La discusión sobre si aparecerá más liquidez en diciembre vuelve al centro de la escena después de un noviembre marcado por la escasez de pesos.
La clave pasa por medir la demanda estacional, el margen del Banco Central para asistir al Tesoro y el reacomodamiento que produjo la normativa sobre fondos money market.
Emilio Botto, Jefe de Estrategia de Mills Capital Group, entiende que la economía mostró señales de resiliencia. Destaca que la volatilidad cambiaria y la variación de tasas no afectaron a la actividad.
El consenso esperaba un retroceso en el tercer trimestre pero los datos revelaron que el estancamiento no se materializó y que la actividad mantuvo cierta tónica, aunque en “la calle” se advierte la escasez de circulante.
Esto, según economistas, puede estar basado en que durante octubre (el mes de las elecciones) salieron de circulación los pesos necesarios para el atesoramiento de 4.500 millones de dólares ante la desconfianza política.
En el frente cambiario persisten tensiones. Los dólares financieros continúan bajo observación. El contado con liquidación terminó noviembre en $1.504,79, con una baja semanal de $1,43 y una convergencia con el dólar oficial cercana a mínimos de la última década. La brecha se redujo de manera significativa frente al salto registrado el 22 de octubre.
“El ajuste implica un reacomodamiento estimado de $2,4 billones, que tenderá a presionar a la baja las tasas de corto plazo y a redirigir liquidez hacia instrumentos soberanos o carteras de préstamos bancarios”, indicó Botto. Ese impacto sería visible en un menor rendimiento de los fondos de liquidez inmediata.
La nueva regulación que alcanza a los fondos money market redefinió el funcionamiento de uno de los segmentos más utilizados por ahorristas y empresas para gestionar liquidez diaria.
La normativa de la Comisión Nacional de Valores fijó que estos fondos solo pueden colocar hasta el veinte por ciento de su patrimonio en cauciones y deben mantener al menos el ochenta por ciento de sus activos en cuentas líquidas del Banco Central o en cuentas a la vista bancarias.
Al exigir que estos fondos mantengan mucho dinero en cuentas a la vista, la regulación reduce el rendimiento que pagan a ahorristas y empresas. ¿Irán esos fondos al consumo o a la inversión? Está por verse.
Las reservas internacionales siguen en niveles muy bajos luego de intervenciones recientes para frenar presiones cambiarias y cumplir con pagos externos.
A esto se suma que el Tesoro enfrenta vencimientos relevantes y tiene un margen acotado para utilizar sus depósitos en el Banco Central. El analista de Mills Capital advierte que recurrir a fondos de otros organismos no debería considerarse monetización, ya que esos recursos ya circulan dentro del sistema financiero.
La plata del aguinaldo
El interrogante central es diciembre. La demanda transaccional de pesos crece por el aguinaldo y el mayor consumo. Esa estacionalidad funciona como un estabilizador del mercado cambiario.
Para atenderla, los agentes suelen desarmar posiciones dolarizadas (es decir, las empresas venden dólares porque necesitan pesos) lo que genera una oferta implícita de divisas y ayuda a contener tensiones.
Botto estima que mientras la demanda de dinero permanezca firme y el esquema de deuda mantenga bajo riesgo de emisión expansiva, el tipo de cambio debería conservar estabilidad en la transición hacia fin de año.
