcada de cancha a (Luis) Juez, que ya se sentía el 1 de la lista libertaria y ahora se da cuenta de que si le va bien, Milei va a jugar a fondo en Córdoba con propios, o al menos sin ser condicionado por Juez”, desafía el mismo schiarettista.
Llamosas, a todo o nada en Río Cuarto
Con la confirmación de la fecha de las elecciones municipales en Río Cuarto para el 23 de junio, se lanzó a pleno la campaña electoral en la capital alterna provincial, aunque aún faltan dos fechas claves: el 23 de abril se deben presentar las alianzas y el 8 de mayo, la oficialización de las candidaturas.
El intendente Juan Manuel Llamosas, quien descartó asumir como presidente provisorio de la Legislatura para abocarse de lleno a la campaña para impulsar a su candidato -el secretario de Gobierno, Guillermo de Rivas- apostó fuerte. Si bien el intendente no puede ir por su reelección, en los comicios municipales se juega su futuro político. Para el riocuartense, es a todo o nada.
Llamosas no intentó buscar un acuerdo con Adriana Nazario, la última pareja del fallecido exgobernador José Manuel de la Sota, quien tiene decidido ser candidata por fuera del oficialismo. Es decir, el PJ iría dividido.
Las encuestas marcan paridad entre los dos aspirantes peronistas, e incluso le dan posibilidades al radical Guillermo Parodi, si el opositor logra encolumnar a su partido y al juecismo detrás de su candidatura.
Por lo bajo, algunos peronistas cuestionan la estrategia de Llamosas de no buscar la unidad con Nazario. Aunque desde el entorno del intendente argumentan que la exministra de Producción no aceptaba negociar su candidatura, un condicionamiento que puso fin a cualquier tratativa.
El gobernador Martín Llaryora parece desentenderse de esa elección, aunque esta será una prueba para su nueva gestión provincial. Algunos de sus funcionarios más cercanos también dicen por lo bajo que deberían haberse involucrado más.
El mandatario provincial le dejó toda la responsabilidad a Llamosas. Aunque falta tres semanas para oficializar las alianzas, todo indica que el PJ irá dividido, a no ser que ocurra una intervención directa del gobernador de último momento. Esa opción, por estos días, no es querida por ningún peronista del sur.
El juecismo y el oficialismo, una pelea en todos lados
El enfrentamiento por el Tribunal de Cuentas no es el único. Uno de los dirigentes más cercanos al senador Luis Juez aseguró que el oficialismo contrató troles para que ataquen al excandidato a gobernador opositor.
“Sabemos quiénes están detrás de toda esta inmundicia que, además, cuesta caro y se paga con fondos públicos. Tenemos buenas pistas y los vamos a desenmascarar”, dicen los juecistas.
Las sospechas apuntan a un hombre muy escuchado en el oficialismo y a un consultor de Buenos Aires (que no es Guillermo Seita), el que hace tiempo trabaja para el PJ provincial.
Preocupación política por el Aedes aegypti
El avance de la crisis del dengue encendió, junto a las alertas sanitarias, las políticas. Con un gobierno nacional que aparece “desentendido” de la gestión del gravísimo problema, en la Provincia advierten que “el Estado nacional es irremplazable” en la coordinación de una campaña a nivel país. Si los casos escalan, todo el sistema será puesto en máxima tensión.
“¿Hasta cuándo aguanta el Estado ausente de Milei?”, se pregunta de manera retórica un funcionario provincial. Cuenta que, “pese a la decisión de volver al casillero de ‘colaborador’ por parte de Martín (Llaryora), hay preocupación en el Gobierno de Córdoba porque los funcionarios nacionales siguen perdidos”.
