En el tercer trimestre del año, mientras transcurría el núcleo de la campaña electoral que terminó con Javier Milei como presidente, la tasa de desempleo fue la única variable que, a simple vista, era favorable al gobierno de Alberto Fernández.
En efecto, el desempleo a nivel nacional afectaba apenas al 5,7% de la población económicamente activa, un valor que no se registraba desde comienzos de siglo, cuando el país dejaba atrás la crisis de 2001.
En el Gran Córdoba, de acuerdo con los datos del Indec, la misma variable se situaba, siempre en ese trimestre, en el 6,5%, una tasa que también es la más baja en casi 20 años para ese periodo.
Comparando con el mismo trimestre de 2022, se produjo un descenso de 1,7 puntos porcentuales, aún en el contexto de desaceleración de la economía.
En cantidad de personas, el dato también es muy positivo: en el Gran Córdoba había a finales de septiembre 52 mil desocupados, cuatro mil menos que un año antes, 38 mil menos que en 2021 y la mitad de los que llegó a contarse en plena pandemia (111 mil).
Precariedad
Sin embargo, el número de desocupación (personas que no tienen empleo y buscan activamente), analizado sin el resto de los datos, esconde un contexto laboral mucho más complejo.
Los ocupados demandantes de empleo en el Gran Córdoba se estabilizaron en un nivel muy alto. Se trata de gente con trabajo, incluso más de 35 horas semanales, pero que con lo que ganan no les alcanza para llegar a fin de mes, por lo que salen a buscar más horas.
Veamos: los ocupados demandantes llegaron a tocar el 32,5% apenas se salió de la cuarentena y, desde entonces, no baja del 25%.
El registro del tercer trimestre de 2023 en Córdoba indica que afecta a 222 mil personas (27,7%), un número incluso superior al mismo periodo de 2022 (194 mil) y de 2021 (203 mil).
En números absolutos, los ocupados con problemas para llegar a fin de mes en Córdoba eran sólo 118 mil en 2016, la mitad de los actuales.
