El único dirigente de Juntos por el Cambio Córdoba que puede forzar una interna abierta como la que pidió Mauricio Macri es Rodrigo de Loredo.
De allí que la decisión que tome el radical de Evolución en los próximos meses será clave para dilucidar si los opositores dirimirán una candidatura a gobernador en las urnas –aunque no haya Paso– o si un acuerdo político sellará la postulación de Luis Juez para disputar el poder provincial con Martín Llaryora, y entonces De Loredo termine postulándose para intendente de la Capital.
El diputado nacional aún no tomó esa determinación crucial. Sigue con su hoja de ruta de esperar hasta 2023 para revelar su jugada final. Mientras tanto, perfila una serie de acciones para seguir alimentando esa dualidad. El 1º de octubre, tendrá su primer acto masivo en la Capital. Cerca del radical aseguran que no habrá un lanzamiento oficial, aunque sí habrá micrófono a discreción para quienes quieran postularlo en su nombre.
Aunque quienes lo conocen dicen que es un hombre que juega fuerte, participar o no de una interna abierta contra Juez y la UCR es una una decisión riesgosa para De Loredo. Mucho de lo logrado hasta aquí podría esfumarse en caso de una derrota. Además, un revés hasta pondría en duda la opción capitalina.
Juez se siente seguro del acuerdo que tiene en cocción avanzada con el radicalismo institucional, el que representan Mario Negri y Ramón Mestre, dueños de la firma del partido y con voz y decisión en la mesa que elabora el reglamento interno. “Acordamos con la lista 3, no con dirigentes individuales”, dice cada vez que puede el juecista Ernesto Martínez, artífice de ese cambio de paradigma que hoy ejecuta el Frente Cívico después de algunos pasos en falso en el pasado.
Negri y Mestre creen que Juez será más razonable que De Loredo al momento del reparto de candidaturas. Además, y mientras puedan, explorarán alternativas para retener el control de la UCR. Entienden que el día que De Loredo acceda a un sillón ejecutivo, tomará el mando de los destinos del partido, una vieja aspiración personal.
Primeras fisuras Juez-De Loredo
En el juecismo empiezan a percibir que De Loredo ya desafía aquello de que “Juez lo duplica (en intención de voto) a Rodrigo en toda la provincia”, un latiguillo recurrente en la dirigencia del Frente Cívico y que el diputado de Evolución considera posible revertir para fin de año.
El “espalda con espalda” al que se comprometieron ambos para caminar hasta 2023 empieza a mostrar fisuras. Se acerca el momento de las definiciones y crece la desconfianza.
En el juecismo advierten estar al tanto “de todo”. Allegados al senador dicen saber de gestiones hechas por gente de De Loredo con operadores del Panal. El objetivo sería estructurar/acordar un cronograma electoral que le permita al radical ser candidato a gobernador y, sin que se solapen las fechas –potestad que depende únicamente del PJ–, ir por la intendencia capitalina.
“Estamos al tanto de todo. Si alguien intenta hacer alguna picardía, nosotros haremos la nuestra”, se asegura desde la orilla juecista. Sin vueltas, se alude a la posibilidad extrema de plantar un candidato a intendente que divida el voto opositor, lo que sería lo mismo que garantizarle otros cuatro años al peronismo en el Palacio 6 de Julio. “De Loredo ya está al tanto”, se afirma sobre la acción en estudio.
En el acto que Juez realizará este viernes para conmemorar lo que considera fue el “fraude electoral” de 2007, habrá un mensaje directo al gobernador Juan Schiaretti. El senador planteará que se respeten las leyes electorales. Le reclamará al líder del PJ cordobés que no modifique el Código Electoral en beneficio propio, una práctica común del peronismo en la previa de cada año electoral.
Los interrogantes de Juntos por el Cambio
En su reciente paso por Córdoba, Macri conminó a la dirigencia del PRO a que decidiera por sí misma su futuro, aunque planteó una única condición: que se moviera en bloque. O un proyecto propio –su apuntado sigue siendo Gustavo Santos– o en sociedad con De Loredo o con Juez.
Además de garantizar que esta vez no habrá by pass político con Schiaretti –el dato más relevante de su última incursión en Córdoba que, sin embargo, no incluyó la más mínima autocrítica por su rol en aquel pacto con el PJ–, el expresidente expuso que rechaza la dispersión anárquica de 2021, que dejó al PRO con pies en ambas canastas.
En la reunión privada que mantuvieron el viernes pasado, el juecista Martínez le dijo a Macri que la única chance que tiene la oposición de derrotar a Hacemos por Córdoba es con la fórmula Juez-De Loredo, el tándem que más preocupa a Llaryora y a Schiaretti.
Desde lo gestual, Macri fue claro respecto de su preferencia a favor de De Loredo, en caso de tener que optar entre el diputado y el senador. En el juecismo relativizan el peso de la mirada del expresidente. Confían más en los vínculos que lo unen con Patricia Bullrich y con Horacio Rodríguez Larreta, dos de los presidenciables que tiene lanzado el PRO. “Con Horacio y con Patricia practicamos sin problemas el poliamor”, bromean en el Frente Cívico.
Menos jocoso asoma el panorama opositor cuando entra en análisis la posibilidad, cada vez más comentada, de que las Paso nacionales sean suspendidas o derogadas para 2023. Se trata de territorio inexplorado para la descoordinada realidad nacional de Juntos por el Cambio, que ni siquiera puede ponerse de acuerdo sobre qué hacer con las vallas sobre las que Cristina Kirchner montó su última victimización.
