En la audiencia de conciliación obligatoria dictada por la Secretaría de Trabajo de la Provincia, y realizada este miércoles, no hubo ninguna modificación al cuadro de situación generado entre la empresa Petroquímica Río Tercero y el gremio de los trabajadores químicos, por el anuncio formalizado el lunes de 124 despidos en esa compañía.
Cada parte confirmó su posición: la empresa, ratificando su decisión de ajustar el personal, y el sindicato, reclamando retroceder con la medida.
La próxima reunión se realizará la semana siguiente.
Mientras, los empleados levantaron el paro y están cumpliendo sus horarios de trabajo.
En nueve meses, entre octubre de 2024 y julio de 2025, Petroquímica Río Tercero pasará de 375 empleados a unos 130, si se confirma este último achique.

Asamblea y quejas
Este miércoles, los trabajadores de Petroquímica se concentraron frente de la oficina donde funciona la delegación del Ministerio de Trabajo, mientras se celebraba la primera audiencia de conciliación.
Luego realizaron una asamblea en la portería de la planta industrial.
“Estamos cansados de estar custodiados por los policías como si estuviéramos en la cárcel”, disparó uno de los empleados que está en el lote de los que recibieron el telegrama de despido.
Fuentes del gremio confiaron que no se desembolsó ningún peso de indemnización, y advirtieron que en caso de que se efectivicen pagos, no se dispongan de esos fondos “porque se mantiene una conciliación obligatoria, con las cesantías suspendidas”.
Lucas Felici, dirigente del gremio local, dijo en la asamblea, que no se descarta que se realicen protestas frente al municipio. Buscan lograr una mayor adhesión al reclamo desde las autoridades y se quejan por algunas manifestaciones realizadas por el intendente Marcos Ferrer sobre el conflicto.

Incertidumbres
La incertidumbre golpea a los trabajadores cesanteados. Entre ellos, hay operarios con baja experiencia y hasta supervisores con larga trayectoria en la firma.
Contaron a este diario que la industria por estos días no les provee de agua caliente para bañarse ni tampoco el transporte, no cumpliendo con el convenio colectivo de trabajo). “Pero nosotros lo mismo tenemos que estar sentados ocho horas al lado del tipo que decidió que la planta puede funcionar con la mitad de empleados, cuando no es real; el agotamiento mental es terrible”, apuntó uno.
Todos los testimonios pidieron que no se los mencione con nombre y apellido. Temen que una declaración les prohíba volver a recuperar su fuente de trabajo,en caso de que se logre alguna reversión.
“¿Sentís que no hay ni un ruido en la fábrica? Es porque la planta está parada y nosotros venimos a cumplir con el turno y no hacemos nada; esto es muy doloroso porque no sabemos si tendremos trabajo o no”, subrayó otro.
“Si se concretan los despidos me voy del país. Tengo 12 años de antigüedad y sé que en Argentina, en este momento, en la industria no hay posibilidad de nuevos empleos”, descargó otro.
“A mí ya me pasó. Me despidieron en otra empresa y con ese dinero invertí en un comercio. Mirá, estoy trabajando en otra industria. No da para que los 124 salgamos y busquemos otros negocios. Pasará como en los ’90, que muchos salían de la industria y se compraban un remise”, apuntó uno de los trabajadores que recibió la notificación de despido.

“Somos 124 trabajadores con las mismas capacidades, las mismas oportunidades y vamos a ir a buscar lo mismo. En esta ciudad ya no se puede. Creo que en la provincia tampoco. Analizo la posibilidad de irme del país”, subrayó un empleado durante la protesta.
Desde el gremio manifestaron que la Provincia hizo exenciones impositivas a favor de Petroquímica Río Tercero, y que en este marco de crisis también “debería exigir la reincorporación de los despedidos”.
Se esperan manifestaciones y actos de protesta a lo largo de toda esta semana, según se anticipó en la asamblea de este miércoles.
“Vamos a resistir”, cerró Lucas Felici, dirigente del sindicato de los químicos.